Jóvenes atormentados

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Maximiliano, Ryu y Abraham

Era el primer día de clases formal, en este momento se realizaba el cambio de turno entre la mañana y la tarde, esperando en las mesas de piedra estaban Zorrito, Ryu y Abraham, con una plática algo cortada y poco amena, de vez en cuando decían breves comentarios para después volver al silencio, debido a que dos de ellos estaban demasiado centrados en asuntos personales, el pelirrojo con lo antes tratado y el chico de rasgos asiáticos por una plática que tuvo con su padre en la mañana, en la cuál le dijo: "cuida mucho a tus compañeras este semestre"; Abraham era irónicamente el único enfocado de los tres, quien, de vez en cuando intercalaba mirada entre ambos, al no saber qué hacer con ellos optó por sacar el borrador de su manga y trabajar mientras en él.

La prepa en estos días de frío tenía cierto estado hibernación, los chicos salían por lo regular llenos de abrigos, bufandas y demás cosas por el estilo; poca gente se animaba a usar las canchas o platicar cerca de ellas hasta la tarde, donde el sol apenas brindaba los ánimos de hacerlo, se prefería, a pesar de las quejas de las autoridades, comer dentro de las aulas o estar en lugares que no estuvieran tanto a la intemperie, ya sea las mesas de piedra, pasillos, la fonda de doña Lupe o de plano ir a restaurantes fuera de la prepa a comer. A estas horas, la comida caliente era la especialidad, eran queridas las sopas instantáneas, los tacos de barbacoa y el café, por lo que una concentración de olores en los espacios cerrados era notable.

Buscando una forma de perder el tiempo, a la espera de su cita, los tres habían optado por jugar las ilusiones del zorro, con unos vasos desechables y varios sobres revueltos. De los tres es Ryu quien no soporta el sabor a Oolong por lo que opta por terminarlo solo por cortesía, por su parte, Zorrito toma uno de manzana con canela gustoso y Abraham uno de jazmín, enamorado de su sabor.

— Muchas gracias por acompañarme chicos. — Comentaba Zorrito, muy al aire.

— Así que nuevos chicos de teatro, me llama ligeramente la atención. Por cierto, ¿Y Coneja y Alicia? — Ryu, tratando de ocultar su cara de asco por el té.

— Es una situación delicada. Hablando de las chicas ¿No vendrán Tsuki y Andrea?

— Van a venir, la cosa es que fueron a comprar algo antes.

— Por cierto, ¿A ellas también les darás sobres de té o puedo tomar otro? — Abraham.

— Puedes hacerlo, sin problema, solo debes ir por agua caliente. ¿Podrías comprar con doña Lupe?, se me acabó la del termo y me sabe mal.

Abraham asiente y va enseguida, dejando a los dos chicos solos, Zorrito reanuda la conversación: — Tengo la ligera sospecha que Andrea tiene cierto pánico con que lleguen varios nuevos, supongo que tardará en presentarse. No quería decirlo en frente de él porque podría externarlo y las pondría incómodas.

— Tiene sentido. Devolviendo tus teorías con algunas propias, te aconsejo que hables con Coneja, asumo que ella no vendrá por algo relacionado a ti.

— Bastante suspicaz de tu parte.

— Me preocupo por Coneja, más que nada.

— Oh ya veo. Supongo que tomaré tu consejo una vez terminemos el contacto con los chicos.

— Más te vale, ella es una chica bastante grácil para que acabe lastimada por alguien como...

— ¿Cómo yo?, mira, entiendo que quieras ayudarla pero te pido por favor que no hables así de mí, no sabes lo que he estado pasando en estos momentos y si no quiero hablar con Coneja es por una cuestión de tiempo, he perdido algo importante de mi vida y no me siento capaz...

Nuestro Dramático Taller 2- ConflictoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora