Septiembre 6

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Hace tiempo no escribo. Creo que hoy es un excelente día para hacerlo, tengo cosas que quiero recordar. 

Recientemente siento que los días pasan cada vez más rápido. Mi vida gira entorno a Megan y a la comida. Hace más de un mes dejé el trabajo, Megan se hace cargo de todo, y cuando digo todo, hablo en serio. Mi madre nunca había estado tan feliz en toda su vida, ninguna de las dos estamos trabajando actualmente y Megan nos da dinero no solo para lo básico, sino para darnos una buena vida. 

Mi relación con mamá nunca había sido tan buena. Luego de cada sesión de comida que tengo con Megan, ella cuida de mí, vigila que me sienta bien. Me dice que tengo una panza de oro y que la debo cuidar. Para ella pasé de ser una gorda inútil a la gallina de los huevos de oro, sabe lo mucho que a Megan le agrada mi panza y cuando se percató de eso todo cambió. No me importa la verdad la razón que tiene, pero se siente bien que cuide de mí. 

En estos meses en verdad me he desatado, he subido de peso, sé que soy gorda, pero así me ama Megan. 

Le encanta jugar conmigo. Y yo amo que me amarre y me alimente, que me empujé siempre a más. Con el tiempo he aprendido a disfrutar de mi panza llena, yo simplemente la dejo que me de todo lo que quiera. Y es por eso que ahora estoy tan grande y redonda. Mi barriga pesa tanto que caminar se ha vuelto difícil, estoy llena todo el tiempo, pero tengo que seguir adelante, sé que Megan adora que mi panza esté dura y firme, y entre más gorda me pongo, más difícil se vuelve llenarme hasta que quede firme. 

Esta semana que viene Megan estará afuera, y quiero sorprenderla. Lo hablé con mamá y ella está dispuesta a ayudarme. Voy a comer tanto que el sábado cuando regrese la recibiré con la panza más grande que ella jamás haya visto en la vida. Espero poder sorprenderla. 

El diario de KatherineDonde viven las historias. Descúbrelo ahora