5. Cero experiencia

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Tardé un poco más de lo que esperaba en rellenar todo el cuestionario pero una vez terminado se lo entregué de vuelta a la gerente.

—Muchas gracias —dijo ella guardándolo en una carpeta.

A continuación comenzó a hacerme varias preguntas, algunas fueron sobre los idiomas que hablaba, lo que había estudiado, si tenía alguna enfermedad o alergia... Mientras yo contestaba Almudena apuntaba quién sabe el qué en su portátil.

—Okay, y dime, ¿tienes algún tipo de experiencia en este sector?

—Para nada, tengo cero experiencia en cualquier sector —respondí sonriente.

"Excelente, tú déjate por los suelos, idiota."

Aunque de pequeña jugaba con mi padre a que tenía un restaurante, llevaba bandejas todo el rato así que tengo bastante equilibrio con eso, jeje...

Solté una leve risa nerviosa.

"¡¿Por qué le estoy contando todo eso?! ¡Es un dato vergonzosamente innecesario que no podría importarle menos!"

Ella sonrió ante esa inesperada historia y siguió escribiendo.

—Vale, ¿por qué quieres este puesto de trabajo?

"Necesito el dinero, Almudena, simplemente necesito el dinero."

—Creo que es una buena manera de entrar en el mundo laboral y ganar experiencia, además se me da bastante bien hablar con la gente —contesté orgullosa de haber manejado bien la situación.

—Ajá, perfecto, ¿qué puesto crees que se adapta mejor a tus habilidades? Camarera, asistente de barra, en la cocina...

—La cocina no es lo mío, sin duda camarera o asistente de barra serían las mejores opciones.

—Okay, ¿te parece si empiezas la semana que viene?

Me quedé en blanco.

—¿Y ya está? ¿El trabajo es mío? —pregunté confusa.

—Necesitamos trabajadores lo antes posible por lo cual no puedo ponerme muy quisquillosa con la gente que viene a hacer la entrevista. Además estarías una semana en un período de prueba.

Mientras me contaba aquello me tendió mi contrato, después de leerlo y firmar en incontables partes, se lo entregué de vuelta.

Me estaba ofreciendo un puesto de trabajo casi que por mi cara bonita, y tampoco es como si pudiera rechazarlo.

—La semana que viene entonces, ¿a qué hora?

—Te llegará un correo con el horario en esta semana. ¡Bienvenida a bordo!

Ambas estrechamos la mano y despidiéndome salí de la sala. Una vez fuera me apoyé en la pared para intentar controlar la respiración, hasta ese momento no me había dado cuenta de lo rápido que me iba el corazón.

"¿Tan fácil ha sido?"

Abandoné el pasillo y salí a la cafetería, el chico con el que había hablado antes me miró y mientras cobraba a un cliente me hizo un gesto para que le esperara. Eso hice.

Segundos después se acercó rápidamente a mí.

—¿Qué tal? ¿Cómo ha ido?

—Me han contratado —dije sin asimilarlo todavía. —¿Me han contratado?

—Te han contratado.

—¡Me han contratado! —exclamé.

Empecé a dar pequeños saltos de alegría mientras le decía al aire que me habían contratado. El chico me imitó y sin pensarlo mucho me tiré a sus brazos.

Gracias estúpido universoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora