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Cuando la depresión no era tan inmensa como ahora, siempre he intentado dar lo mejor de mí, mi mejor versión, pero por más que busque, no existe ninguna que me agrade.

No soy feliz. Y no, jamás lo seré.

Así que, antes de que termine de escribir este montón de cartas sin destinatario, solo quiero dejar claro que intenté ser mejor. Pero no pude.

No puedo dar más de mí porque no hay nada que dar.

Lo siento muchísimo, de verdad. Lo siento.

Soy un fracaso.

Cartas de una chica suicidaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora