Capitulo 4

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Daniel

- ¡¿Entonces puedo ir a la guardia?! - Mark me mira por unos instantes.

- Si, pero antes deberás ayudar a las hembras a recolectar... la fruta -

- ¡Pero eso lo hacen las hembras! -

- ¿Quieres ir? -

- Si -

- Entonces ve antes de que se te haga más tarde -

- ¡Es injusto eso solo lo hacen las hembras! -

- Ve ahora mismo - Mis ojos se llenan de lágrimas cuando usa la voz de alfa.

Me doy la vuelta para caminar al " Bosque Dulce " Nosotros no compramos frutas ni verduras, nosotros lo sembramos, se supone que las hembras y.... omegas lo hacen.

No es por ser machista ni nada, sólo que los lobos necesitan tener a sus hembras a salvo para poder pelear con más seguridad, un simple daño a las hembras y los lobos estarán como locos.

El simple hecho de que alguna hembra muera por cualquier cosa el lobo se vuelve agresivo hasta el punto de perder la cabeza por completo, en este caso se terminan suicidando, por eso se les prohíbe salir cuando hay problemas o que alguien de la manada dañe a alguna pareja.

Suspiro tomando una canasta para recolectar la fruta.

Simplemente aburrido y tedioso.

***

- Me niego - Aburrido y enojado dejo la cesta en el pasto para comenzar a correr a la ciudad.

- No te vayas, ¡El alfa se enojará! - Las chicas me miran con miedo.

- ¡Regresaré pronto! - Sigo corriendo sin prestar atención a sus súplicas para que no me vaya.

No me voy a quedar recolectando fruta, ni tampoco voy a pedirle permiso para salir, si pidiendo permiso no me deja salir qué más da salir sin él.

Minutos corriendo llego a un bonito lugar donde hay mucha ropa, tiendas repletas de dulces, bibliotecas, restaurantes y muchas cosas más.

Nunca me dejaron salir a conocer, solo de la casa para la escuela y viceversa.

Me hubiera encantado haber traído dinero, hay una gran posibilidad de que sea la primera y última vez que salga.

Sigo caminando, pero me detengo cuando escucho un aullido seguido de un dolor en mi pecho. Esta furioso.

Me doy la vuelta para caminar al bosque, pero de inmediato me detengo.

Me arrodillo en el suelo tapando con ambas manos mi pecho.

- Ca...cariño estoy bien - El dolor se hace todavía más fuerte.

Un pequeño gemido de dolor brota de mis labios.

Me acuesto y comienzo a chillar fuertemente mientras cierro mis ojos.

Casi de inmediato escucho las ramas crujir, dando a entender de que alguien viene en camino.

- Mark - Abro los ojos y veo a mi lobo olfatearme buscando alguna herida.

Un pequeño gruñido de su parte me hace abrazarme a su cuello peludo.

- Me duele... cuando te enfadas conmigo - Me transformo en lobo y él se pone arriba de mi cubriéndome mientras lame mi cuello.

_¿Cómo quieres que no me enfade si las hembras vienen corriendo diciendo que has escapado, ¿Crees que a mí no me duele? -

- ¡Pero tú no me dejas salir! -

- ¡Porqué quiero que estés bien! -

- ¡No lo haré hasta que dejes de ser tan protector! -

- ¡Entonces siempre estarás mal! - Su fuerte gruñido me hace temblar.

_ Entonces no te me vuelvas a acercar y tampoco te atrevas a tocarme - Me alejo de el para caminar a mi casa.

- Ese chantaje no te volverá a servir... - Me volteo y le gruño

- No te estoy chantajeando, te estoy avisando - Sin querer seguir peleando camino a mi casa.

Un muy fuerte gruñido se escucha detrás de mí.

- Tu ganas -

- ¿Perdón? -

_ Tu ganas, puedes venir, pero deberás tener en cuenta que tendrás a muchos cuidándote -

- Si, ¡Muchas gracias! - Corro hasta el para aventarme, el me responde lamiendo mis orejas.

- Si que me tienes en tus manos -

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