Mi vida

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31 de octubre

Mi vida cambió drásticamente en el momento que mis padres decidieron que nos mudaríamos a Hawkins y la verdad es que no puedo imaginar mi vida diferente. Aunque sin duda había cosas que cambiaria, la más importante es que sin duda me encantaría tener a Ari conmigo.

Había ido a visitarla como cada año desde que nos mudamos a Hawkins. Limpie su placa y hable con ella contándole todo desde la última vez que estuve ahí, le dije todo lo que la extrañaba y como la necesitaba cada día desde que se fue.

Había pasado una hora cuando sentí unas manitas alrededor de mi pierna.

—Lo siento, se despertó y quería a su mamá— llegó Eddie con un pequeño Wayne medio adormilado en brazos.

Tome a nuestra hija en los míos.

—Hola. ¿Dormiste bien mi amor?

—Chi— contestó nuestra pequeña escondiendo su cara en mi cuello.

—¿Estás lista?— preguntó Eddie acercándose para abrazarme.

—Si.

—Vamos entonces.

—Adiós, te espero pronto en casa, Te amo Ari.

—Yo también te amo mami.

Eddie y yo soltamos una risita por la respuesta de nuestra hija. Le di un beso en su cabecita.

—Te amo mi niña— jale un poco a Eddie para besar a nuestro hijo. —Te amo mi niño y también te amo a ti— le di un beso a Eddie.

—Yo también los amo a todos.

Regresamos a Hawkins para preparar todo.

Aunque yo nací aquí, mis padres siempre se esforzaron para que aprendiera todo acerca de la cultura mexicana ya que era parte de lo que soy. Al igual que formaba parte de mis hijos por eso puse igual de empeño para que ellos también conocieran sobre sus raíces.

Uno de los días más importantes para mis padres era el día de muertos y es unos de los días que más amaba por todo lo que significa.

Llegamos a la casa y Eddie me ayudó a mover la mesa para poder poner la ofrenda. Entre los cuatro pusimos la comida, las bebidas, el tequila para el abuelo, el pan de muerto que había preparado mamá, las fotos y mientras Ari y yo poníamos las flores de cempasúchil, Eddie y Waynie hacían el camino de pétalos hasta la puerta.

Cuando estuvo listo me senté frente a la ofrenda para verla bien.

—Muy bien chicos, vengan— dijo Eddie sentándose a mi lado.

Ari se sentó en las piernas de Eddie y Wayne en las mías.

—Niños, estos días son especiales, ¿saben por qué?

—Porque podemos pedir dulces— grito Wayne apretando sus manitas.

—Siiiiiii— le siguió Ari levantando su puño casi golpeando a Eddie en la cara.

—Cuidado princesa— Eddie empezó a hacerle cosquillas.—En parte tienen razón pero estos días también son muy importantes para su mamá y sus abuelos Isa y Gabriel porque es día de muertos.

—¿Día de muertos?

Poníamos la ofrenda pero no habíamos hablado con ellos de lo que significaba porque pensábamos que eran muy pequeños todavía pero ahora que ya eran más grandes y entendían un poco más era hora de explicarles.

—Si, día de muertos. El 1 y 2 de noviembre es la única noche del año en que nuestros seres queridos que ya no están con nosotros nos visitan, ponemos sus platillos favoritos y cosas que amaron.

—Vienen como fantasmas.

—No, no como fantasmas— dije Eddie entre risas. —Es más como sus almas.

—¿Por qué?

—Regresan ese día para estar con nosotros porque saben que los amamos y cuánto los extrañamos.

—Y para comer— agregó Eddie con una sonrisa.

—No para comer.

—¿Por qué no me puedo comer el pan entonces?

—O sea si es para comer pero no por eso vienen es solo lo que les ponemos por el largo viaje que hacen para llegar con nosotros.

—¿Por eso ponemos las fotos? ¿Para que sepan para quien es la ofrenda?

—Si mi amor, para que sepan que aquí tiene un hogar al cual llegar y los dejen venir.

—¿Qué piensan de eso?

Wayne miró a Ari y ambos niños salieron corriendo, era increíble ver como con solo una mirada podían comunicarse.

Llegaron corriendo con algo en sus manos.

—¿Qué traen ahí?

—Es un dibujo que hice de nuestra familia en el último concierto de papá— dijo Ari.

—Yo tengo mi dino que me regalaron para mi cumpleaños— Wayne lo puso en un lugar de la ofrenda igual que Ari.

—Queremos enseñarle a la tía Ari.

—Si va a venir queremos que ella nos conozca aunque no pudimos conocerla a ella.

Con los ojos llenos de lágrimas abrace a mis dos pequeños y los llene de besos.

—Muy bien chicos es hora de ponerse los disfraces para ir a pedir dulces con los abuelos.

—Siiiii, dulces— gritaron con mucha alegría.

Ambos niños salieron corriendo a sus habitaciones para prepararse.

—¿Estás bien?— preguntó Eddie abrazándome.

—Si, son unos niños increíbles.

—Tienen a la mejor mamá, obvio son increíbles.

—Te amo mucho— dije abrazándolo por la cintura.

—Yo también te amo mucho cariño.

FIN

Bueno chicos llegamos al final de esta historia, es la primer historia que termino y estoy muy feliz con como resulto todo

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Bueno chicos llegamos al final de esta historia, es la primer historia que termino y estoy muy feliz con como resulto todo. 

Espero que el final les gustara tanto como a mi. 

Por si no lo sabian, soy mexicana y una de mis festividades favoritas es sin duda el dia de muertos, lo que dice Dulce es mi fiel creencia de ese dia. 

Y apesar de que este es el final les traigo un capitulo extra esperenlo. 🥰🥰🥰

 🥰🥰🥰

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