Replicas de la declaración.

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Alicia, Selene y Andrea

Tras ver que sus amigos habían terminado en buenos términos la escritora celebraba junto a sus amigas, quienes habían quedado de acompañarla, dado su nerviosismo. Tomando su distancia y a pesar que no pudo escuchar la plática debido a la distancia, Alicia sacó un grito de emoción producto de lo que vio.

Antes de seguir fue Tsuki quien sacó nuevamente un tema a colación: —Podríamos celebrar el Zorneja con una salida exclusiva de chicas. En el caldero mágico.

— Cierto — Alicia —Podríamos ir las chicas de teatro a convivir entre nosotras, incluso invitar a las nuevas.

—Buena idea —Tsuki —Sobre todo, quiero saber qué pretende esa chica nueva con Ryu.

—No creo que acepten salir para ser cuestionadas —Alicia.

—Es que Abraham y Ryu son el uno para el otro y ella solo vino para arruinarme el shippeo.

—Tsuki, no creo que sea buena idea preguntarle eso —Andrea — solo lograrás dejarla incómoda. Además ella se ve muy seria para hablar de esa manera sobre Ryu.

—¿Pero qué opinas Alicia?, ¿Quién es el mejor prospecto para Ryu?, ¿el chico friki que siempre lo ha admirado o esa cualquiera que solo vino a cebar su amor? —Tsuki.

— ¡Selene! —Andrea —No hables así de ella.

— Yo prefiero ver a Abraham y Ryu juntos, me gustó la casi declaración que tuvieron al final del semestre pasado —Alicia.

— ¿Ves Andrea? El Ryuham es lo de hoy —Tsuki, contenta de tener aprobación.

—Es mejor que no invitemos a las chicas nuevas aún —Andrea.

—Si hay que invitarlas, ¡necesito que quedé claro mi shippeo para que no sea arruinado! —Tsuki, casi gritando.

—No olvidemos invitar a Lucía y María. Aún me siento mal del día que olvidamos invitar a María a una reunión—Alicia.

—Te apoyo —Andrea.

—¡Venganza!, uhmmm y de paso puedo preguntar sobre el ship de Lujandro y el Elicia.

—¿El qué? — Alicia, rojisima de escuchar el segundo nombre.


Alexander Hernández

Una vez salieron de teatro los chicos de AD4 tuvieron apenas 10 minutos para comer y descansar antes de entrar a sus clases normales. Comiendo a las prisas en la fonda de Doña Lupe dos de los chicos estaban decididos de entrar a la hora exacta, los mismos se trataban de Roboto y Espada quienes comían lo más rápido posible.

Buffet, Fantasma y Tigre habían convenido en que entrarían tarde, valiéndose de los 15 minutos de tolerancia para poder comer a gusto. Buffet hasta este momento había hecho lo posible para frenar a los chicos más fue el sentimiento de responsabilidad de Roboto y el apoyo de Espada a su compañero lo que les motivó a comer a tiempo. Medio atragantados con sopa instantánea y café, con los músculos aún entumecidos de los ejercicios toman sus cosas y se disponen al aula.

El chico de exótico acento mantenía un sentimiento de responsabilidad con la educación ya que para él no existía el concepto de las clases perdidas.

Una vez llegan, a pesar de las prisas, encuentran el aula semivacía únicamente hay tres personas en el aula, entre ellas el maestro Gustavo, quien se encuentra escribiendo en el pintarrón sobre la evaluación en su clase.

Sentada al frente estaba Griselda, quien tenía unos lentes grandes que ocultaba sus ojos jade. Al parecer usaba pupilentes durante los ensayos de teatro y en el fondo Lucía, quien estaba dormida en la butaca.

Gustavo, muy animado de tener más compañía en su clase le dice a los dos chicos apenas entrantes: — Nice to meet you actors, how did it go with the professor Fausto?

Fine, teacher — Roboto — Do you like theater?

Right. Also, Professor Fausto is my best Friend.

A partir de ese momento el profesor Gustavo y Roboto tuvieron una plática en la lengua anglosajona, Roboto, tenía una cierta soltura con su lenguaje natal, al grado que cuando hablaban Espada y Lucía no entendían nada de lo que decían los dos, sin embargo la chica de los ojos jade atenta entiende la comunicación entre ambos, decide no interrumpir pero se siente gustosa de ver que tendrá un rival de estudio a la altura en su nueva escuela.


Abraham Rocha

Días después de la primera clase Abraham se quedó absorto en sus pensamientos, en su cabeza diferentes nociones de lo que estaba comenzando a ocurrir lo estaban abrumando. Para él este semestre debía ser prometedor, pero con un ligero desliz las cosas habían presentado un cambio repentino.

¿Qué debía hacer en esta situación?, se supone que él debería ser feliz, cuenta con sus amigos, ha hecho nuevos, ha sobrevivido la soledad de los días en el campo. Quería al menos intentar dar el siguiente paso con Ryu. Él más que una inspiración es una persona a la que le debe total sinceridad con sus palabras, si fuera por él, hace tiempo le hubiera dicho y de la manera más directa le hubiera pronunciado de sus labios un "te quiero", palabras que eran necesarias para expresar sus sentimientos, pero no pudo hacer la última vez.

Mientras se desmorona en el barandal del segundo piso, Tsuki llega al auxilio de su amigo, lo ha visto estos días decaído, con el semblante tan bajo que parece que alguien ha apagado su fuego. La chica abraza con cierto afecto a su amistad. No sabe qué decirle, sólo espera a que quiera dirigirle unas palabras: —Me gustaría saber si él, al menos una vez, ha sentido algo parecido a lo que yo siento por él. Es tan raro pero, mientras más me cuestiono si lo que siento por Ryu es algo vinculado a la inspiración, a la obsesión o a la pasión, lo único que terminó infiriendo es que lo siento por él es puro. Yo vi a ese chico sentado en la esquina de nuestro salón desde que apareció y supe que tenía una cualidad especial que era imperceptible al resto, porque todos lo miraban raro por ser diferente, pero yo apreciaba esas diferencias, es un chico atrapado en su crisálida, puesto a fuerzas en ese cascarón de negatividad por el miedo que le han hecho tener. Ryu es un hombre que ha sufrido una metamorfosis a través de grandes pasos de valor.

—Suena demasiado idealizada tu representación de él.

—Lo sé y siento que eso es lo que me hace daño. Pensé que si por azares del destino él me llegará a corresponder yo podría al fin conocer a su versión real. Sin estas raras ideas que me hago en la cabeza, yo lo quiero pero no lo estoy queriendo de la manera adecuada, porque no he conocido al Ryu que debería y me siento cada vez más triste cuando veo que él es feliz con otra persona.

—Tú no podías saberlo.

—Debía, no es una chica que llega de la nada. Ella apareció en su vida cuando estaba comenzando a abrirse al mundo. Puede que ella sea la razón por la que se le ve más seguro. Digo, ¿qué chica en su sano juicio apostaría a cambiarse de escuela por un amor no correspondido?, lo de ellos debe ser real.

—Qué te digo.

—Dime la verdad, necesito olvidarlo, hacer como que soy feliz mientras él va concretando su amor con esa chica. Ella es lo que él necesita, no alguien como yo.

—¿Cómo tú?, eres la persona quien más he visto que ha confiado en él. Te aseguro que fuera de su familia nadie le ha dicho que lo admiraba tanto como tú. Deja de hundirte en tu lastima Abraham y encargate de este asunto. ¿Quieres conocer al Ryu real?, conócelo, es más que un posible partido para ti, ¿Quieres saber si él siente algo por ti?, entonces díselo. Que él puede intuirlo, pero el ser directo es la única forma en que te percatarás de lo que su corazón dicta.

—No necesito preguntarle, es obvio que a quien quiere es a ella.

—Quien sabe, puede que la trate así por cortesía, es más, me voy a encargar de conocer las intenciones de la fulana esa en la reunión de chicas.

—No te metas en cosas así.

—Claro que sí, si tú no quieres arreglar tus problemas amorosos yo te ayudaré a que encuentres una solución, ya no soy tu amiga la espectadora. Ahora voy a actuar.

Nuestro Dramático Taller 2- ConflictoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora