Epilogo Complices

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Un año había pasado, un año de arduo trabajo, un año era más que suficiente.

— No quiero ser pesimista pero dudo que funcione — Max comentó confiado — Soy el mas fuerte del lugar y no he sido capaz de hacerle un rasguño.

— Ten confianza, mi hermana es de las mejores cuando se propone algo — Jim comentó confiado.

Desde una pantalla se podía ver el procedimiento, las brujas y casi todos los ex campistas estaban emocionados, aunque fallara la sola esperanza de tener a su amigo Oscar de regreso era un regalo para cada uno de ellos, en cierta forma le deben demasiado.

Erizo quien usaba un traje protector comenzó su ritual, círculos con una simbología extraña comenzaba brillar con intensidad y nubes de humo salían de todas partes haciendo que se viera borrosa la imagen.

— Bien equipos de emergencia listos, esa camara estará llena de gases necesitamos responder rápido — Jim señaló.

Erizo con un cincel que emanaba un extraño brillo lo coloco y con un martillo muy simple golpeó el cristal y como si este fuera de papel empezó a resquebrajarse, cayendo en pedazos.

Esto dejó a todos sorprendidos y se escuchaba una voz de asombro.

Erizo hizo una seña y Jim dio la indicación — Enciendan la ventilación—

Una enorme cantidad de humo de diferentes colores se arremolinaban en la habitación siendo extraídos dejando un momento de incertidumbre, cuando el humo se despejo el cristal estaba hecho pedazos pero no había nada en el, Oscar, ni Mildred.

— No puede ser posible — Susie señaló conmocionada, ella se puso una máscara de gas y entró al lugar buscando entre los escombros lo que fuera, su alumna estrella, su pupilo, Susie lloro al no encontrar nada — Te he fallado, lo lamento tanto —

Betsy entró seguido ya que el lugar era seguro tratando de calmar a la pobre y abatida Susie, su alumna, su pupilo una bruja prometedora.

Erizo se quitó el traje, observó las piezas — Bien, Oscar al menos se que te pude encontrar al final — esta no quería pero sus lágrimas se llenaban en sus ojos.

Jim entró y abrazó a Erizo ella estaba devastada.

Los presentes se acercaron y dieron un vistazo, era cruel para todos.

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Los siguientes días se llevó a cabo una ceremonia, se levantó una estatua en su honor, fue algo emotivo y cada quien llevó el duelo a su manera.

Una ceremonia simple, unas palabras de aliento y un duelo compartido.

Erizo había estrechado amistad con cada uno de los ex campistas, el contar anécdotas de su amigo era único y emotivo para todos era catártico.

Los días pasaron y con un poco de esfuerzo todo volvía a la normalidad a la que estaban acostumbrados.

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Erizo y Jim volvieron a la ciudad tenían que ponerse al corriente con algunos pendientes, se despidieron pero solo momentáneamente, volverian lo prometieron.

La ventaja de Erizo ahora que dominaba un poco más la magia es que hasta su guarida secreta no solo se limitaba a un departamento en los suburbios un simple puf y ella y Jim estaban en un lugar indeterminado en la misma ciudad.

— Wow creo que puedo acostumbrarme, pero que voy hacer el día que me dejes aquí atrapado — Jim se quejo pensando las posibilidades.

— Vamos es solo un lugar temporal — Erizo encendió las luces de esa enorme caverna.

Retomando la pistaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora