Junio 28

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Este fin de semana fue raro. 

Ya han pasado meses desde que Megan y yo empezamos a salir. Cada día que pasamos juntas hemos compartido mucho, pero en verdad buena parte de lo que hacemos es comer. Pasamos los días expandiendo mi capacidad, llenándome. Ella me satisface de muchas maneras, me compra cosas, mantiene contenta a mamá, me lleva a lugares, y me compra comida. Mucha comida. 

Ella a cambio solo espera que yo coma, y así he hecho, en serio que sí. Pero cada vez Megan quiere más. Quiere que yo coma más, que sea más grande. En serio ya he pensado varias veces que me va a llenar tanto que voy a reventar, me voy a terminar explotando. Ya tengo una panza grande, de verdad grande, y Megan me hace llenarme tanto. 

Pero no importa, había estado pensando en bajar el ritmo, en hablar con ella. Decirle que ya no puedo seguir subiendo de peso. De hecho no es tanto por el peso, la verdad que no he engordado tanto, el problema ha sido lo mucho que me llena, lo grande que quiere que mi barriga se haga. Pero ayer, ayer estaba más llena que nunca. 

Sus palabras y su manera de comportase ayer fue extraño, recuerdo muy bien el tono en que me dijo así como "vaya mira lo llena que tienes la barriga", había comido como para diez personas, claro que estaba llena, estaba que me reventaba. Podía sentir que todo me ardía en ese momento. 

Amo a Megan, en serio lo hago, pero han habido días en que me presiona tanto que en serio creo que en el fondo desea que yo llegue a explotar. Y anoche luego de decirme eso tuve un poco de miedo. Comenzamos a jugar de nuevo con las cuerdas, me ató manos y pies, y suspendió mis brazos en el aire con otra cuerda, luego comenzó a acariciarme la barriga, eso me vuelve loca, no voy a mentir, me fascina que me acaricie de esa manera. Pero anoche ya estaba al borde, había comenzado a comer desde el día anterior, sin detenerme, recuerdo que me miró y de seguro me veía cansada porque me dijo que me daría unos minutos para reponerme, pero no me soltó. 

El momento en que me asustó fue cuando miró a nuestro alrededor, su apartamento estaba hecho un desastre, habían platos y bolsas de comida por todo lado. Y Megan los vio y me dijo "Kathy, amor, es increíble que todo esto ahora descansa aquí adentro, en esta enorme y firme panza que tienes. Cuanto más vamos a tener que darte para que tu ombliguito se salga?". 

Me alarmé, no dije nada, nada en lo absoluto y seguí comiendo de manera obediente, pero Megan no parecía tener planeado detenerse. Yo tan solo seguía allí amarrada, con mis brazos al aire y mis piernas bien sujetas a la silla. Podía escuchar mi vientre protestando y ella seguía dándome de comer. Por mi cabeza pasaba la idea de que de verdad quería que mi ombligo se saliera, algo así es imposible. 

Temía mirar hacia abajo, no quería ver como tenía mi barriga, pero la sentía tan apretada, tan llena y Megan seguía dándome comida. Recuerdo esa sensación de no ser capaz de moverme, girarme o estirarme, temía que si hacía algún movimiento me abriría en dos. La sensación de náuseas con el tiempo cada vez la controlo mejor, pero ayer podía sentir que mi cuerpo ya rechazaba comer más, tenía semanas de no sentir que vomitaria sin importar cuánto comía. 

Y entonces suavemente me dio un beso en los labios, me miró a los ojos y me dijo las siguientes palabras que me quedaron grabadas en mi corazón. 

"Sé que es un poco tarde para esto, pero te agradezco muchísimo que sigas adelante con mi fetiche, eres una mujer excepcional y soy afortunada de tenerte a mi lado. Gracias por el esfuerzo que haces. Te amo". 

No puedo explicarlo, pero sus palabras de verdad me alcanzaron, lo entiendo. Esta es la manera en que ella ama. Es única y su forma de ser también lo es. Así que tomé mi decisión. Haré todo, absolutamente todo lo que esté a mi alcance para satisfacer sus deseos. 

Luego de eso seguí comiendo, en silencio, tanto como ella me dio, hasta que estuvo lista para que tuviéramos sexo. Hicimos el amor, yo sobre ella, me costó muchísimo acomodarme y mi panza está tan pesada y grande que la empiezo a aplastar y ella lo disfruta, sonríe y goza conmigo así. Así que estoy contenta por poder ser su persona especial. Voy a comer hasta reventar de ser necesario y amaré cada momento que estemos juntas. 

El diario de KatherineDonde viven las historias. Descúbrelo ahora