Florecer

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Alicia González

Era śabado por la mañana, antes de irse con sus amigas Alicia estaba preparando en su mochila un borrador de la historia de piratas, junto un par de líneas sueltas que se le ocurrió escribir durante la semana, no sabía qué tan ético era escribir sobre sus amigos, pero el ver la conversaciones a lo lejos entre Zorrito y Coneja le había inspirado demasiado, en su cabeza se formaba la escena de lo que se hubieron dicho los dos en su intimidad, tal vez los diálogos en su papel eran un poco más melosos y cursis, pero escribirlo le había hecho sentir tan viva, era extraño pues, mientras más escribía sobre ellos se sentía más distante de su compañía en el mundo real.

Una vez sus amigos se contentaron y volvieron a ser pareja, durante clases se sintió algo apartada por ambos, trataban de mantenerla integrada más Coneja y Zorrito necesitaban a veces momentos de intimidad. Pareciese que unas palabras fueron lo suficiente para que la relación de los dos jóvenes enamorados se logrará afianzar con fuerza, ello ocasiona que la escritora comenzará a sentirse el mal tercio de la relación. Esto se notaba sobre todo en los momentos de la salida, donde ellos se iban a pláticar al parque dejándola sola, la cual comenzaba a recurrir al grupo B para tratar de sobrellevar este sentimiento, compaginaba en cierta parte bien con ellos, sobre todo con una Andrea y Tsuki que eran afectuosas con ella de un modo fraternal, la primera con acciones sencillas como el sonreír tímidamente al verla y la segunda pidiendo una y otra vez los textos de la escritora para leerlos y darle comentarios muy a su manera, como el "¿por qué los piratas no se besan si se siente cierta conexión entre sus diálogos al caer por la borda juntos?", Abraham y Ryu eran otro tipo de caso, por una parte, el chico friki a veces le pedía opiniones para su manga, como si la chica tuviera todas las respuestas o fuese la voz de la razón, aunque raras veces le hacía caso a final de cuentas; mientras, que por el lado del chico de rasgos asiáticos le preguntaba acerca de chicas, extrañamente Ryu se abría con ella al contarle sobre Griselda y el cómo era demasiado afectuosa con él, le gustaba ese cariño pero no sabía muchas veces como corresponder a dicho afecto, simplemente no estaba acostumbrado a ello, consideraba en Alicia una voz indicada, por que cada vez que le preguntaba a otro del grupo no le transmitían confianza, Abraham lo miraba con un deje de tristeza que no él no podría interpretar por qué, Andrea le confesó que estaban en las mismas de no saber cómo manifestar dichas emociones adecuadamente, Tsuki se ponía nerviosa al responder, tratando de llegar siempre a la misma respuesta de "hazlo a tu manera" y con Elías no podía contar por su pasado previo.

No obstante, Alicia no tenía tan buena interacción con todos, las conversaciones extrañas con Elías le indicaba que era también necesario tomar distancia al menos de él, el guitarrista al notarlo le pidió que hablarán en privado, entre semana, en la escuela. Por supuesto, el resultado le hizo querer escribir otra escena, de la cual estaba comenzando a detallar acciones aún no habiendo tenido esa reunión propuesta. Le resultaba curioso como el amor y el desamor podrían ser herramientas catárticas tan fuertes para impulsarla a escribir de una manera tan prolífica.

Hoy esperaba que las cosas fueran diferentes en cuestión de convivencia, hoy no quería ser la voz de la razón, quería escuchar a sus chicas y proponer hacer teatro, al menos quería tener la oportunidad de tener tiempo de calidad con Coneja, pues la salida sería exclusiva del género femenino. Terminando de empacar sus borradores, pensaba con cierto atisbo de esperanza: "Un día de estos montaremos en escena alguno de mis textos, debo esforzarme para que los chicos resulten interesados en ellos. Sé que lo lograré, pero solo si soy constante."

Antes de salir va junto a su padre, el mismo se muestra con su ropa en tonos otoñales, toma una taza de café oscuro, junto a una lectura de Anton Chejov, más específicamente el texto titulado "mi vida". Luis tiene una forma curiosa de leer, pues mientras rebusca en las páginas se da tiempo para imaginar las escenas, meditar en el razonamiento de los personajes e ir armando cierto trazo de acciones de la trama en un cuaderno. No porque quisiera escribir, sino porque el diseccionar textos de ese modo es uno de sus pasatiempos favoritos.

Nuestro Dramático Taller 2- ConflictoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora