Amuleto de la suerte - Rivers_gg y tú (__G!p)

¡Ya pítele, profe!

ANTES DE LEER

Quiero avisar de antemano que este capítulo está bastante corto 😔

Pero era eso o se quedaban sin actualización esta semana jajsjajs, el siguiente estará largo (como el pito de Rayis) para compensar este.

Espero que les guste, disfruten la lectura 💕

Ojalá sirva para olvidar un rato las cuatro derrotas de PIO estas dos semanas 😔💔

———

Narras tú

–¡Aaaah! ¡Qué puto golazo!– gritó Rivers y levanté mi vista, ya que justo estaba avisando por el Twitter de Rivers que el partido había comenzado.

–No vi, ya parezco tú en la final– se rió y apoyó su mano en mi pierna mientras veíamos el gol nuevamente.

–Matito va a ser nuestro salvador– dije y miré mi entrepierna de reojo, ya que su mano estaba algo cerca e hizo algo de presión al levantarse para ver el campo.

–No mames, qué increíble– se volvió a sentar y acarició mi pierna con sus dedos, sin dejar de mirar la pantalla y hablar con el chat.

Tomé mi celular para escribir algo en notas y se lo di. Rió cuando lo leyó y quitó su mano, ya que le dije que se me estaba parando y me estaba desconcentrando del partido.

–Pendeja– reí y llevó su mano a su muslo –¡Ay no mames! ¡Matito!– la última palabra la gritamos las dos a la vez ante el gol que había metido.

Disfrutamos bastante del partido y al acabarlo fuimos a felicitar al equipo por lo bien que lo habían hecho.

Habíamos perdido por solo un gol, pero los motivamos diciéndoles que lo hicieron excelente y que el siguiente día ganaríamos.

–¿A dónde iremos a comer?– dijo Rivers cuando entramos a mi auto.

–Al hotel, el menú es mi verga– se rió –Y de postre mi corrida directo en la boca– mordió su labio.

–Tengo mucha hambre de comida– dijo llevando su mano a mi entrepierna –¿Puede esperar que te corras en mi boca?– asentí triste y me besó riéndose.

–Venden unas hamburguesas muy ricas cerca del hotel, podemos pedirlas para la habitación y vemos una película...y así cogemos al acabar– asintió riéndose.

–Estás un poco caliente– dijo burlándose.

–Estuviste provocándome todo el día, no soy tan fuerte– se rió.

–Te comería el pito aquí mismo, pero no quiero ver fotos en internet sobre eso– nos reímos y encendí el auto para dirigirnos al restaurante.

Al volver al hotel dejé la comida en la mesa y Rivers me abrazó por la espalda.

–¿Puedo escoger la película?– tomé sus manos.

–Sí...después yo escojo en las posiciones en las que te voy a partir el...– nos reímos y apretó mi miembro por sobre la ropa.

–Te amo– besó mi mejilla.

–Te amo– saqué la comida de las bolsas para llevarla al sofá y me senté a su lado.

Nos comimos la comida mientras veíamos la película y me reía de cada vez que Rivers se distraía y me preguntaba qué había ocurrido.

–No mames...– me miró y yo a ella –Pinche final pendejo– asentí y se quejó –No mames, una película tan buena para un final de mierda, qué coraje– se apoyó en mí.