La siguiente semana Deku tendría una pequeña exposición. Había hecho sus prácticas en una galería, ofreciéndole un trabajo fijo. Principalmente se encargaba de organizar los espacios y contactar a los artistas para las exposiciones. Pero había formado una buena amistad con el dueño y le ofreció algunos lugares para poner sus obras, con eso, podrían estar junto a las de otros artistas famosos, y vender algunas.
Si era honesto, no tenía muchas ventas como artista. Sus ingresos eran por su trabajo en la galería, pero solía hacer algunas comisiones por retratos de familias, amigos o parejas. Incluso tenía una colección de Aiko y Bakugo, pero era más privada que nada. Así que la idea de vender algunas de sus pinturas le emocionaba.
El día de la exposición estaba emocionado. Había invitado a unos cuantos a dar una vuelta. No era un gran evento, pero podía presumir que tenía algunas pinturas a la venta en la galería.
Sus amigos fueron primero. Todos estaban felices al ver los cuadros. Ilda incluso llevó una cámara y les tomó fotografías. Los demás estaban emocionados, pero se sorprendieron cuando Kirishima llegó con Bakugo. Quien había comprado un gran ramo de guerberas naranjas. El alfa estaba nervioso. Había dejado a su pequeña con su madre ya que sus amigos le habían dicho que invitaban a Deku para celebrar. Así que seguramente tomarían.
Había comprado unas flores de color naranja, por que sentía que combinaban bien con el omega y después de refunfuñar todo el camino, llegó a la galería.
Izuku mostró una sonrisa, el aroma de las flores inundó su nariz y se sintió extremadamente feliz.
– Gracias – susurró tomándolas entre sus manos mientras las olfateaba complacido. Levantó sus manos de las flores y volvió a sonreír.
– No creí que vendrías... – le aseguró sin ocultar su gran sonrisa. Todoroki estaba casi serio, siempre lo estaba, y era raro verlo sonreír. Pero había momentos donde creía ver una pequeña sonrisa en su rostro, momentos como este.
Acarició la mejilla de Izuku, haciéndolo sonrojar. ¿Cómo lo lograba? Pero ahí estaba, con las flores más hermosas que había recibido, un alfa que lo adoraba y sus primeras obras en una galería. se inclinó más, Deku cerró los ojos, no sabía si tendrían su segundo beso, pero debía admitir que estaba nervioso. Sintió los labios de Todoroki sobre su frente, dándole un suave beso.
– Tus obras, siempre me hacen sentir miles de cosas... ¿Me vería mal si compara esta?– Izuku miró la pintura sonriente.
– Bueno, si te gusta puedes comprarla... Pero si quieres, también puedes visitar mi casa, ahí tengo varias que valdrían la pena – le aseguró. Volvió a olfatear las flores, mientras otras flores naranjas eran arrojadas a la basura. Bakugo negó lentamente y salió de la galería. Ya no estaba de humor para nada.
El siguiente lunes Izuku siguió su rutina. Salió de su trabajo en la galería y fue a la guardería, donde recogió a la pequeña Aiko y fue a la casa del alfa. Le cambió la ropa, puso los trastes sucios en el fregadero y calentó la comida que previamente Bakugo les había dejado en el refrigerador.
Le dio de comer a la pequeña y después de que ella se durmió, comió y terminó de limpiar. Había un lienzo esperándolo para pintar, así que abrió las ventanas para que no se llenara el lugar del olor y empezó a trabajar.
Aiko despertó después de una hora, ya había preparado el lienzo, así que sólo debía esperar a que secara. Mientras tanto, se enfocó en la pequeña, quien empezó a llamarlo.
– Zuzu... zuzu... – Escuchó mientras le extendía los brazos. Su sonrisa no se hizo esperar, tomando a la pequeña entre sus brazos y la llenó de besos, haciéndola reír, se sentó con ella en el corral que Bakugo había organizado para que ella anduviera en la sala sin problemas, ya que había dejado de etapa de gatear y ahora caminaba, incluso corría algunas veces.
Sacó los bloques para armar y jugó con ella feliz, hasta que Bakugo volvió. No había visto al chico desde la semana anterior. Estaba serio, no explosivo como siempre, si no, serio. Sirvió la comida y tomó a la pequeña para darle un baño, casi sin hablar con el omega. Sólo después de que ella estuviera dormida se acercó a Izuku.
– Lamento lo del sábado, ocurrió un imprevisto y no pude ir... – Bakugo estaba mintiendo y lo sabía. Se odiaba a sí mismo por hacerlo, pero la imagen de Izuku con Todoroki aún rondaba su cabeza.
– Ahh... Kacchan... lamento que no fueras... me hubiera gustado ... – Izuku se sintió culpable, bajó la mirada y dejó salir un suspiro.
– Me hubiera gustado que fueras.
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Mi omega // TERMINADO
FanfictionBakugo se dejó caer en en el sillón y suspiró. Sus instintos lo estaban destrozando. Sabía que Deku era el omega que necesitaba su alfa lo pedía como nunca había pedido a nadie. Además amaba a su pequeña como si fuera suya, la hacía feliz, lo hacía...