Capítulo 9

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Habían pasado unos días desde que hicimos la comida en mi casa, aquel día acordé en secreto con Mildred que me enseñaría a cocinar, por lo que ella me invitó a pasar un día con ellos para enseñarme a cocinar y sobre todo a preparar los platos favoritos de Kaira. Mientras ella estaba con Hope pasando el día, yo me dediqué a practicar la cocina.

Entré al territorio licántropo sintiendo diversos olores en el ambiente, seguí caminando por el sendero hasta llegar a lo que parecía ser un pueblo. Las personas de allí, obviamente todas licántropas, me miraban con odio, curiosidad y asco, pero no se atrevían a acercarse a mí.

Caminé por el pueblo hasta llegar a una gran casa, muy diferente de todas las demás, la cuál conocía bastante bien. Llamé a la puerta y a los segundos fui recibida por Mildred, quién me abrazó e invitó a entrar a su casa.

–Estoy segura de que a Kaira le encantará que le prepares la comida. –dijo emocionada al ver que ambas mostrábamos cierto interés por la otra.

–Lo intenté sola pero terminé quemando la comida. –le comenté con algo de vergüenza.

–No te preocupes, todos hemos pasado por lo mismo cielo. Ten enseñaré todos mis secretos.

Saludé a Wolfang, quién estaba sentado en el sofá leyendo un libro y seguí a Mildred por la casa hasta llegar a una sencilla cocina. Recogí mi pelo en una coleta y me puse el delantal de dibujos de huellas que ella me dio.

Mildred fue muy buena maestra, comenzó a enseñarme las cosas básicas de la cocina para ir subiendo el nivel a la hora de cocinar. Apunté las cosas importantes en una pequeña libreta que había traído para luego ponerlo en práctica. En la cocina estuvimos durante algunas horas donde me enseñó a cocinar platos sencillos como filetes empanados con salsa, tortilla, entre algunos platos.

Luego me enseñó a cocinar el plato favorito de Wolfang y de Kaira, un filete poco hecho con puré de patata y salsa de queso. Tomé nota de aquello en mi libreta mientras sentía cómo Mildred me miraba con una sonrisa. Wolfang entró a la cocina e intentó probar la salsa de queso que habíamos hecho pero su esposa le dio un manotazo con la cuchara que llevaba en la mano, haciéndome reír ante la escena.

–No se mete la mano en la comida.

–Sólo quería ser el catador. –se quejó acariciándose la mano con una sonrisa divertida.

Decidí hacer la comida favorita de Kaira para que comiera cuando regresara, aunque cuando se lo comenté a Mildred ella se rio y me mostró el reloj viendo que eran las cuatro de la tarde. La verdad que no me di cuenta de todo el tiempo que había pasado estando en la cocina con ella. Con su ayuda, comencé a preparar el plato para Kaira hasta que finalmente lo logré y su madre me miró con una sonrisa aprobándolo.

Lo guardé con cuidado en un táper que me dio, les agradecí la ayuda con la práctica y acordamos vernos otro día para seguir practicando, ya que la única razón por la que la comida me había salido bien era por la ayuda que había recibido de Mildred, y quería poder hacerlo en casa yo sola.

Al cabo de un rato llegué a casa viendo que Kaira aún no había llegado, guardé el táper en la nevera junto a una nota que ponía su nombre y subí a la habitación para leer un libro de Agatha Christie, específicamente Asesinato en el Orient Expres. Estuve sumergida en la lectura hasta que escuché la puerta principal cerrarse, señal de que Kaira había llegado aún así continué con mi lectura.

Miré la hora en el reloj analógico de mi mesa de noche viendo que sería la hora de cenar, por lo que Kaira debería haber visto la sorpresa en la nevera. Continué leyendo el libro cuando comencé a escuchar unos rápidos pasos subir por las escaleras, ir por el pasillo hacia aquí y la puerta se abrió de golpe revelando a Kaira, que por su expresión parecía bastante sorprendida.

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