Agarrar y soltar

4 0 0
                                    

Abraham y Griselda

-Tú y yo tenemos que hablar -Gris.

Días después del 14 los dos chicos se juntaron terminando sus clases, los mismos lo habían hecho manteniendo el máximo silencio del tema y solo contactándose por mensaje en privado, ambos sentían que era la forma correcta de hacerlo y se arrepentía de no hacer esto en primer lugar.

-Antes que nada - Gris - debo pedirte una disculpa por cómo me comporté, ninguno de los dos respetó el pacto de paz, pero de mi parte debo confesarte que si te agarre cierto odio estos días y no es tu culpa es solo que soy muy visceral con estas cosas...

-No te disculpes, creo que la intensidad fue mutua, oye -El chico toma la mano de Gris, acepta ese acto, si ella no supiera que Abraham es gay otro tipo de pensamiento tendría -Debemos intentar que estas cosas no nos alteren. Digo, todo el semestre hemos estado en esta guerra fría y siendo sinceros no soy el más sociable para terminar fragmentado el único grupo social que me queda. Si quieres intentarlo con Ryu lo entiendo y deberías hacerlo feliz, creo que es más fácil que esté contigo a que esté conmigo, solo te pido un favor, asegúrate que esté bien, que siga creciendo y que estas cosas no dañen su corazón tan frágil. Si tengo que rendirme con él estaré más que feliz que sea contigo.

-No digas esas cosas Abraham.

- ¿por qué no?, tú genuinamente lo quieres y le demuestras afecto.

-Tú igual, por mucho que te cueste.

- Estará bien contigo, yo no me entrometeré y espero que tengan una bonita relación.

- No tomes la decisión por todos.

- ¿Qué todos?, ¿acaso no ves que soy un obstáculo que solo pone nervioso a Ryu por tener que elegir?, yo ya me hice a la idea de que no merezco su amor si solo lo confundo, si solo logro que se aparte del resto por creer que todo esto es un juego para nosotros. Su corazón no es un juguete, no es un objetivo a alcanzar. Es algo que debe ser cuidado y respetado.

-No lo respetas si te rindes tan fácil. Deja que él elija, como ya lo habíamos dicho. Solo no hay que meter la pata otra vez...

-La vamos a meter tarde o temprano si seguimos esperando que él nos diga. Además, por favor, ¿crees que alguien como él se fijaría en mí? -Aprieta la mano de Gris -Tú estás ni mandada a hacer para él. Dejaré que ambos sean felices. -Suelta la mano de Griselda y se levanta de golpe.

- ¿Pero tú serás feliz?

-He vivido varios años sin serlo plenamente, una herida más no me hará daño. Creo que, para no pensar en ello, voy a dedicar un tiempo en mis proyectos personales -Abraham se marcha en silencio.

La chica la observa con un aire de sorpresa, muchas veces había escuchado la oración "si amas algo déjalo ir", ella entendía que dicha frase eran un absurdo porque su forma de amar era intensa y confrontativa, para ella el amor era una conquista, un acto que debía hacerse poco a poco para que la persona logrará ver la pureza y ardor de los sentimientos por el otro. Este tipo de amor muchas veces la hería por su propia mano, por no saber cuándo parar hasta que el otro le hacía entender que era una guerra perdida apagando su llama en el proceso. Ella nunca había tenido esas ganas de rendirse tal y como Abraham, sin embargo, entendió en ese instante que tal y como ella amaba con esa intensidad el chico friki también demostraba su amor de igual o más fuerza al retirarse, al querer que el interés amoroso de ambos no tuviera esas presiones sociales. Ese día Griselda comprendió que amar además de demostrar es soltar, es buscar la seguridad y paz de la otra persona. Diga lo que diga ella en ese momento la decisión de Abraham era clara en ese momento, no lograría hacer que cambiara de opinión ni aunque lo intentase.

Nuestro Dramático Taller 2- ConflictoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora