Sky Lee.
Un día mas de mi vida, bajaba las escaleras buscando un moño para poder atarme el cabello en un tomate, recorrí toda la casa hasta llegar al baño y encontrar uno mojado en la bañera, lo estruje y los ate a mi cabello.
Se que mi cabello olerá horrible luego.
Eran las doce del día, fui por la escoba a el cuarto de mi madre y comencé a barrer toda la planta baja, pero algo comenzó a molestar mis oídos, mi vecino.
¡Joder!
¿No conoce los audífonos o que?
Es irritable.
Justin, el de al lado, todas las mañanas coloca la música al tope del volumen, eso es realmente molestoso, ¿no piensa en los demás acaso? este chico pronto quedará sordo.
Furiosa por el ruido que provocaban sus parlantes tiré la escoba al suelo y camine hacia su casa.
Golpee lo mas fuerte que pude la puerta con mis nudillos haciendo que estos dolieran.
Luego de media hora aquí tratando de que el engendro del demonio abriera la jodida puerta, escuche como la música iba bajando de a poco y luego de eso el se asomo por la puerta.
Madre santa
Esto es una escultura hecha a mano
Un Dios griego
Y un bueno para joder.
Estaba sudado y nada en la parte de arriba, su pecho estaba mojado al igual que su rostro, su cabello desordenado y sexy, ugh.
—¡Hasta que abres!— Solté algo enfadada.
—No hay azúcar— Dijo en un tono amargado y sarcástico, luego de eso se digno a cerrarme la puerta en la cara, lo cual no logró gracias a mi pie en el marco de la puerta.
¿Que? ¡Pero si la enojada aquí soy yo!
—¿Que crees que haces?— Dije incrédula ante su acción.
—Le cierro la puerta a una loca, eso hago— Dijo, mis ojos se abrieron al máximo.
—¿Me haz llamado loca?—
—Dime que quieres— Dios, no podía ser mas maleducado.
Rodé mis ojos cansada de la conversación.
—¡Ya bájale a la música!—Le grité, ahora es el el que abrió los ojos al máximo.
—¿Perdón?— Frunció el ceño.
—Ya lo veía venir, te quedaste sordo, lo sabía— Puse mis manos en mi cadera y negué con mi cabeza.
—¿De que hablas? ¿Y que quieres?— Ladeo su cabeza hacia atrás.
—Quiero muchas cosas en la vida, pero lo principal es que le bajes a tu maldita música.
—¿Y si no quiero, que?— Poso su frente con la mía haciendo que me fuera hacia atrás.
—Joder, ¡me harás caer idiota!— Me aleje de el unos centímetros bruscamente.
De un momento a otro me encontraba tirada en el suelo de su jardín.
Al momento de levantarme del suelo estaba completamente empapada, al parecer al momento de tropezarme lo que pise fue el botón de la manguera.
¿Esto no puede ser mas humillante?
—Joder, lo siento...—Dijo serio, pero a los segundos estaba estallado en risa.
Oh, el señor amargura sabe reír.
Pensé sarcásticamente.
Lo miré amenazante.
—Esta bien, lo siento enserio.— Dijo tranquilizando su risa, su vista se dirigió a mis pechos, lo que hizo girarme rápidamente.
Miré hacia la zona de mis pechos y me di cuenta que traía una playera blanca, santa mierda.
Me giré nuevamente tapando mis pechos.
—¿Podrias dejar de mirarme asi?—Dije, pero el seguía embobado mirando. —Hey, ¿se te perdió algo?
—Las gomas se me han perdido...
—¿Que?—Fruncí mi ceño, no había entendido.
El río y analice todo en mi cabeza.
—¡Maldito sucio!
—Tu me pones así preciosa.— Su mirada me intimidaba.
Abrí mis ojos exageradamente.
—¿Pe-e-rdón?— Balbucee nerviosa por su comentario.
—No te me pongas nerviosa— Río, su risa Dios, su linda y... ¡Sucia risa!—Ven, te pasaré una toalla.
— Vivo al frente Justin— Ladee mi cabeza hacia un lado.
— ¿Querrás que todos vean tus... —No alcanzó a decir ya que lo interrumpí, sabía lo que diría.
—Cállate ya y vamos.
—Pase usted Sky— Dijo en un tono varonil, que no le queda para nada.
—Gracias odioso—Rodé los ojos otra vez y entré a la casa, para ser hombre no estaba mal.
El solo vivía con uno de sus amigos, no vivía con los padres, pero yo... Yo sigo viviendo con mi madre a los 20 años.
No es de vaga o por no tener estudios, de hecho soy muy matea, pero no me agradaba la idea de dejar sola a mi madre.
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Speakers ; j.b
Fanfiction«¡Ya bájale a la música!» #110 - #48 en Historia Corta. Idea por: Biebergood.☼