Kiyomi es una chica que fue encontrada viva enterrada a las afueras de la aldea de la arena. Por compasión fue llevada a la aldea de la Hoja donde fue atendida, sin embargo, los médicos ninjas no pudieron entrar en su mente ni descubrir su identidad...
Tres días después de la recuperación de Kiyomi, Itachi estaba haciendo guardia junto con Shisui en la entrada de Konoha. Hacía mucho calor y Shisui parecía casi perder el conocimiento, por otro lado Itachi estaba más fresco que nunca.
-Jamás sabré cómo lo haces- dijo Shisui mientras agitaba su mano para ventilarse.
Itachi sonrió y siguió haciendo anotaciones de la bitácora. Era medio día cuando Kiyomi aparece junto con Sasuke con un obento en sus manos.
- Nii-san, Shisui! Traemos el obento.
- Sasuke, Kiyomi, gracias.- Itachi había extendido sus brazos para poder abrazarlos a los dos, Shisui por otro lado ya no aguantaba el calor. Kiyomi lo había notado y de su mochila café sacó una botella de agua fresca para entregársela.
-Supe que tenías calor- dijo Kiyomi extendiendo su mano para darle la botella a Shisui- ten, la compré para ti.
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Shisui sonrió y besó la frente de Kiyomi a lo que ella se sonrojó y aunque Shisui iba a besarla otra vez, Itachi agarró su cabeza y lo llevó al estante para seguir vigilando.
-Debemos seguir trabajando, Shisui- dijo Itachi sonriendo pero su mano apretaba la cabeza de su amigo.
-Ouch! Esta bien, esta bien, me dejé llevar por el momento.
Cuando Sasuke y Kiyomi se despidieron, Shisui por fin habló después de beber su botella.
-No me digas que estabas celoso, Itachi.
El no respondió.
-Siempre tan discreto. Lamento si te molesté, la verdad es una niña muy bonita y su cabello ha crecido muy rápido.
-La has observado mucho...
-Sí, la llevaré a comer después de terminar nuestro servicio, quiero que se sienta más en casa.
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La mirada de Shisui cambió de irritada a fresca, no solo fue el agua lo que le ayudó sino la niña que le ilumina su vida, o eso es lo que Shisui le decía a Itachi, en ese momento Itachi frunció el ceño cuando un ligero rubor apareció en las mejillas de Shisui mientras miraba la botella que Kiyomi le regaló.