Después de la situación con el churrasco, Cucurucho se fue comprobando la situación.
La relación entre cellbit y Roier había mejorado un poco, ambos se veían más seguido, Roier iba a visitarlo a su lugar de trabajo, a veces encontrando al mayor dormido sobre el escritorio. Otra veces acostado en su sofá pensando o jugando con richarlyson.
Cellbit También iba a casa de Roier, donde esté se había puesto hacer la ciudad que alguna vez Bobby dijo que harían juntos. A veces los ayudaba, otra veces el mismo Roier pedía que solo le platicara.
Y con ellos, todos en la isla también se dieron cuenta del cambio de Roier, pues este ya no estaba en cama de otros, apenas y tenía tiempo debido a su pasatiempo. Algunas veces slime lo visitaba para esos masajes con final feliz pero se negaba. Fit se pasaba a pedirle un tiempo juntos, pero se negaba, Mariana le pedía reforzar la amistad pero se negaba, Bad incluso con su invitación de solo te y galletas sin doble intención se negaba.
Roier se negaba a cualquier petición de otros, pues a pesar de que se veía mejor, en sus adentros, aún se culpaba por su apetito sexual tan exigente. Incluso su cuerpo se había acostumbrado tanto a ello que a veces lubricaba en medio del trabajo pesado de cargar, o pintar o poner los pósters. A veces dejándolo incómodo y asqueado de su propio cuerpo.
Pero entre las tantas personas que se habían acostumbrado al cambio de Roier, había una que no confiaba del todo en ello. Sabía que chico no podía negarse por mucho tiempo, lo sabía porque conocia en sucio secretito.
Spreen lo sabía bien, en su poco tiempo de relación, el mismo chico le confesó a ciegas su secreto, una araña hembra con un apetito voraz.
Roier construía su Oxxo, ya tenía casi todo listo, solo faltaba poner los carteles y quedaría listo. Busco entre su inventario más pósters, encontrando que ya no tenía para hacer más. Bufó un poco.
- soy pobre...- dijo riendo para mirar hacia su casa de madera, tal vez si buscaba en sus cofres encontraría hierro y vidrio. Camino hacia la esquina de Oxxo para ir hacia susodicha casa, pero un chico se interpuso en su camino, topandose con el pecho del mayor.
- ora pendejo! - se alejo un poco para mirar al estorbo de persona, pero se encontró con un cara familiar y algo desagradable. - ah!... spreen... cómo estás?- forzó una sonrisa.
- me preguntaba... dónde estaba mi juguete - se acercó al mentón del menor, acariciando sus mejillas.
- ya no hago eso..- dijo con ceño fruncido, alejando su cabeza del toque.
Spreen sonrió para luego savar su mochila y sacar lo necesario para terminar con el Oxxo.
Roier miro aquello para poner una mueca de asco - te dije que ya no hago eso...- trato de esquivar al oso, pero su brazo fue tomado y torcido y aventado contra la pared.
- oh vamos... sabes que tú cuerpo no soporta tanto...- susurro al oído del menor.
- pues lo obligaré..- se giro a verlo a los ojos con enojo
Spreen rodó los ojos divertido - enserio?... pongamos lo a prueba -
Con eso dicho, roso la entrepierna del menor con su rodilla, sacando un jadeo leve. Roier trato de zafarse, pues en cierta manera era verdad, su cuerpo había le exigía en momentos alguna aventura, y se maldecia hasta punto de morder su brazo para calmar esa estupida necesidad tan primitiva.
Incluso con Cellbit se negaba a hacer algo así, pues su mente aún no estaba preparada para volver a esas andadas. O siquiera seguir en eso, pues empezaba a sentir mariposas y amo ion al ver a Cellbit. Por lo que ya se estaba planteado en tal vez pedirle ser novios.
Fue sacado de sus pensamientos cuando el mayor metió sus manos a sus pantalones, acariciando por encima del boxer su entrepierna.
Cerró los ojos, tratando de no caer en las estimulaciones, recordando sin querer los ojos de su hijo, mirándolo fijamente mientras la espada atravesaba su vientre. Las lagrimas recorrieron sus mejillas a chorros, pues había jurado ante la tumba de Bobby de no volver hacer.
Spreen no pudo importarle menos, siguió con aquello, disfrutando de la cercanía. Besaba su cuello, donde noto la marca de dos personas.
- te dejaste marcar?.... que asco..- dijo entre dientes.
Roier negó, un escalofrío llegó a su cuerpo, cuando la boca del mayor atacó su cuello para morderlo fuertemente, dejando otra marca, indicando otro enlace sin quererlo.
Gritó ante esto, ahora con todas sus fuerzas zafarse y a pesar que lo logro momentáneamente, fue tumbado al piso en un golpe a su espalda.
- vamos a jugar - dijo el mayor, tirándose sobre el menor, el cuál apenas se había recuperado. Spreen levantó su puño y golpeó con fuerza la cara de Roier, abriendo su labio inferior y su nariz sangrante.
Siguió golpeando hasta que roier no pudo resistir más. Ahora con eso, tomo ventaja para seguir con aquello.
Cellbit quien estaba lejos de ahí, debido a que estaba investigando, sintió el malestar en su nuca primero, despues un zumbido agudo en sus oídos y al final nada. Miro hacia dirección donde estaba la casa de Roier. Tomo su gema y dejando su investigación a un lado, se dispuso a viajar.
- Pai!
- richarlyson, pon un waystone.. ahora vuelvo- dijo rápido para desparecer. Salió de la muralla ta rápido como pudo, para salir al exterior, miro hacia la casa de madera; no parecía haber ruido, luego miro al OXXO a medio contruir; tampoco vio nada.
Camino un poco para tomar su comunicador, escribiendo un mensaje privado para Roier. Al escribir el mensaje, miro al suelo y pudo notar rastros de sangre, su vista viajo a una mochila tirada y rastro de ropa rasgada. Toda ello se dirigía al la pequeña sala de consultas que Roier tenía.
Camino con rapidez, siguiendo los rastros, hasta que a sus oídos escucho un pequeño llanto y jadeos suaves, junto a maldiciones.
Con sigilo se acercó a una ventana de la pequeña sala hasta que pudo ver una escena que no solo lo enfurecio, si no también asco, pero no a Roier, si no al chico que estaba encima de él.
Roier estaba en el piso, boca abajo, con su cuello sangrante, mientras sus uñas se clavaban a la madera. El chico jugaba con el trasero del menor mientras decía lo afortunado que debía ser para volverse su pareja.
Sin dudarlo mas irrumpió al lugar y sin dejar que el otro reaccionara, lo golpeó, se subió el cuerpo del chico y los siguió golpeando hasta que dejara de escuchar el respirar de este. Su lado más protector y agresivo salió nuevamente, pero a diferencia de esas veces que estuvo en prisión, está vez lo hizo con intención de proteger lo único que más amaba en este mundo.
Tomo a Roier quien lloraba desconsolado, y llevo a su lugar de trabajo, donde solo el y richarlyson sabían, dejo a Roier en el sillón mientras trataba de calmarlo. Pero parecia que el chico se sumergió en un estado de ansiedad.
Y conocía bien eso, así que sin decir más, se quedó a su lado, callado, mientras acariciaba los cabellos avellana del menor.
Roier se acercó a Cellbit y puso su cara en su pecho, tratando de absorber el olor que lo calmaba como siempre.
Cellbit miro el cuello con sangre y gruño en bajo.
- márcame... - susurro Roier.
- Roier...-
- hazlo maldita sea!!... no quiero estar con Spreen!
Cellbit le miro indeciso. Pasando su dedos a través de los cabellos del menor, hasta caer en cuello.
Ambos no sabían las consecuencias de ser marcado tantas veces pero a Roier le importaba ahora mismo no sentir nada relacionado con Spreen.
Cellbit acercó su boca al cuello y suavemente penetró la piel con sus colmillos, rápidamente sintiendo el sabor metálico y una corriente electrica.
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$Dаddуs GiгL$ | Guapoduo | +18
Fanfiction+18 La morra chida.... O así se hacía llamar aquel chico de cuerpo esbelto pero delicado como una flor de León. Y no era para menos aquel sobre nombre o apodo puesto por el mismo chico, todos en la isla lo conocían .... Y los conocían muy bien... Pe...