2

19 1 0
                                    

Una vida monótona y sin grandes aventuras como en las novelas de fantasía es mucho más común de lo que la gente cree. Lo hagamos público o nos lo guardemos para nosotros, todos queremos vivir acontecimientos excepcionales e inolvidables que al final solo suceden en nuestra cabeza.

Como de costumbre, terminan no saliendo de ahí.

A mí me pasa constantemente. Mientras que mi palpitante corazón me alista a vivir, a hacer lo imposible por diferenciarme del resto, hay algo dentro de mí que me limita en todos los sentidos. Sé que existe en mí un enorme problema sin aparente solución, y pasado el tiempo he llegado a la conclusión de que ese problema soy yo.

Pienso día a día que nada de lo que haga será suficiente para ser feliz, porque yo misma me empequeñezco con mi negatividad e irremediable derrotismo. Por eso, conformándome con muy poco, me limito a estar de paso en un mundo infeliz del que necesito escapar.

No destaco, no llamo la atención, nunca he hecho nada que vaya a recordar de más mayor.

Soy solo yo; una chica rota y corriente.

Cartas de una chica suicidaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora