Capítulo XI

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~Curiosidad.

Capítulo once.

~DANIELA.

—¿Daniela, qué haces aquí? —pregunta incómodo y nervioso.

—¿Qué ella hace aquí? —le pregunto refiriéndome a Isabela.

—Ella... ¿Isabela? —asiento—. Mi madre vive aquí.

—Se llama igual que tu madre, pero sabes que no me estoy refiriendo a ella.

—Asher me invitó —responde con aires de grandeza.

—Asher —lo miro a los ojos y este desvía la mirada.

—Yo... ¿Qué haces tú aquí?, no somos nada ya. ¿O es que no te quedó en claro que ya no te quiero ver siquiera? —pregunta, mientras camina hacia mí.

—Dijiste que era la única que —me interrumpió.

—¿Que entraría a mi habitación? —pregunta a modo de burla—. Por favor —exclama de manera sarcástica.

—Daniela, vete —escucho a Isabela decir, pero la ignoro totalmente.

—Me dijiste que este era el lugar que más recuerdos te traía de tu padre, que no querías compartir algo que te volviera tan sensible con alguien más, con alguien que no sea yo —digo en tono bajo para que solo él pueda escucharme.

—Pues ya vez que no es así, ahora Isabela está en mi habitación, ¿No te queda más que claro? —dice, mientras mira hacia todos lados, menos mi cara.

—¿Asher, sabes lo que estás haciendo? —le pregunto con un nudo en la garganta.

—Sí, sé lo que hago, la única que no sabe nada aquí eres tú, que no sabes ni siquiera que todo se acabó, y que a partir de ahora, soy un desconocido más que verás en el colegio.

Sus palabras son como un remolino de vientos fuertes que llevan a mi corazón a ahogarse al mar, y solo puede salir de ahí hinchado, débil y listo para ser destruido, o simplemente desvanecerse poco a poco.

Pero él lloró lo suficiente hoy.

—Si es lo que quieres —el nudo en mi garganta hace que pare de hablar por un momento—. Si es lo que te hace feliz... A mí también —no dejo que ningunas de las lágrimas que están acumuladas en mis ojos caigan, solo lo miro a los ojos y sonrío.

Después de unos segundos mirándonos, me volteo y estoy a punto de irme, cuando él vuelve a hablar.

—Isabela y yo nos estamos conociendo, te pido que, por lo menos, no la trates mal, si no, tendré que volver a hablarte, y no quiero eso.

—Está bien, no te preocupes, no me acercaré a ustedes —digo sin voltearme, mientras camino por el pasillo y estoy lista para irme y dejar todo atrás.

***

Sintiéndome presionada en cualquier lugar que vaya, decido ir a la mansión de Kiara, allí no estará mi madre para decirme que debo crecer, y tampoco estará Asher para decirme que muy pronto tendrá novia y que ya no me quiere en su vida.

Aunque Kiara no es la mejor de las amigas, bueno... Todavía no sé si alguna vez seremos amigas, solo sé que me sentiré mejor allí.

—Buenas tardes, busco a Kiara —le digo a la mujer que me había abierto la puerta.

—Buenas tardes, ¿Su nombre? —me pregunta.

—Rouse, Rouse Daniela —le respondo con una sonrisa.

—Deme un segundo, señorita —asiento con una sonrisa y esta cierra la puerta.

Después de unos segundos, vuelve a abrir la puerta—. Pase —me pide amablemente.

—Gracias —asiente, y yo empiezo a subir las escaleras.

—¡Pasa! —dice con voz chillona, mientras toco la puerta.

Entro a la habitación, y las veo allí reunidas, como siempre... Bueno, no como siempre, ahora están semidesnudas, las tres juntas... No sé qué pensar.

—¿Q-Qué...? Mejor yo... Me voy —digo incómoda, mientras me volteo para salir de la habitación.

—No estarás pensando que nosotras... —exclama Kiara con cara de horror y asco—. ¡Claro que no! —dice, mientras camina hacia el espejo y ve su reflejo—. Solo nos estamos probando esta lencería que compramos para modelarles a nuestros respectivos novios.

—¿Novios? —pregunto confundida—. ¿Pero cuándo diablos pasó eso?.

—En la fiesta —responde Wendy.

—Pero si estaban totalmente borrachas —digo sorprendida.

—Si, y ellos nos ayudaron —dice Sasha con emoción y felicidad destilando en su tono de voz.

—Vale... —digo totalmente en shock—. ¿Y... para qué les mostrarán su ropa interior? —automáticamente termino de hablar, Kiara se voltea hacia mí con cara de sorpresa.

—¿Cómo que para qué? ¿No sabes? —pregunta sorprendida.

—¿Saber... qué? Si, si, claro que sé —no sé ni mierda.

Las tres suspiran de alivio al mismo tiempo—. Ah, creí que no sabías —¿De qué mierda hablan?—. Pero si sabes que el sexo es lo mejor que se pudo inventar en el mundo —dice Kiara, mientras se deja caer de espalda en su cama.

—Si, esa sensación de que tu corazón lata de manera desenfrenada mientras quieres más, más y más... Es tan ¡Ah! —dice Sasha, mientras empieza a moverse encima de la almohada de Kiara—. Hasta me hace olvidar todos mis problemas —Kiara la interrumpe.

—Suelta mi almohada, ¡Qué asco! Ahora tendré que botarla.

—Disculpa, me estaba dando gustito y me emocioné —dice una Sasha bastante apenada.

Y yo solo me les quedo viendo y trato de descifrar de qué diantres hablan.

—Bueno... El caso es... De que por fin volveré a tener un orgasmo, ya me hacía falta, aunque tendré que desnudarme otra vez, y me verán, y —Wendy empieza a respirar de manera acelerada, y a dar vueltas por toda la habitación.

—¿Orgasmo? —pregunto confundida, todas se voltean hacia mí y me miran de una manera bastante extraña.

🍒Desvírgame [+18]🍒Donde viven las historias. Descúbrelo ahora