Capítulo XIV

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EL LAGO.

Capítulo catorce.

Daniela.

Me subo en el bus otorgado a mi grado, hay varios buses para que todos vayamos a la excursión, cada bus de dos niveles, lleva a tres cursos asignados.

Somos muchas personas y me confundo mucho con los rumores de en qué bus debemos ir, de si tenemos asientos asignados o no... Pero en fin... ya estoy aquí, un poco agotada sí, pero estoy aquí.

Con un regalo en la mano, andando por todo el bus en busca de Asher, pero no lo encuentro.

Siempre nos sentamos juntos en el autobús cada vez que vamos de excursión, y no dudo que con este día tan especial, existe una excepción, ¿No?.

Subo al segundo nivel del autobús, camino entre todas las personas sentadas que me miran como lo que creen que soy, y lo que fui: la perra en turno de Adrián.

Ignoro sus miradas porque realmente no me interesa que una persona que no me conozca, me juzgue.

Camino hasta el fondo del autobús, y ahí lo veo, está sentado en la ventana como siempre, como le gusta, pero lamentablemente para mí... A su lado está Isabela.

Ellos sonríen y charlan, mientras yo solo los observan con un regalo en mano.

Me estoy volviendo tan ridícula.

Me desconozco.

¿Desde cuándo he perseguido tanto a una persona? Me siento como una enferma.

Sí, cometí un error, ¿Pero quién no los comete?.

Si bien, yo lo dejé solo, no puedo olvidar que solo fue esa ocasión, y es cierto, no podemos dejar solos a nuestros amigos cuando más nos necesitan, pero yo no sabía nada, además, él también debe comprender que también tengo corazón. uno que se enamora, y que soy humana y cometo errores, debe comprenderme como yo ahora comprendo que ya no queda nada.

Nuestras miradas se conectan, en mis ojos se encuentran lágrimas acumuladas, puedo ver algo escondido en los suyos, pero no puedo descifrarlo, mis ojos empañados no me dejan ver con claridad, y no pasa más de tres segundos cuando una lágrima resbala lentamente por mi mejilla, mientras nos miramos fijamente.

Rompo el contacto visual con él y camino hacia la escalera para irme, sin mirar atrás y solo sintiéndome como una ridícula, decidido no subir más y no molestarlo.

***

Verlo en aquella montaña rusa, disfrutando tanto junto a ella, me hace comprender que Asher realmente se está enamorando, y que ahora seré yo la que tenga que comprender todas las veces que me faltará sin darme cuenta... Claro, si es que volvemos a hablar.

Porque también entiendo que, aunque Asher y yo volvamos a hablar, ya nada será como antes, porque ya he perdido al Asher de antes y eso no lo puedo evitar ni remediar.

Suspiro, mientras lo veo ayudándola a bajar, y decidió dejarlo ser feliz.

Sí... Sé que parece una loca, una muy inestable, pero así soy, a veces, quiero que él se quede junto a mí, y mi egoísmo me gana, pero cuando lo veo siendo feliz, solo quiero que siga así, y todos mis ánimos se van a la mierda.

Empiezo a caminar sin un rumbo fijo, no sé lo que siento, no sé cómo debo sentirme, simplemente, me siento en la nada...

Las personas me observan como si fuera una loca, pero no me importa, prefiero caminar sin rumbo y no quedarme ahí, viendo a Asher con Isabela.

No sé cómo diablos, pero termino frente a un lago hermoso, de aguas verdes que parecen esmeraldas derretidas.

Puedo ver perfectamente mi reflejo a través de sus aguas tranquilizadoras. Me veo a mí misma, veo lo destruída que estoy y también lo egoísta que me he vuelto.

Saco la cadena que tiene la otra parte del símbolo yin yang. Me siento en el suelo, y la acaricio.

Veo mi "D" grabada en la parte negra del símbolo, y no puedo evitar que las lágrimas se acumulen en mis ojos.

Me he vuelto tan patética.

Me he vuelto tan débil.

Me he vuelto tan egoísta.

Pero, aun así, no puedo olvidar lo grandiosa que me sentí cuando estaba con él, lo fácil que con su sonrisa alegraba mi día y me hacía olvidar todos los problemas de mi vida.

Saco la otra parte del símbolo de mi blusa, la parte blanca que tiene su "A" grabada.

Las uno, y sonrío con tristeza, aunque lágrimas estén resbalando por mis mejillas.

Siento como alguien se sienta a mi lado, no levanto la cabeza, no hago nada, simplemente, veo ambas partes del símbolo yin yang unidas, y nuestras iniciales grabadas en estas.

—F-Feliz duodécimo amigorsario, Ela —levanto la cabeza rápidamente al escuchar su voz.

—Asher —dejo las cadenas unidas, colgando una de la otra sobre mi pecho y lo abrazo.

—Ela, yo... Yo —lo interrumpo.

—Mira, lo que compré, te lo iba a dar para que me perdones porque no puedo estar sin ti, somos muy diferentes, pero no podemos estar separados, yo no puedo vivir sin ti, Asher, por eso compré dos cadenas del símbolo yin. yang, tienen nuestras iniciales grabadas y se unen magnéticamente.

—Ela... —me separa de él—. Yo... Vine aquí por impulso, pero ya sabes que no... No podemos ser mejores amigos.

—Yo te amo, Asher —digo, mientras lo miro a los ojos.

—Yo también, pero... Me haces mucho daño —dice, mientras cabizbajo se rasca la nuca.

—Pero... Yo... No es mi intención, no era mi intención hacerte daño, sabes que te amo, y que... Que no quiero hacerte daño y tampoco quiero que te alejes de mí.

—Debes alejarte de mí para que no me hagas daño —está a punto de levantarse, pero lo agarro, me inclina rápidamente hacia él... Y lo beso.

Si me pidieran que describa ese beso, diría que: es tan suave como el algodón, tan dulce como la miel, tan intenso como el fuego, tan tierno como un conejo y tan rápido como un guepardo.

Diría que su duración equivale a la vida de una mariposa monarca, y es que, literalmente, no pasó más de treinta segundos cuando Asher se separó rápidamente de mí.

—Daniela, yo te quiero como una hermana... e-es decir, te quería... Cuando éramos mejores amigos.

—Yo... —cómo explicarle mi impulso.

—No trates de encender algo que no tiene con qué encenderse... No enciendas algo que después apagarás tan rápido como una noche fría, simplemente... No hagas nada que pueda encender una llama que debe apagarse —sus palabras son hermosas y poéticas , pero me dejan terriblemente confundida.

—Yo... ¿Q-Qué quieres decir con eso? —pregunto con total confusión.

—No quise decir nada —dice antes de levantarse y empezar a alejarse de mí.

—Asher —lo llamo.

Este se voltea y me mira, mientras me levanto y camino rápidamente hacia él—. Tómalo, ¿si? —separo los collares, y le doy el lado negro del símbolo yin yang, el que tiene mi inicial grabada.

—Yo... —lo miro con ternura.

—Solo... Tómalo como un recuerdo de nuestra amistad, por favor —acaricio sus manos, mientras este, ensimismado, mira el collar.


___nota de autora: estamos muy avanzados por aquí, y no puedo con la emoción. 💕

Los amoooo.

No olviden dejar sus votitos que ayudan demasiado y pasarse por la segunda versión que está buenísima. 😍❤️

Besos, plantitas, flores amarillas y cafés,

Eli.

🍒Desvírgame [+18]🍒Donde viven las historias. Descúbrelo ahora