Capítulo 9. La primera misión

1.2K 121 9
                                    

Para festejar Usagi sensei los invitó a comer en el puesto de los dango. Ya casi estaba oscureciendo y las luces de la aldea comenzaron a encenderse. Usagi sensei mando pedir arroz y dangos con salsa picante,  Mamoru y Jun habían pedido un platillo salado y Kiyomi lo pidió dulce con un vaso de te verde. Los cuatro platicaron y disfrutaron de su compañía.
-La prueba que les asigne hoy dijo Usagi mientras bebía de su té- me la dieron a mi cuando tuve su edad. Kiyomi tú conoces a mis compañeros, Izumo y Koketsu.
-¿senpai?
-Exacto. Nosotros fuimos el equipo fantasma. Muchos creyeron que nosotros tres no habíamos pasado el examen. Ellos dos eran problemáticos y yo era hija de un antiguo ladrón. Esta aldea esta llena de gente hipócrita y chismosa. A pesar de sentir su desprecio, nosotros éramos los que evitaban los desastres en la aldea. Nadie sabe que los que mas odian en realidad los protege. Es por eso que fueron escogidos, dependía de ustedes si eran los indicados o no.
Los tres reflexionaban lo que su sensei les decía. Pero Junto notó que la mirada de Kiyomi estaba dirigida a tres personas que pasaban por la aldea; Sakura, Sasuke y Naruto.
-Bueno- siguió sensei- yo debo retirarme, ustedes continúen sin mi. Recuerden que mañana deben ira la oficina del hokage para que les asignen su primera misión.
Segundos después de que Usagi sensei se había retirado Jun le lanza una bola de servilleta a la cara de Kiyomi.
-¡Oye!
-Jun, no empieces- dijo Mamoru.
-Oye rubia. Deja de pensar en otra persona cuando estas con tu equipo.
Kiyomi se tocó la parte de la cabeza donde cayo el papel.
-No se de que hablas...
-¿Es en ese chico Uchiha?
Kiyomi abrió sus ojos sorprendida.
-Jun, hablo en serio, no empieces- Mamoru ya estaba comenzando a sentirse nervioso.
-Si quieres irte vete, no debes obligarte a convivir con nosotros.
-En verdad no sabes nada Kiyomi se levantó de golpe y sacó dinero para dejar lo que debía- debo irme a descansar. Mañana nos veremos temprano.
Tocó el hombro de Mamoru para despedirse pero a Junto no lo miró. Una vez solos, Mamoru observaba molesto a Jun.
-Si tienes algo que decirme, mejor no lo hagas.
-Lo se. Es por eso que me iré primero, solo espero que mañana no seas un descarado con Kiyomi o esta vez no me contendré.

Kiyomi caminaba molesta por lo que le había dicho Jun en la comida.
-Es un idiota...
-¿Quien es un idiota?
Kiyomi voltea sorprendida y ve a Naruto apoyando sus brazos cruzados en su nuca.
-¿Naruto?- Kiyomi no pudo evitar sonreír y fue a abrazarlo. Naruto un poco sorprendido le regresa el abrazo y una vez separados decidieron dar un paseo. Cada uno comenzó a contar lo que pasó en su día.
-Vaya, así que los dos estuvimos a punto de dejar de ser ninjas.
-Lo sé, pero... Hay un idiota en mi equipo que no para de molestarme. Es tan fastidioso, cree que por ser pequeña no me voy a defender, pero le haré ver que con migo no se meten.
-En mi equipo también hay alguien que me fastidia. Se cree mucho por ser el mejor en todo. Pero le voy a demostrar que puedo ser más fuerte que él.
Ambos comenzaron a reírse.
-Oye por cierto, Naruto.
-¿Que paso?
-¿En verdad te gusta Sakura?
Una risilla salio de Naruto respondiéndole a Kiyomi que si, pero ¿por qué le hacía enojar eso? Había preparado su puño para golpearlo pero frenó antes de tocarle la cara.
–¿Kiyomi?
Ella lo miró con ojos llorosos y bajando su puño se alejó unos centímetros de él.
–Oye Kiyomi espera. ¿Que te ocurre?
–Nada– respondió– Dejame sola.
Pero aunque la haya dicho eso él no se fue y se quedó ahí hasta que se tranquilizara. Una vez que nas lágrimas cesaron, que no fueron muchas, Naruto la abrazó.
–¿Que haces, baka?
–No se que hacer en estas situaciones. Solo te vi llorar una vez, pero esta vez es diferente. Y leí en una revista que así es como las chicas se sienten protegidas por su chico.
Kiyomi golpea a Naruto en el estómago y después lo abraza.
–Oye porque me golpeas. Estas muy agresiva el día de hoy.
–No eres solo un chico para mi Naruto.... Te considero una persona importante en mi vida así que si te llegaras a enamorar de verdad de una chica. ¿Me prometes no olvidarme?
Naruto abrió sus ojos sorprendido y un poco sonrojado.
–Lo prometo.
A lo lejos Sasuke caminaba por la calle y los vio a ellos dos abrazados, aunque su mirada fría no cambió, un golpe en su pecho no lo dejó descansar bien esa noche.
Al día siguiente el equipo 13 ya estaba frente al hokage quien les asignaría su primera misión. En la sala estaban presentes Iruka sensei y tres ninja más.
–Muy bien equipo 13. Se les ha asignado una misión de rango B. No sera tan difícil para que sean capaces de obtener experiencia.
–Disculpe tercero– dijo Kiyomi – ¿De que va a tratar nuestra misión?
–Deberán ser la escolta de un joven viajero llamado Soro Minamino, hasta la aldea de la arena. Nuestra alianza con esa aldea debe permanecer, Kiyomi, tu debes estar encargada de entregar este pergamino rojo que te entregaré. Debes procurar que no sea abierto hasta que lleguen con el Kazekage.
Kiyomi asintió y los cuatro dieron una reverencia antes de salir de la oficina.
–Señor– dijo Iruka un poco preocupado – está seguro que Kiyomi debe ser la encargada de ir a ver personalmente al Kazekage.
–Sé lo que piensas Iruka. Pero será una forma menos agresiva para que ella comience a recordar lo que pasó antes de que llegara aquí. Después de todo la encontraron casi enterrada viva en esa aldea.
Mientras caminaba el equipo 13, Kiyomi logro ver a lo lejos como Naruto y su equipo estaban paseando a los perros, Naruto tenía al más grande por alguna razón y no pudo evitar reírse.
-Oye Kiyomi- dijo Jun, Kiyomi se sorprendió por como la llamó y dio un paso atrás cuando él se le acercó.
–Oye no te voy a morder. Solo quería disculparme por mi comportamiento de ayer. La verdad es que...
–No te preocupes, se que ambos tenemos temperamentos diferentes pero creo que nos llevaremos mejor con el paso del tiempo.
Jun ya no respondió, simplemente asintió. Mamoru quien los miraba de lejos, sonrió ligeramente.
–Diganos señor Minamino– habló Usagi sensei– ¿De dónde es en realidad?
–Mi ciudad natal es la aldea de la neblina pero me mude con madre y mi hermano menor a la aldea de la arena. El kazekage nos recibió bien y hemos vivido bien gracias a los conocimientos medicinales de mi madre. Es por eso que viajo. Buscó hiervas nuevas y medicinales. –Wow, es muy interesante.
Justo en ese momento llegaron a la puerta principal de Konoha donde se encontraron a Koketsu e Izumo en su turno de guardia. -Oh, el equipo 13 así que ya se les asignó su primera misión.
Izumo le guiñó a Usagi y ella le golpeó.
–No has cambiado en nada querida.
–Cierra na boca y firma ya el permiso.
–Un consejo chicos dijo Izumo mientras firmaba y entregaba el permiso– su sensei es una fiera.
Los tres fruncieron el ceño y siguieron su camino. Pudieron salir de la frontera sin problema y en cuanto oscureció acamparon. Junto se encargó del fuego, Mamoru de la comida y Usagi de la vigía. Kiyomi por otro lado estaba encargada de cuidar y hacerle compañía a Minamino. El joven viajero usaba lentes redondos que cubrían sus ojos color esmeralda, su cabello largo y rojo estaba recogido con una coleta y su vestimenta era completamente café. Kiyomi podía jurar que lo ha visto antes en algún lugar, pero no puede recordarlo.
–Me has estado observando mucho joven ninja.
–Oh, lo lamento señor, es solo que.... Me llama la atención que tiene conocimiento de hiervas medicinales.
Soro sonrió y sacó de su bolso un gran cuaderno.
–Esta es mi bitácora– abrió y hojeó el libro donde cada planta tenía su propósito y origen– tengo muestras de cada una de estas plantas.
Mientras Kiyomi observaba cada una de las hojas notó que había una en blanco con el nombre de "Flor de Fuego"
–Esta flor– dijo Soro- es de las mas raras.
–¿Cómo puede haber una flor de fuego?
–No es literalmente de fuego. El color de la flor asemeja a una flama, es como tu cabello. Un amarillo puro con mechas rojas. Es la flor mas poderosa en curación.
–¿Qué es lo que hace?
–Cuenta la leyenda. Que antes de que todos los clanes tuvieran una alianza, el líder de un clan buscaba esta flor para salvar la vida de una mujer.
–¿Y la encontró?
–Sí. Se encontraba escondida en un monte. El monte donde están esculpidas las caras de los hokages. Es su lugar de origen, pero al parecer crece cada cientos de años. Al parecer no viviré para verla nacer.
Soro suspiro y cerró su cuaderno. "Espero que cuando tenga hijos ellos quieran encontrarla" pensó. Kiyomi al oír eso se conmovió. Cuando todos se levantaron a la mañana siguiente lograron llegar a la aldea de la arena antes del atardecer. Los guardias los dejaron pasar sin problema y el primer lugar en llegar  En cuanto entraron, Kiyomi comenzó a sentir mareos y un terrible dolor de cabeza.
–Te daré un té de hiervas amargas – dijo Soro– te quitara el dolor de cabeza.
Kiyomi lo agradeció y lo bebió pero no le quitó el dolor de cabeza.
–Tal vez uno de nosotros debe sustituirla.– dijo Mamoru un poco preocupado.
–Estoy bien. Es mi deber entregarlo personalmente.
Aunque ninguno de los dos estaba de acuerdo, Usagi sensei les dijo que eran ordenes del tercero y debían respetarlas.
Pasaron cinco minutos para que le permitieran entrar. Solo ella podía pasar y los nervios la estaban invadiendo. Al pasar a la oficina estaba el kazekage de pie mirando la vista por la ventana.
–Señor kazekage. Mi nombre es Kiyomi, vengo a entregarle por órdenes del tercer hokage en pergamino de la alianza.
Lo practicó miles de veces en su mente, sabía que estaba en sus manos el mantenimiento de la alianza entre ambas aldeas. Finalmente el kazekage miró a Kiyomi, era un hombre joven de cabello castaño, alto, asimilaba tener ojeras en sus ojos y su mirada era fría, más fría que las de Sasuke.
–Asi que tu eres la chica de las que todo el mundo habla.
–¿Señor?
–La chica sin apellido, sin clan. ¿Es verdad que no recuerdas nada de tu pasado?
–Señor, no creo que mi vida personal sea algo de lo que usted quiera saber.
El kazekage le señaló que se acercara. Ella se aproximo y pudo notar dos fotos, una familiar doblada a la mitad, solo se veía a él con un niño y una niña a su lado y otra de una bella mujer, posiblemente su esposa.
–Puedes abrir el pergamino.
Ella abrió el pergamino y vio los símbolos de la aldea alineados verticalmente con los nombres de cada hokage y kazekage que creo la alianza.
–Esta va a ser la segunda vez que necesito firmar este tratado de paz. El tercer hokage debe tenerte mucha confianza como para poner en tus manos este tratado.
Kiyomi no respondió.
–El cuarto hokage fue un gran hombre. Tu mirada me recuerda a él. Fue una lastima que haya muerto tan joven.
En cuanto firmo cerró el pergamino y se lo entregó. Su mirada no paraba de causarle escalofríos y un terrible dolor de cabeza.
–No olvidaré tu nombre. Kiyomi. Has hecho un buen trabajo.
Al salir su equipo la estaba esperando, con una sonrisa enseñó el pergamino.
–Listo chicos, podemos regresar a casa– dicho esto se desmayó.
Había tres personas en su sueño. Dos chicos y una chica. El más pequeño yacía solitario en un columpio llorando mientras sostenía un oso de peluche. Los otros dos no podían acercase a él. Kiyomi se acercaba poco a poco al niño en el columpio.
–No llores por favor.
–Lo lamento... Perdoname Kiyomi.
–¿Por que te disculpas?
–Porque.... Yo te maté....
En eso una gran cantidad de arena la comienza a enterrar.
Aterrada, Kiyomi despierta. Ya era de noche, sus compañeros estaban dormidos a su lado mientras que Usagi sensei no estaba a la vista. Notó que en la puerta estaban dos personas hablando. Cautelosa se acercó y comenzó a escuchar. Era Minamino con el kazekage.
–Señor kazekage. La chica no puede ser la misma que usted cuidó cuando era una niña.
–Es la misma. Son los mismos ojos, es el mismo cabello.
–Señor, aunque fuera la niña de hace cinco años, usted fue quien provocó que la asesinaran.
El kazekage tocó su frente con desesperación.
–Era necesario. Tú fuiste testigo, estaba arruinando nuestros planes de crear a nuestra arma definitiva. Evita a toda costa que se encuentren. No deben volver a verse.
–Entendido señor.
A la mañana siguiente el equipo 13 se despidió del kazekage.
–Lamento los problemas señor– dijo Usagi sensei.
–No fue ningún problema, Minamino me comentó que pudo haber sido deshidratación.
–Fue un honor haberlos conocido– dijo Minamino sonriendo.
–Igualmente– Usagi hizo que todo el equipo hiciera una reverencia.
Cuando ya se iban a retirar de la aldea, Kiyomi sintió una mirada que no pudo localizar pero era fría y aterradora. Salir de esa aldea hizo que pudiera respirar una vez mas pero estaba confundida por la conversación del kazekage con Minamino.
–Esa aldea se ve muy solitaria – dijo Jun– prefiero ver verde que solo arena.
–Tú ni siquiera paseaste en la aldea– respondió Mamoru– estabas tan preocupado por Kiyomi que te quedaste a su lado en la enfermería.
–Cierra la boca idiota.
Usagi sensei vio como Kiyomi ignoraba los comentarios de sus compañeros y miraba el pergamino.
–Tenía tu edad cuando me mandaron entregar el pergamino al kazekage por primera vez. Se firma cada trece años. El cuarto hokage fue un gran hombre, me recuerdas a él.
–¿Porque? Porque me dicen todos eso.
–Posiblemente sea por su actitud. Era gentil, valiente y muy activo. Eres un gran elemento en tu equipo Kiyomi, así como Jun y Mamoru, este equipo no fue hecho al azar.
Kiyomi sonrió ante esas palabras y fue directamente con sus compañeros para abrazarlos.
–¡Oye que te pasa!–¡Kiyomi!
–Chicos los reto a correr de aquí hasta la aldea, quien llegue al ultimo pagara la comida de hoy.
Los dos chicos se guiñaron y juntos cargaron a Kiyomi. Fueron risas y diversión todo el camino. Las siguientes misiones fueron de investigación y espionaje, nadie esperaba que se iban a reencontrar con na aldea de la arena muy pronto.
*********
Saludos chic@s
Feliz año.
Espero que se la hayan pasado de maravilla
Es un nuevo año y es tiempo de disfrutar.
Espero que les haya gustado el capitulo. No olviden comentar y sacar teorías (románticas, trágicas, amistades, muertes, etc..)
-xoxo Paukiyo

Ninja Secrets - Naruto FanficDonde viven las historias. Descúbrelo ahora