Amuleto de la suerte - Rivers_gg y tú (__G!p)

Así son todas

ANTES DE LEER

Gracias por haberme esperado pacientemente, pude escribir bien este capítulo y me siento conforme, no fue a la rápida y así quedan mejor.

¿Me extrañaron? Yo sí a ustedes jajsjsjs

Muchas gracias por el apoyo que le dan al libro a pesar de que no he actualizado constantemente, me hacen sentir muy bien y con ganas de seguir escribiendo ♥️

Se viene mucho más, mientras ustedes sigan leyéndome, aquí estaré escribiendo.

...

5...

...

Disfruten de la lectura 💕

Narras tú

–¡Yyyyy, ya van a coger!– reí cuando Ari vio que Rivers se acercó a mí.

–¡Cállate, pendeja!– le dijo Rivers –¿Sí vamos?– me susurró y reí.

Nos encontrábamos en la fiesta de celebración por haber ganado la Queens Cup y estábamos con todo el equipo y nuestros amigos.

–¿Ya te quieres ir al hotel? ¿O a dónde?– relamió sus labios –¿Acaso quieres chupármela en los baños como esa vez?– rió negando.

–¿Te duele el pito?– dijo acercándose un poco a mí, ya que la música estaba alta.

–No...pero si tenemos sexo tienes prohibido montarme, al menos por ahora– se rió asintiendo.

–Va...pero me rompes hasta el culo ¿okay?– Mar justo pasó por detrás y abrió sus ojos algo sorprendida por lo que había dicho Rivers.

Solo reí mirándola y Rivers volteó para verla.

–No mames, no escuchaste nada– esta negó mientras tomaba un trago y se iba riendo –Eres una pendeja– reí.

–Mi amor, usted es la puerca aquí– la besé y asintió.

–Vamos al hotel– dijo jalando mi camiseta.

–Tenemos que celebrar con el equipo– dije para fastidiarla.

–Okay, celebra tú, yo me voy– bajé mi vista a su trasero mientras caminaba y luego miré a Ari, Ama, Mar y Aitana, que estaban frente a nosotras y me miraron.

–Tengan una ambulancia a mano, por si me rompen el pito de nuevo– se rieron y me despedí para luego seguir a Rivers.

Nos subimos a uno de los taxis que habían dejado y cuando llegamos al hotel, le dimos las gracias al conductor y nos bajamos rápidamente.

Tomé la mano de Rivers para caminar dentro y esta la soltó para pasar su mano por mi cintura y abrazarme mientras caminábamos.

–Wey, estoy muy borracha– reí asintiendo.

–No me digas– pasé uni de mis brazos por sus hombros –Tienes los ojos casi cerrándose y estás muy lenta– rió –¿Segura de que quieres coger hoy? Podemos dormir y en...– negó.

–Yo quiero que me partas ahora– reí asintiendo.

–Está bien, yo le doy lo que quiera a mi futura esposa– sonrió ampliamente y cuando entramos al elevador, me abrazó apoyando su cabeza en mi pecho.

–¿De verdad me pediste matrimonio?– reí.

–Sí, y me dijiste que sí– me miró.

–Dame un beso– lo hice y sonrió escondiendo su rostro en mi cuello.