🎸Santiago🎸

17 6 2
                                    

Atención esta parte tiene escenas +18. si te incomoda por favor salta esa parte. Se puede leer hasta la señalización .

Desperté rodeada de los brazos de Eddie, mi espalda pegada a su pecho. Me gire lento para no despertarlo.

Quite el cabello que tapaba su rostro, trace suavemente sus facciones con mi dedo, apenas una caricia.

Se sentía irreal tener a Eddie a mi lado.

—Mmmm— Eddie me abrazó por la cintura para pegarme a su cuerpo. —Buenos días señora Munson.

—Buenos días señor Munson.

—¿Cómo estás?— pregunto con su voz ronca, en parte por acabar de despertar en parte por todo lo que cantamos y gritamos el día anterior.

—Feliz— dije con una gran sonrisa cuando Eddie abrió los ojos. —¿Y tú?

—Igual, aun no puedo creer que seas mi esposa.

Saltar

Eddie acuno mi mejilla y me dio un beso lento bajando a mi mandíbula y siguiendo hasta mi cuello donde dejo un pequeño mordisco. Quitó las sábanas que nos cubrían y me puso boca arriba subiéndose de inmediato.

—Mi hermosa esposa— dijo recorriendo con sus manos mi cuerpo, acariciando suavemente el encaje de la lencería que traía. —¿Cómo es que no me fijé en esto anoche?

No pude decir nada cuando sentí sus labios recorrer el valle de mis senos bajando poco a poco hasta que sus labios alcanzaron mi centro, dejando besos húmedos y con la boca abierta sobre el material de mis bragas.

Rápido me convertí en un desastre de gemidos, Eddie conocía mi cuerpo mejor que yo misma y sabía como llevarme al límite en un instante.

Sus dedos se engancharon debajo de mis bragas, tirando del encaje por mis piernas.

—Eddie— gemí mientras los dedos expertos de Eddie me acariciaban.

—Ya estás tan mojada, cariño, ¿eh? Qué coñito tan perfecto.

Deslizó un dedo dentro de mi bombeando suavemente después de un poco introdujo otro dedo. El ritmo con el que los bombeaba fue creciendo mientras su pulgar frotaba mi manojo de nervios.

Mi espalda se arqueó cuando me sentí caer por el abismo sintiendo tal placer que juré que podía ver estrellas.

Cuando baje de las nubes tome el rostro de Eddie entre mis manos para besarlo, era un beso necesitado. Aun en el beso deslice mis manos por su cuerpo para ayudarle a quitarse el bóxer.

—Eddie por favor te necesito

—¿Qué necesita mi niña bonita?

—A ti, te necesito dentro por favor por favor.

—Lo que quiera mi bella esposa— Eddie miro alrededor de la habitación y luego se levantó. —Cariño, dame un segundo deje los condones en la sala.

—No Eddie, así, quiero sentirte.

—¿Estás segura?

—Si, quiero sentir a mi marido.

Eddie puso los ojos en blanco antes de abalanzarse sobre mí para besarme.

Guió su verga a mi entrada y poco a poco iba hundiéndose en mí hasta llenarme por completo.

Me tome un minuto para acostumbrarme a su tamaño. Empezó a empujar lento pero muy profundo dentro de mí. Él se inclinó para entrelazar sus manos con las mías que buscaban algo a lo que aferrarse.

Justo sobre el pasadoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora