Capitulo 21

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Daniel

Gruñendo acaricio mi hinchado vientre, el dolor cada día se hace más fuerte y eso me pone de muy mal humor, posiblemente algo me hizo daño.

Procuro no gemir de dolor ya que Dylan vendrá corriendo por el lazo de unión que tenemos, dice que cada vez es más fuerte, algo muy bueno para él, ahora he perdido la llamada privacidad junto a él.

Me levanto del sillón con dificultad, siento unos pequeños piquetes en mi vientre.

- Ya debes... estar contento - Minerva entra temblando a la sala de estar, su vestimenta es deplorable.

- Yo no hice nada, además ¿No te cansas de molestarme? - No me siento con ganas de nada.

- Desde que llegaste me quitaste todo, incluso a mi hermano, siempre estábamos juntos - Puedo sentir mi corazón apretarse, un nudo aparece en mi garganta.

Acaricio mi estómago sintiendo el conocido malestar, Minerva respira profundamente, sus ojos se abren impresionados, ahora tiene una risa burlona.

Su mirada ya me está incomodando y molestando, lo único que quiero es estar solo sin que nadie me moleste, solo Dylan ya que me hace sentir mucho mejor, su cercanía me reconforta.

- Vaya, el perro tiene un... - Dylan aparece detrás de ella, un brazo se envuelve en su cuello.

- Hermana, ¿Qué crees que estás haciendo cerca de él? - Su mano poco a poco se está haciendo negra, sus dientes han crecido.

Minerva está muy tensa, puedo oler su miedo y eso me hace sentir triste, Dylan mira detalladamente mis ojos, su ceño esta fruncido.

- Estaba hablando conmigo, suéltala - Temblando seguramente de enojo se aleja, puedo escuchar como le gruñe, ella solo tiene la mirada en el suelo.

- Ella te estaba molestando, lo sentí y no puedes negármelo, ¿Porque la proteges? - Sintiéndome cansado, cosa que no debe de ser ya que no estoy haciendo nada, me siento en el sillón.

- Solo déjala - Se aleja de ella y se sienta a mi lado, oliendo mi cuello mientras reparte besos.

- ...Gracias... - Su temblorosa voz llega a mis oídos.

- Ya lárgate, me molestas - Sus brazos están alrededor de mi cintura, su lengua está lamiendo la marca de mi cuello, ronroneo al sentir sus dientes entrar en mi piel.

Una de sus manos está en mi vientre, acariciando con lentitud y delicadeza ¿Sabe de mi malestar? Sus caricias parecen tranquilizar un poco el dolor.

Saca sus colmillos y me hace recostar en el sillón mientras sigue besando el lugar mordido.

- Adoro tu olor me hace querer joderte cada segundo del día, pero ahora no, tengo un asunto importante el cual debo atender, llegaré a compensarte - Susurra sensualmente en mi oído, aprieto mis piernas.

Se aleja unos centímetros, mi cuerpo siente inmediatamente el descontrolado deseo de ser montado.

Enojado por su falta de tacto, me restriego contra él, ronroneando, mis caderas se mueven contra las suyas fuertemente.

- Te quiero dentro de mí... - Mi cuerpo tiembla lleno de deseo, lo atraigo con mis brazos y pego sus labios con los míos.

Él sonríe con burla, sus manos dan un apretón a mis muslos, haciéndome gemir contra su boca.

Emocionado por haber conseguido que se quede abro la cremallera de su pantalón, pero sus manos me detienen.

- No puedo cachorro~ - Lame mi cuello, en este punto ya estoy llorando por él.

- Dámelo, te lo ruego - Araño sus brazos con cierta frustración.

- Necesito ir, prometo compensarte - Da un último beso para después irse.

Gruñendo me siento en el sillón, todo el dolor se ha ido, ahora solo es frustración y enojo.

Con el cuerpo tembloroso me levanto y camino a la salida de este lugar, puedo sentir el conocido calor dentro de mi cuerpo, no debería, aún no es tiempo de mi celo.

Doy una gran bocanada de aire cuando abro las puertas que dan al jardín.

Muevo mis piernas con cierta desesperación, jadeando me acuesto en el pasto en posición fetal mientras suelto pequeños gemidos.

Una de mis manos acaricia mi entrepierna, no siendo suficiente frotó con mucha más fuerza, gruño lleno de inconformidad.

Ahora mi mano está dentro del pantalón acariciando mi miembro, muevo de arriba abajo, sin embargo, como siempre, no es suficiente, en lo absoluto.

El calor va en aumento, no entiendo que es más importantes que yo.

Minutos después llega mi liberación, cierro mis ojos.

- Pero que tenemos aquí, mi cachorro al parecer rompió una sagrada regla~ - Saco mi mano del pantalón y me siento rápido, ganándome un pequeño mareo por tan rápida acción.

Tiene una sonrisa, pero esta no llega a sus ojos, me estremezco cuando siento su enojo, comienzo a gemir bajo intentando tranquilizarlo.

- Yo no... - Se aparece enfrente de mí.

- Tu olor a celo llega desde kilómetros, mientras más cerca estés del límite más fuerte se vuelve, casi haciéndome perder el control, viniste sin mí, eso rompe mi muerto y frío corazón -

- Dy...Dylan perdón yo... - Gruñe furioso.

- Shhh, calla pulgoso - Ahora soy yo quien gruñe enojado.

- Fue tu culpa - Sonríe irónico.

- ¿Perdón? - Muerde mi muñeca con fuerza, el placer me recorre a partir del lugar donde está mordiendo.

- No me tocaste, yo necesito alivio, tú me acostumbraste así... - Acaricio su pecho con mi mano desocupada, la otra está siendo mordida.

Después de unos segundos mordiendo aleja sus colmillos y ahora besa.

- Me encanta que seas insaciable, que me necesites tanto - Chillo quedito intentando seducirlo, parece funcionar ya que me destroza la ropa aun estando en el jardín.

Agarra bruscamente mi rostro para besarlo, su lengua como ya es costumbre invade todo a su paso, se ha metido entre mis piernas moviéndose deliciosamente.

Sollozo de felicidad, sus uñas se entierran en mis desnudos muslos, ronroneo entre sus labios, se aleja un poco y me deja restregarme contra el para dejar mi olor.

Me encanta que tenga mi olor y el ama dejarme lleno de marcas.

Cuando me siento satisfecho abro más mis piernas, y hago de lado mi cuello, mostrando absoluta sumisión.

- Te adoro cachorro~ -

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