Pov ____
— Amor — Mire a mi esposa mientras me encontraba en el suelo jugando con Zack, mi hijo más pequeño.
— ¿Pasa algo cielo? — La miré con atención y sonrió mientras negaba un poco.
— Podemos hablar más tarde, cuando te desocupes — La miré algo confundida pero asentí y salió de la sala de juegos dejándome ahí, no sabía que quería pero me entraba una gran duda.
— Mami, mami — Mire a mi hijo quien me entregaba una pieza de sus bloques, sonreí mientras seguía jugando con el.
Laura y yo teníamos 10 años juntas los cuales eran años maravillosos, ella era la persona más dulce y noble que pude a ver conocido, siempre estaba ahí para apoyarme y escucharme cuando la necesitaba, habíamos formado ya una familia en 2017 nació nuestra pequeña a la cual nombramos Ella quien ya tiene 6 año de edad, el más pequeño es Zack quien nació en el 2020 y tiene 3 años de edad, ella tuvo a nuestros dos hijos, sacaron absolutamente todo de ella, menos el color de cabello ya que son rubios, un poquito lograron sacar de mí, son unos niños muy listos y educados, desde siempre mi esposa y yo tratamos de educarlos de la mejor manera, nos llevamos 13 años de diferencia ella tiene 43 años y yo tengo 30, la conocí cuando tenía 19 años y desde ese momento me tuvo a sus pies, nada fue fácil ya que mis padres nunca la aceptaron por los años que me llevaba y porque no querían que yo estuviera con una chica, por lo que tome distancia de ellos, tengo todo a lado de Laura, no hay nada que me importe más que mi pequeña familia. Jugamos un rato más con mi hijo y recogimos los juguetes, lo tome en brazos ya que quería galletas, me dirigí a la cocina y lo senté en el mesón.
— Mami ¡Yo también quiero galletas! — Mi hija entro emocionada a la cocina al ver que sostenía el frasco de galletas.
— Huele tan bien, yo también quiero galletas — Mi esposa apareció emocionada con una gran sonrisa, reí y le entregué una a cada uno, yo también tome una.
— No hay galletas como las tuyas mami — Mi hija amaba las galletas que yo preparaba, todos las amaban.
— Mami — Mire a mi hijo y lo tome en brazos, mire el reloj y ya era la hora de su siesta.
— Vamos a dormir bebé, si quieren galletas tomen una más, no todas — Mire a mi esposa alzando una ceja, por lo que rió y asintio, salí de ahí y me dirigí a la habitación de mi pequeño para dormirlo.
(...)
— Hola señorita sexi — Suspiré y me senté en las piernas de Laura, quitó la vista de la televisión para verme.
— No me las pongas en frente, gracias — Reí golpeando suavemente su brazo, rió llevando su vista a mis pechos ya que tenía una blusa escotada y aprovechaba cada oportunidad para verlas.
— Estoy muy cansada, los niños hoy estuvieron corre y corre — Me recosté sobre su pecho y acaricio mi cabello, había estado todo el día jugando con ellos, ahora mismo ya los había hecho dormir, ya era noche y despertarían hasta la mañana siguiente y muy temprano.
— Ellos te extrañaban — La miré y sonrió — Y yo también —.
— No me gusta estar todo el día fuera de casa — Dije soltando un suspiro, pero las grabaciones de mi nueva película me hacían pasar todo el día fuera de casa y regresaba cuando ellos ya estaban dormidos, solamente les daba sus besos de buenas noches y en las mañanas solos despedirme de ellos cuando estaban despiertos y a veces no.