Ese mismo fin de semana Izuku se encontraba en su casa. Estaba seguro de que estaba resfriado, le dolía todo el cuerpo y tenía un poco de fiebre. Estaba tirado en su cama pensando en si sería buena idea levantarse para ir al doctor o simplemente conformarse con la pastilla que había tomado. Estaba claro que lo mejor sería dormir... cuando el timbre sonó.Se levantó de la cama, pero no fue hasta que abrió la puerta, y vió al chico con las flores que recordó su cita.
– Todoroki... – El alfa lo observó, su sonrisa cambió al instante.
– ¿Izu? ¿Pasó algo? – El contrario lo invitó a entrar, tomando las flores para ponerlas en agua, aunque, siendo honesto, no se sentía tan bien para terminar esa tarea.
– Estoy bien, solo me resfrié un poco. Lo siento, olvidé nuestra cita – El alfa mostró una pequeña sonrisa negando lentamente.
– Debiste decirme, así traería algo de comida y medicinas.
– Ya me tomé algo, solo espero que me haga efecto – Continuó el omega con una pequeña sonrisa.
– Bueno, si me dejas acompañarte a la cama, y prepararte un té caliente, te dejaré descansar.
Izuku mostró una pequeña sonrisa, asintió lentamente. Todoroki puso su mano sobre su frente, podía sentir el calor, estaba seguro de que el chico tenía fiebre. Se dejó guiar hacia la habitación, perdiendo la concentración por todas las pinturas del lugar.
Había visto algunas en las exposiciones, y había algo que le encantaba en ellas. Así que se había puesto desacuerdo con el chico para comprar algunas ahora que tenía su propio departamento. Y aunque no era él momento, Izuku pudo ver su interés, explicando cada una de ellas.
– Está me gusta – Le aseguró deteniéndose frente a un cuadro principalmente oscuro. Tenía distintos colores entre rojo, negro y verde. Y las zonas de luz eran casi nulas. Pero sentía tristeza cuando la veía.
– Puedo darte un buen precio – Le aseguró Izuku.
– No, lo pagaré con el dinero de mi padre, dame el costo correcto, es más, subelo un poco, te haré la transferencia – El peliverde sonrió y asintió. No era el momento pero al menos sabía que sería de él.
Llevó al chico a la cama, sintiendo el golpe de las feromonas en su nariz. Sabía que la esencia de cítricos abundaba en su departamento, pero no estaba listo para todo esto. Sus ojos brillaron llenos de lujuria. No era un resfriado, era su celo...
Cuando Izuku despertó se encontraba en su cama, el cuerpo le dolía y pudo ver al otro chico sentado en la cama a la distancia.
– ¿Todoroki? – el contrario se giró hacia él con culpa y tristeza en la mirada.
– Lo lamento Izu... yo... no pude controlarme... lo siento – cierto terror lo invadió. Su celo había empezado, había tomado los supresores como debía, pero tenían tiempo sin funcionar correctamente, creía que estaba resfriado pero no era el caso. Su celo había empezado y lo había pasado con Todoroki.
– Yo sé que no hay excusas, pero mi Rut estaba cerca y creo que se adelantó al sentir tu celo. Enserio lo lamento, pero te lo prometo, me haré responsable, pase lo que pase, seré responsable.
Si sentía dolor en su cuerpo con el resfriado, ahora era peor. Tenía mordidas en todos lados, instintivamente llevó su mano a la nuca.
– No te marqué, creo que al menos pude controlarme en eso.
De nuevo el silencio dominó la habitación. Todoroki tenía una bebida caliente en las manos, se la ofreció al instante.
– ¿Cuánto...Cuánto tiempo pasó?
– Tres días, cuando desperté llamé a tu trabajo. Saben lo que pasó... – De nuevo el silencio.
– Shoto... ¿Usamos protección? – La mirada del alfa mostró culpa de nuevo, negando lentamente.
– Está bien... entonces necesito que vayas a la farmacia, y me consigas algo.
Minutos después Izuku por fin pudo levantarse de la cama. Su cuerpo estaba limpio. Eso significaba que Todoroki había recobrado el sentido antes y lo había limpiado, pero aún tenía el aroma del alfa y varias marcas sobre su piel.
Caminó hacia la sala y puso un poco de té, su estómago rugió y no pudo evitar comenzar a mordisquear un pedazo de pan que tenía en la alacena. No era fresco, pero tampoco estaba duro.
El alfa volvió 20 minutos después. Estaba nervioso.
Sabía que había una posibilidad, sobre todo por que ninguno de los dos recordaba que había pasado exactamente esa noche. Sacó las pastillas y leyó las instrucciones. Lo mejor era ser precavidos.
Izuku las tomó como decía en el empaque y se dejó caer en el sillón.
– Yo creo que...– Todoroki empezó a hablar, pero Izuku negó con la cabeza.
– Yo fui el descuidado. Mis supresores no estaban funcionando y no hice nada para cambiarlos, ni siquiera usaba un parche de feromonas... es mi culpa... pero ahora, quisiera estar solo por favor.
Todoroki sabía que también era su culpa, pero entendía que en ese momento no era lo que Izuku quería escuchar. Se acercó a él, entrelazando sus dedos y le dejó un pequeño beso en la frente.
– Si necesitas algo más. Debes decirme. Cualquier cosa que pase, debes decirme. Estamos juntos en esto. Y sin decir más salió del departamento.
Bakugo suspiró después de recibir el mensaje. Al parecer Deku se había resfriado, así que Todoroki lo estaba cuidando, y él debía recoger a su pequeña.
Fue una semana complicada. No sólo extrañaba a Deku, quien rondaba por su cabeza toda la semana. Aiko seguía preguntando por él. Pero cuando volvió de su resfriado parecía una persona diferente, con Aiko todo estaba perfecto, pero Bakugo notaba cierta distancia.
– OK, esto me está cansando bastante. Que mierda esta pasando – Se quejó después de dos días.
– No sé de qué hablas Kacchan.
– Dime que pasó, por que estas tan serio últimamente. ¿Acaso el estúpido de Todoroki te dijo o hizo algo?
–No, claro que no, simplemente aún me siento extraño por el resfriado, creo que mi cuerpo no se ha recuperado...
– Escúchame bien brócoli. No sé qué te pasa pero estás muy raro últimamente, preocupas a Aiko.
Aquellas palabras sorprendieron a Deku haciéndolo reír.
– ¿Aiko está preocupada por mi?
– Así es idiota, así que te mejoras o te mejoras, antes de que yo tomé cartas en el asunto
Deku le mostró una sonrisa seguida de una carcajada que alivió el corazón del alfa, después de eso todo volvió a la normalidad.
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Mi omega // TERMINADO
ФанфикBakugo se dejó caer en en el sillón y suspiró. Sus instintos lo estaban destrozando. Sabía que Deku era el omega que necesitaba su alfa lo pedía como nunca había pedido a nadie. Además amaba a su pequeña como si fuera suya, la hacía feliz, lo hacía...