Nueva Escuela

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El lunes me levanté temprano para ir a la nueva escuela, preparé mis cosas el día anterior, después de darme una ducha y arreglarme hice videollamada con mi mejor amiga.

—Dulce, te extraño un montón.

—Yo también Ari, pero ya ves a mis padres tercos que quieren que tenga un futuro brillante.

—Lo sé, son unos monstruos, ¿cómo pueden pensar que quieres ir a la universidad?— dijo con algo de burla.

—Y que soy capaz de entrar y terminarla, deberían hacerse a la idea de que apenas podré vender chicles— le seguí el juego.

—Yo ya estoy preparando mi rutina para ser bailarina exótica— dijo haciendo movimientos raros con la cadera.

—Bueno es que tú tienes un cuerpo de infarto.

—Tú no te quedas atrás, ¿y si te escapas y nos vamos a las Vegas?

—Somos menores de edad, no nos van a contratar en ningún lado, además tus padres y los míos nos quieren lo suficiente para poner una denuncia por desaparición.

—Ya sé, solo quiero cursar el último grado contigo como lo habíamos planeado desde que nos conocimos en cuarto— su voz se quebró.

—No, no llores.

—Lo siento es que te extraño mucho.

—Yo también te extraño pero prometo que en cuanto pueda te iré a visitar y siempre podemos hacer videollamadas, sabes que sin importar lo lejos siempre estaré para ti.

—Yo también estoy para ti— Ari limpio disimuladamente una lágrima que corría por su mejilla. —Oye, me tengo que ir pero hablamos después de la escuela, quiero saber todo lo que pase hoy en tu nueva escuela.

—Sí, hablamos al rato, te amo Ari.

—Yo también Dul.

Después de colgar me quedé sentada en la cama un momento sintiendo ese hueco en mi estómago que no se había ido del todo desde que me dijeron que nos íbamos a mudar. Era difícil no estar con Ari, desde que nos conocimos nos volvimos inseparables, no tenerla cerca está siendo una tortura.

—Dulce, vamos se te hará tarde— mamá entró a mi cuarto. —¿Qué pasó?— se acercó a mí y con su pulgar limpió las lágrimas que no pude contener.

—Estaba hablando con Ari— se sentó a un lado mío.

—Lo siento mucho mi niña, sé que es difícil para ti pero creemos que es lo mejor para tu futuro.

—Lo sé, solo es difícil no tenerla conmigo. ¿Qué pasa si se olvida de mí?— sollocé.

—No mi niña hermosa, ella no se va olvidar de ti— me abrazo con fuerza. —El lazo que tienes con Ari es tan fuerte mi niña que por mucho que estén lejos la una de la otra siempre se tendrán, sin importar que pase.

Mamá acaricio mi cabello y tarareo Golden de Harry Styles, sonreí un poco. Ella sabe que esa canción siempre me pone feliz y siempre la canta cuando tengo un mal día.

—Gracias mamá— le di un beso y la abracé con fuerza.

—¿Estas mejor?— Asiento con suavidad —Bien, vamos cariño, Dustin debe estarte esperando— beso mi cabeza y se puso de pie.

Fui al baño para limpiar mi cara y bajé a tomar un rápido desayuno. Me despedí de mis padres y fui a la esquina de la casa donde Dustin ya me estaba esperando.

—Hola, lo siento, ¿llevas mucho esperando?

—Hola, no te preocupes acabo de salir, esa es mi casa por cierto— señaló la casa de la esquina frente a nosotros. —Hay que caminar tres calles para tomar el autobús, vamos.— dijo con una gran sonrisa.

Justo sobre el pasadoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora