Lobos disfrazados de corderos

2 0 0
                                    

Alicia, Fabiola, Andrea, María, Selene, Brenda, Bianca, Griselda.

Antes de seguir con aquella cadena, a Brenda se le ocurrió sacar un juego para romper el hielo, cariñosamente le decía al mismo "los lobitos", se trataba de un juego de tarjetas donde habían dos tipos de roles, los aldeanos y los lobos. Para llevar a cabo la dinámica la chica amante de los monstruos tomaría el papel de narradora, quien estaría a cargo de dar las indicaciones e iría comentando los sucesos con el fin de hacer que las chicas entrarán a la personificación.

Al lado de su comida las chicas tenían la tarjeta boca abajo, en la mesa había un lobo que cada noche iría atacando a una por una de ellas hasta comerse a todas, mientras que el pueblo cada día estaría enjuiciando a quien entre ellas sería la causante: —¿Dudas antes de comenzar? —Espada.

—Sí, ¿qué pasa si matamos a la loba a la primera? —Alicia.

—Fácil, se acaba el juego.

—Hmm... bastante sospechoso que lo preguntes, es como si fueras la loba —Tsuki.

—No, es que... —Alicia.

—Qué ojos tan grandes tienes.

—Son para ver mejor a Elías —Fabiola.

—Coneja, no empieces.

—Perdón, me la pusiste muy fácil.

—Si no tienen dudas entonces comencemos. — Espada —Se hace de noche, todas deben cerrar los ojos, la aldea está durmiendo con calma, no saben que dentro de sus filas hay un ser con sed de sangre. Es luna llena, se comienzan a escuchar aullidos a la lejanía, los habitantes del pueblo temen por su ganado, lo que no se han percatado es que no solo van por él. La loba despierta, en este momento solo ella puede abrir los ojos. Examina a sus compañeras y sin hablar, debe mencionar una chica a la que voltearé su tarjeta, ella se considerará muerta dentro del juego, tendrá prohibido hablar pero tendrá permiso de ver la acción en todo momento. La mujer lobo hinca los dientes en su víctima, cayendo poco a poco las gotas que emanan de su líquido vital, no se escucha ni el expulsar de un grito, dado que fue un ataque limpio. La loba, ya saciada, va a dormirse para no levantar sospechas, cierra los ojos con quietud y la aldea despierta.

Las chicas abren los ojos, mirando sus tarjetas se percatan que fue Tsuki la primera en terminar con su tarjeta volteada: —No es justo, ni siquiera me dejaron hacer algo.

—Quienes fueron atacadas por el lobo se les prohíbe hablar.

—Pero...

—Descuida, ser espectadora también es divertido, si tardan en encontrar a la causante podrás ver cómo hacen un caos con sus conjeturas. Muy bien chicas, dialoguen, ¿Quién piensan qué sea?

—Podría ser Griselda, Tsuki la andaba hostigando demasiado —Coneja.

—¿Yo?, si fuera la loba obvio no la atacaría primero, sería demasiado estupido de mi parte —Gris.

—Podría ser Griselda por eso mismo —Alicia —Puede que sea una jugada doble y haga lo obvio para que no sospechemos que ella sería capaz de hacer algo tan arriesgado.

—No soy yo, además tú andas demasiado sospechosa —Griselda.

—Chicas, no apresuren sus acusaciones —Andrea —Hay que tomarnos un tiempo para pensar quien quisiera que Tsuki saliera del juego tan rápido.

—Es obvio que se trata de Griselda —Coneja.

—Que no, empiezo a creer que eres tú. Es más, si quieren eliminenme esta ronda para que comiencen a sospechar de ellas. —Gris.

Nuestro Dramático Taller 2- ConflictoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora