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Estoy enferma.

Padezco desde hace unos años de síncope.

Según la Real Academia Española: «Pérdida repentina del conocimiento y de la sensibilidad, debida a la suspensión súbita y momentánea de la acción del corazón».

Desde que me la diagnosticaron no ha habido ni una sola vez que nadie me haya preguntado qué tal. Apenas recuerdo haber recibido algún mensaje de apoyo las veces que he estado ingresada en el hospital más allá de un simple «Todo bien» «Me alegro» «Ponte buena» o «Recupérate». Nada más. Ni un mensaje bonito o una visita de nadie, ni si quiera de mi mejor amiga.

Me he acostumbrado a conformarme con lo mínimo, pero creo que una enfermedad va mucho más allá.

¿Es tan raro querer sentirse querida?

Cartas de una chica suicidaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora