Odio las desigualdades que existen entre las personas.
Mientras que unos tienen opulencia en exceso, otros se mueren de hambre, de sed, por las guerras que destruyen países enteros, por las enfermedades sin cura... Ese término de «clase media» está desapareciendo a la velocidad de la luz. Los ricos cada vez son más ricos y los pobres cada vez más pobres.
Veo en la televisión, leo en las noticias o escucho en la radio el horror de la guerra y me parte el corazón. Tantas familias sin un techo bajo el que dormir, aterrorizados por poder ser asesinados a causa de las bombas que arrojan desde el cielo asesinos sin escrúpulos, desesperados por estar viendo constantemente morir a sus seres queridos sin que nadie les ayude. Me siento tan miserable que en absoluto merezco darme más importancia que toda esa pobre gente a la que desearía poder ayudarles antes de a mí misma.
Me encantaría hacer algo para apoyar a las víctimas, para concienciar a la gente y aportar mi granito de arena en este mundo cada vez más violento. Sin embargo, ni siquiera soy capaz de cuidarme a mí misma.
¿Cómo voy a cuidar de los más desfavorecidos?
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Cartas de una chica suicida
Short StorySiento que a nadie le importo. Nadie me conoce de verdad, nadie conoce mis pensamientos. Ni siquiera yo misma. ¿Qué hago aquí? ¿Quién soy realmente? Solo una chica rota. Una chica suicida que escribe cartas.