Capítulo 19

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Izuku se quedó dormido después de un tiempo. Cuando abrió los ojos, seguía en los brazos del rubio, quien lo miraba con preocupación y tristeza.

– Sigues aquí... – susurró algo sorprendido.

– Mm, no podía dejarte...– acarició su mejilla y le mostró una pequeña sonrisa.

– Lo siento Deku, se que debí llamar a Todoroki, pero estaba tan asustado... 

– Está bien. La verdad es que no creo poder enfrentarlo en este momento... – Izuku inhaló con fuerza y sintió el olor a leche mezclado con el de la canela.

– Te acompañaré y cuidaré si es lo que quieres. No necesitas verlo aún. – Bakugo sabía que no era lo correcto, pero se sentía egoísta. Deku estaba vulnerable en este momento, y quería ser él, y sólo él, quien le mostrará su apoyo.

– Kacchan... puedo cuidarme solo, por favor, no te molestes.

– Deja de decir estupideces Deku, acabas de perder a tu cachorro, no puedes quedarte solo. ¿Quieres que le llame a Todoroki? – Realmente no quería hacerlo, pero si era lo que Deku necesitaba lo haría.

– Pero... no estoy listo para enfrentarlo.

– Deku tu no hiciste nada malo, es algo que pasó, no tienes la culpa de nada.

– Lo sé... pero estaba tan emocionado por nuestro cachorro... simplemente no puedo.

– Está bien, entonces te quedarás en mi casa – Izuku estuvo a punto de replicar. Pero Bakugo respondió más rápidamente.

– Kacchan... – pero el alfa no lo dejó terminar. – Elige, Todoroki o yo –La discusión terminó al instante.


Bakugo abrió la puerta y llevó a Izuku al dormitorio. Deshizo la cama acomodándose cuidadosamente.

– No te muevas, descansa, te traeré un vaso de agua para que tomes tu medicina – Y sin decir nada más salió de la habitación, volviendo unos segundos después para entregarle las pastillas al chico.

Lo observó tomar las medicinas y después se metió en la cama, acomodándose detrás de él, abrazándolo por la cintura sorprendiendo al omega.

– Kacchan... que...– El olor a canela se extendió, y pudo sentir la respiración del contrario sobre sus glándulas.

– El doctor me explicó que todo será más fácil si pasas tiempo con Aiko y recibes baños de feromonas de tu alfa... incluso sugirió una marca... – después de eso guardaron silencio. El corazón de ambos latía tan rápido que sentían que se les salía del pecho.

– Déjame hacerlo... quiero cuidarte.

– Kacchan... no podía obligarte a hacer algo así.

– Nadie me está obligando. Te dije que cuidaría de ti... si quieres, puedo llevarte con Todoroki, pero... si quieres que yo lo haga... para realizar la marca... necesito tu autorización. – El silencio se hizo presente en la habitación. Sólo podían escuchar el sonido de su corazón y sus respiraciones.

– Kacchan... por favor... hazlo – Bakugo no podía creer el efecto que esas palabras tuvieron sobre él, su corazón se volvió loco, los colmillos empezaron a picarle, y su cuerpo se estremeció de emoción y deseo.

– Lo haré con cuidado... – Le aseguró al omega, tomándolo de la quijada con una de sus manos, su labios besaron suavemente las glándulas de Izuku, haciendo que el olor a cítricos se extendiera por toda la habitación, lamió lentamente aquella zona y pudo sentir como su respiración se aceleraba, pero no había otra forma de hacerla sin parecer brusco, pues, si no se hacía de la manera correcta, podría ser contraproducente.

Volvió a lamer las glándulas, las cuales se dilataron de gusto y liberaron de nuevo la esencia. Bakugo podía saborearlo directamente en su boca, abrió los dientes y enterró los colmillos en la dulce piel del omega. El olor a canela se mezcló con los cítricos, quitándole el picó a este. Los colmillos se encajaron y un pequeño jadeo escapó de los labios de Izuku, mientras que los instintos del alfa gruñían al fin satisfechos.

Feliz por la respuesta biológica de sus cuerpos, retiró los colmillos y lamió suavemente la zona, intercalando esta acción con pequeños besos. No fue hasta que la respiración de Izuku se volvió más audible se dio cuenta de que el chico se había quedado dormido. La marca estaba hecha y había funcionado.


Cuando despertó, Izuku estaba solo. Las luces estaban apagadas y había un ligero olor a comida en el aire. Se levantó lentamente de la cama, sintiéndose un poco incómodo. Su cuerpo aún no volvía a la normalidad y se sentía vacío por alguna razón. Avanzó lentamente hacia la puerta y salió cerrando un poco los ojos ante la luz de la sala.

Aiko estaba dormida en su corral. No sabía cuánto había dormido, pero la pequeña había regresado, ya no estaba con sus abuelos. Lo siguiente que vio fue a Bakugo casi corriendo hacia él.

– Si necesitabas algo debías pedírmelo joder, ¿qué haces fuera de la cama? – Lo ayudó para llegar al sillón y le entregó una manta para cubrir sus piernas.

– Debes estar cansado e incómodo. Solo quédate aquí... ¿de acuerdo? – Izuku asintió mientras Bakugo le acercaba una libreta y algunos lápices que tenía por ahí. Había investigado y descubrió que Deku podría estar deprimido, así que había escogido distintas ideas para mantenerlo entretenido y mejorar su humor.

– Hablé a tu trabajo. Les comenté todo y me dijeron que te darían un tiempo para recuperarte. También hablé al mío, les dije que mi omega... – Se detuvo, no sabía que decirlo en voz alta lo haría sentirse tan bien, pero a la vez, la culpa lo invadió al ver a Deku destruido de esa forma.

– Me darán unos días para cuidarte– Continuó mientras le ofrecía un plato de sopa caliente. Debía cuidar su alimentación estos días. Lo miró de nuevo, el chico parecía ido. Tenía la mirada perdida y parecía un ser sin vida. 

Mi omega // TERMINADODonde viven las historias. Descúbrelo ahora