Cellbit se había mantenido ocupado haciendo un buen plan de boda, los niños habían aceptado practicar con los instrumentos para hacer una buena presentación, Chayanne había estado practicado pastelería para hacer una buen pastel de boda, Pac y Mike habían estado construyendo según los planos de Cellbit, forever junto a Vegetta se habían puesto de acuerdo en hacer un buen anillo de boda para ambos, siendo Vegetta y Foolish en hacer el anillo de Roier y Forever y Felps en hacer el anillo de Cellbit.
Todos se habían enterado en la gran celebración que venía, y eso incluía a un oso rencoroso.
Un oso negro que ahora mismo, se follaban al futuro novio. Tenía una gran sonrisa al ver cómo Roier lloraba, y no de placer exactamente, el como lo montaba y gemía en alto.
- bien amor - decía entre jadeos spreen, tomaba las caderas con fuerza para penetrarlo aún mas profundo, mientras Roier pedía que no siguiera.
Roier no podía hacer mucho, no solo había reprimido su apetito sexual, si no que la marca estaba pidiendo estar cerca de spreen.
Llevo ambas manos sobre el vientre del mayor, para sostenerse de las embestidas tan duras que el osos daba contra su punto dulce, abrió ligeramente los ojos, solo vinedo como sus lágrimas caían sobre la piel del contrario. Su mirada se dirigió hacia los ojos, solo viendo un egoísmo y un triunfo.
Mordía su labio de la rabia.
- porque te muerdes Roier?... Te vas a lastimar esos bellos labios rojos que tienes... No querrás que tú beso con tu esposo tenga un sabor metálico, no?- dijo cínicamente.
Roier levantó su brazo para darle un golpe, pero las embestidas se volvieron erráticas, dejando su poca estabilidad al suelo. Cayó sobre el pecho del mayor, mientras su clímax amenazaba con llegar.
Spreen adoraba a Roier, desde que lo conoció, lo amaba si, pero de una forma enfermiza. Le molestaba que su amor se casará con un idiota que llegó en un barco, simplemente el tuvo menos tiempo y lo enamoro, en cambio él, estuvo desde que llegaron a la isla y este jamás lo vio más aue un juguete más. Eso le molestó, pero se aseguró de volverse el mejor juguete para su amor.
Sus pensamientos se estaban reflejando en sus acciones, dejando moretones y mordidas en el cuerpo del menor, hasta que un estocada, pudo liberar toda la tensión que ya sentía desde hace rato.
Un gemido ahogado pudo escuchar por parte de Roier, el cuál quedó temblando. Luego un pequeño sollozo y su pecho mojarse, estaba llorando de nueva cuenta. Lo han estado haciendo desde que anunciaron su casamiento.
- ya ya... Otra más... Te aseguro que te vas a calmar - dijo un tono más suave, aunque el movimiento de sus caderas, anunciaban nuevamente el inicio de una nueva ronda.
Las manos de Roier, apretaron las sábanas, mientras su voz se alzaba conforme las estocadas se volvían más profundas y fuertes contra su punto dulce.
Había llorado tanto que ya no tenía lágrimas suficientes para otra ronda. Simplemente se dejó hacer.
Cellbit se había quedado esperando en el picnic, mirando el atardecer.
- se supone que era nuestra primera cita...- dijo hacia richarlyson que trataba de localizar a Roier.
- tal vez... Se quedó dormido... Podemos esperar otro rato...- se animó el solo. Trato de localizarlo a través de su enlace, no quería confiar que su lazo se había roto, segun el libro. Pero no había sentido nada desde que volvió a ver a Roier.
El atardecer pronto de volvió noche, y las corrientes de aire calido que rozaban sobre su piel con cicatrices pasadas, se volvió frío. Las flores que había dejado para decorar el lugar, empezaban a marchitarse, y las comida que había hecho para su cita, estaba fría.
Su mirada se apagaba confirme el tiempo avanzaba.
Richarlyson seguía tratando de localizarlo, incluso los demás de la isla se unieron a buscar al marido perdido. Pero nada, no habia rastro.
El tiempo paso, y el hermoso picnic que habia hecho con Forever y richarlyson, quedó vacío. Cellbit volvió a su castillo. No tenía ganas de seguir con el plan de bodas o con la investigación.
De hecho, ya no sabía si Roier quería casarse con él.
¿Lo estaba usando?
¿Realmente era tan interesado?
Se dejó caer en la cama, miro hacia el balcón, su mirada cayó en banco, donde ambos se habían dado un beso, una abrazo y hasta insultos de broma.
Su vista se nublo debido a las lágrimas, tragó saliva pesadamente para luego retirar su vista hacia otro lado.
Richarlyson le miraba triste, para luego acercarse a su padre y acostarse con él. Aunque al principio Cellbit negó que richarlyson se quedará, al final de unos minutos, termino aceptando la compañía del menor para abrazarlo.
Richarlyson sabía que algo había pasado. Su vista se asomaba por el hombro, mirando hacia el horizonte.
"Bobby.... O que devo fazer agora?"
Pensó el pequeño.
Bobby siempre sabia que hacer. Le decía que a veces sentía que el cuidaba de su padre, en vez de que el cuidara de él. Y a decir verdad, ambos se cuidaban mutuamente, y lo había visto el día que intercambiaron de padres. Roier le dejaba hacer más de lo que su padre Cellbit le permitía y por culpa de eso terminó con un brazo con curitas. Pero aprendió bien el como defenderse solo.
Se separó un poco, para luego ver cómo su padre había quedado rendido ante el cansancio.
Se levantó para tomar su intercomunicador.
-Eu sei o que fazer Bobby....- empezó a enviar mensajes hacia sus iguales. Los otros niños. Sus padres eran buenos buscando, si, pero los niños, eran aún mejores. Su olfato altamente desarrollado, su magia, sus escamas, sus colas y sus alas de dragón les permitía viajar más lejos de lo que sus padres podrían imaginar.
Miro hacia su padre Cellbit y sonrió
- Deixe-me ajudar o pai - (déjame ayudarte padre)
Susurro, para luego besar la mejilla de su padre. Corrió rápidamente hacia el balcón para abrir sus alas y alzar vuelo hacia zona no explorada. Tendría su espada y su gema en caso de ataque de código, no era tonto, sabía que podian tomar oportunidad para hacerles daño.
Los niños se pusieron de acuerdo me buscar primero en zonas conocidas para irse más lejos.
Aunque hubo uno que si pudo reconocer el olor de Roier.
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$Dаddуs GiгL$ | Guapoduo | +18
Hayran Kurgu+18 La morra chida.... O así se hacía llamar aquel chico de cuerpo esbelto pero delicado como una flor de León. Y no era para menos aquel sobre nombre o apodo puesto por el mismo chico, todos en la isla lo conocían .... Y los conocían muy bien... Pe...