Asilo

17 4 4
                                    

Jason fue a casa para ayudarle a Cami con Santiago mientras yo regresé al despacho para preparar todo para la audiencia preliminar que era en unos días.

Estaba tan concentrada en leer todos los casos de este tipo de audiencias para ver algo que pudiera ayudarnos cuando recibí la llamada de Eddie.

—Hola

—Duuuulceeee

—¿Estás ebrio?

—Un poquito— dijo juntando su índice y el pulgar pero sin tocarse . —No pude shamarte antesh eshtab...

—Poniéndote ebrio— lo interrumpí molesta.

—¿Estash enojadaaaa?— dijo con un puchero.

—Adiós Eddie— colgué el teléfono.

Me llamo 4 veces más pero ninguna conteste.

Eddie:

Dulce, ¿Por qué no contwestras?

9:50

Conrtestameeedeee

9:51

Dulceeeee

9:51

¿Dilcecito?

9:53

Dulce:

Basta Eddie, estoy trabajando.

9:55

Eddie:

Perdón 🥺🥺🥺🥺

9:55

Mi teléfono empezó a sonar de nuevo y pensé que era Eddie otra vez pero cuando vi el identificador de llamada conteste de inmediato.

—¿Gill?

—Hola Dulce, sabía que estarías despierta ¿Cómo estás?

—Bien, estoy un poco presionada con un nuevo caso.

—Las audiencias preliminares no son tan pesadas, se enfocan más en preguntas del juez para ver si califican para el asilo.

—¿Cómo sabes que es de eso mi caso?

—Te conozco, eres mi alumna que más se interesó en deportaciones. Recuerda que lo pesado viene con las audiencias de mérito.

—No sé si pueda con esto— dije en un susurro más para mí que para Gill.

—Claro que puedes, estoy segura, por eso envié a Ellie contigo. Hoy hiciste un gran trabajo y sé que así seguirá.

—Gracias Gill— dije después de un momento. —Pero Jason me ayudó bastante.

—¿Carver? Nunca imaginé que le interesara las leyes de inmigración.

—No, es un favor para mí.

—Tranquila Dulce, duerme un poco. Todo irá bien, te lo aseguro.

Después de colgar tome algunos documentos para seguir leyendo en casa pero el hecho de que Gill confiara en mí de esa forma me daba seguridad de una forma que no sabía que necesitaba.

...

El día de la audiencia preliminar me sentía extraña. Tenía todo lo necesario pero aun así me sentía poco preparada.

Estaba en mi cuarto practicando mis argumentos cuando Cami llamó a mi puerta.

—Dulce, te buscan.

—Claro, enseguida salgo.

Justo sobre el pasadoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora