Hawkins

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 Para mí el tiempo se había detenido hasta que sentí unos brazos rodeándome. Era Ellie.

—Gracias Dulce.

La aparté un poco para poder girarme y abrazarla.

—Lo logramos Ari— la apreté contra mi pecho. —Ellie, perdón— corregí al darme cuenta de que había dicho. — Lo logramos.

—Muchas gracias Dulce, gracias por salvar a mis padres— limpié sus lágrimas con mi pulgar.

—Tú los salvaste— la volví a abrazar.

Levante mi mirada y pude ver a Gill en la sala de audiencia, tenía una gran sonrisa. «Bien hecho» artículo antes de salir.

Ellie fue con sus padres y yo fui con los míos.

—Cariño— me abrazo mi mamá. —Lo hiciste increíble, estoy tan orgullosa de la mujer en que te has convertido.

—Fue gracias a ustedes, todo es gracias a ustedes.

—Eres impresionante, ni en mis sueños más locos pude imaginar lo grandiosa que eres mi niña— papá me abrazó fuerte y limpio mis lágrimas. —Ari estaría muy orgullosa de ti.

Cuando me giré para ver a Eddie tenía una enorme sonrisa.

—Eres una estrella de Rock, la forma que te plantaste en medio de la sala y quebraste a esa señora fue increíble, sabía que lo lograrías pero verlo fue lo más metal que he visto.

Lo abrace como hace mucho quería hacerlo.

Estábamos fuera de los juzgados. Los López se habían ido a casa, mis padres no paraban de decir lo orgullosos que estaban de mí y que ambos lo habíamos hecho genial. Cami nos felicitaba a Jason y a mí. Eddie estaba a un lado con una sonrisa.

Les dijimos que fueran a casa, que después de ir a la oficina celebraríamos en la noche.

Así que Eddie, mis padres y Cami regresaron al departamento después de pasar por Santiago.

Cuando Jason y yo regresamos al despacho Amanda estaba en mi oficina.

—¿Está todo bien?— pregunté.

—Dulce— sonrió. —Cuando te contratamos vi algo en ti, sabía que eras especial y cuando no te dejaste de Malone y Scott sabía que estaba en lo correcto. Nunca se me ocurrió que podrías llegar a ser tan estúpida.

—Disculpa.

Amanda pateó una caja hacia mí y me di cuenta de que eran todas mis cosas.

—¿Realmente creías que podías seguir con esto y que Malone y Scott no se iban a enterar?

—Yo...

—Dejamos que llegarás al final del juicio como una última consideración.

—Pero gane.

—Ese no es el punto, pasaste por encima de tus superiores y no son cualquier abogaducho que veas por los pasillos, somos los dueños de la firma. Y no te saltaste a 1, te saltaste a 2.

—Era una injusticia.

—Supongo que esto ya te lo dijo alguno de ellos pero aquí no somos salvadores, no somos el Dalai Lama ni la Madre Teresa. Aquí venimos a hacer dinero y ni siquiera eso pudiste hacer. Toma tus cosas y lárgate, estas despedida.

Aguante todo lo que pude las lágrimas, tomé la caja y caminé a la salida. Antes de salir de la oficina me gire.

—Lamento como terminaron las cosas pero no lamento lo que hice. Era lo correcto. De cualquier forma gracias por la oportunidad y por dejarme en claro la clase de abogado que no quiero ser— la cara de Amanda Shutter se transformó en una llena de ira.

Antes de que pudiera decir cualquier cosa salí de la oficina con la cara en alto.

Cuando llegué a los elevadores Malone y Scott estaban a un lado ambos con caras de increíble satisfacción. Quería borrarles sus sonrisas de un puñetazo pero me limité a ignorarlos.

Iba a pedir un taxi cuando Jason llegó corriendo a mi lado con una caja igual a la mía.

—No puede ser Jason, ¿te despidieron también a ti? Esto es mi culpa.

—No me despidieron. Renuncié.

—¿Qué? ¿Por qué?

—Scott y Malone hablaron conmigo dijeron que estaría a prueba y que ellos supervisarían mis casos. Pregunté si iba a ser lo mismo contigo y dijeron que era diferente. Empezaron a decir muchas idioteces y renuncie.

—No puedo dejar que hagas eso, es tu carrera Jason.

—Creí que ya habíamos tenido esta conversación. No puedes hacer nada en las decisiones que yo tomo. Está bien Dulce, si así va a ser, no quiero trabajar para ellos.

Salimos al bar que estaba enfrente del despacho celebrando la victoria y el despido/renuncia.

—Hacemos un buen equipo— dijo Jason extendiendo su vaso.

—Lo sé, ¿Quién lo diría?— conteste chocando el mío con el de él.

—Tengo una idea loca— dio un trago a su bebida. —Ahora que ninguno tiene trabajo ¿Qué te parece poner un despacho? Carver Munson.

—Suena mejor Munson Carver.

—Sonaría mejor Carver Herrera.

—Lastima, ya no soy Herrera— dije moviendo mi dedo anular dónde se encuentran mis anillos.

—Aun no puedo creer que te casarás con Eddie.

—¿Por qué?

—Porque somos muy jóvenes para pensar en matrimonio. ¿Qué tal si te arrepientes?

—En primer lugar te casaste con Camila y en segundo, nunca he estado más segura de algo en mi vida que de haber dado el sí en el altar. Eddie es el hombre de mi vida, él me hace sentir segura y amada— dije queriendo agregar «sin contar lo que ha pasado últimamente».

—Es increíble, ojalá alguien sintiera eso por mí.

—¿Por qué no le preguntas?

—¿De qué hablas?

—Sé que cuando haces esa pregunta una persona en específico pasa por tu mente. Creo que deberías decirle cómo te sientes.

—¿Qué? No, Camila solo es mi amiga y lo que pasó entre nosotros fue culpa del alcohol. No me hagas esa cara, quiero mucho a Camila y Santiago es lo mejor que me ha pasado pero estoy seguro de que ella no me ve de esa forma.

—¿Cómo sabías que hablaba de Camila?

—Yo... es que... es la única persona que tenemos en común y Santiago... yo... bueno ¿Qué piensas de ser socios?

Le di una mirada pícara, sabía que está enamorado de Camila y ella de él pero los dos tienen relaciones pasadas muy conflictivas y entiendo el miedo que sienten principalmente porque Santiago se vería envuelto en cualquier conflicto que tengan.

—¿Y dónde pondremos este despacho?

—En Hawkins. Sé que hablamos de quedarnos aquí pero siempre he querido que mi hijo tenga un patio enorme para jugar y aquí en Boston es casi imposible, además me gustaría estar cerca de mis padres.

—A mí también me gustaría estar cerca de mis padres.

—¿Qué dices? ¿Regresamos a Hawkins?

—Regresemos a Hawkins.

—Regresemos a Hawkins

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