Ellie

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 Después de un par de semanas regresé a Boston junto con Cami y Jason mientras que Eddie fue a Indianápolis para arreglar todo para pasar los siguientes meses conmigo. Acordamos que cuando regresara buscaríamos juntos casas para mudarnos.

Jason y Cami se quedarían con el apartamento, en lo que Eddie terminaba sus asuntos en Indianápolis me quedé con ellos en el apartamento para ayudarles en lo que pudiera con el pequeño Santi.

Asi habían pasado 2 semanas cuando un día mientras estaba en mi oficina arreglando unas cosas para uno de los juicios de Malone sonó el teléfono.

—¿Licenciada Herrera?

—Es Munson— murmure. —Sí, dígame.

—En la recepción hay una chica que dice que necesita hablar con usted urgente.

—¿Sobre qué asunto?

—No quiere decir pero dice que la mando la licenciada Gill Wallace y trae una tarjeta de presentación con su firma.

—Sí, déjela pasar— estaba confundida ¿Por qué mi profesora la enviaría?

Estaba en mi despacho terminando de leer los documentos que Malone me había dado cuando entro una chica de no más de 15 años.

—¿Señorita Dulce?— pregunto entrando a la oficina.

—Sí, soy yo— le hice una seña para que tomara asiento. —Mencionan que te envió Gill Wallace. ¿En qué puedo ayudarte?

Saco unos billetes hechos bola y los dejo sobre mi escritorio.

—Necesito contratar sus servicios.

—¿Mis servicios para qué?— pregunte confundida viendo entre ella y el montón de billetes sobre el escritorio.

—El ICE detuvo a mis padres— sentí que mi corazón dio un vuelco. —Son indocumentados pero no los pueden deportar, su vida corre riesgo. En cuanto pongan un pie en Guatemala los van a matar.

Mis manos empezaron a temblar, sentía mi corazón latir con tanta fuerza que estaba segura de que todos en la firma podían oírlo.

—Ok— dije después de aclararme la garganta. Tome los billetes que había dejado en el escritorio. —Toma, no necesito esto. ¿Cómo te llamas?

—Elizabeth pero me dicen Ellie— dijo con la voz temblando se notaba que quería llorar.

—Bien Ellie, cuéntame todo— aun sin saber nada sabía que tenía que ayudar a esta chica, el simple hecho de que Gill la enviara me habían dejado en claro que iba hacerlo.

Ellie me conto todo, los problemas por los que tuvieron que huir de Guatemala, como llegaron a Estados Unidos, su vida aquí y como ICE se llevó a sus padres. Tome anotaciones de las cosas que creía podían ayudarme con el caso.

—Por favor ayúdeme— sollozo.

—Tranquila, te voy ayudar— le pase mi contacto y quede en contactarla en cuanto supiera algo.

Físicamente no se parecía en nada a Ariana pero todo en ella me hacía recordarla.

Salí de la oficina y me dirigí de inmediato a los juzgados para conseguir una orden de un juez que suspendiera la deportación. Después de horas intentando encontrar a alguien que firmara la orden no encontré ninguno. Necesitaba encontrar mejores argumentos por lo que regrese a la oficina.

Cuando llegue Scott y Malone me estaba esperando en mi oficina.

—¿Qué demonios crees que estás haciendo?— gruño Scott

—Nos hablaron de los juzgados, que una de nuestras abogadas anda buscando apoyo para detener una deportación— dijo Malone cuando vio mi cara confundida.

Justo sobre el pasadoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora