Capitulo 29

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Daniel

Sintiéndome deliciosamente adolorido abro los ojos, de nuevo Dylan no se encuentra a mi lado, su tenue olor me da a entender que ya tiene rato que se fue.

Mis ojos comienzan lentamente a llenarse de lágrimas, intento evitar que caigan, pero es imposible.

El omega dentro de mi aúlla de dolor, puedo sentirlo rasgar mi pecho pidiendo salir para buscar a su pareja.

Mi bajo instinto me pide que construya un enorme nido del que nunca lo dejaría salir, solo hasta que me sienta seguro de nuevo.

Ahora sintiendo emoción me transformo en mi pequeño lobo, camino a la puerta y la abro de un empujón con la cabeza.

Pongo mi nariz en el suelo alfombrado y comienzo mi búsqueda,

No pasa mucho tiempo cuando lo encuentro, está sentado en la sala con una mujer enfrente de él.

Lentamente me acerco, no me doy cuenta que estoy gruñendo hasta que se dan la vuelta para mirarme.

- Cachorro ¿Qué haces así? - Aun gruñendo me pongo enfrente de él y muestro mis dientes a la mujer.

- Supongo que tú eres el cachorro del que tanto me habla - Dejo de gruñir cuando Dylan me alza en brazos para después sentarse y ponerme en su regazo, yo me acomodo mejor, pero en ningún momento dejo de mirar a la mujer.

- Él no es así, te lo puedo asegurar - La mujer sonríe.

- Esta embarazado, claramente sus estados de ánimo serán sumamente raros y al ser un lobo omega con mucha más razón será muy territorial con sus cosas y con quien se acerque a su "Nido" incluso a el mismo - Inhaló profundamente, intentando captar su extraño olor.

- ¿Entonces estarás a cargo para cuando tenga al bebé? Quiero que sea lo menos dolorosos y riesgoso - De ninguna manera permitiré que se me acerque un desconocido.

De nuevo comienzo a gruñir.

- Estas hablando con una bruja blanca, todo saldrá bien - ¿Bruja blanca? Recuerdo cuando mamá hablada de ellas con tanta admiración.

Dice que son los seres más puros que hay, su poder de sanación es increíble, además de muy sabias. tanto que casi las llevaron a la extinción por malas personas que las querían por sus poderes.

Sintiéndome un tonto por gruñir sin saber quién es me hago bolita como puedo, intentando esconder mi rostro.

- Tranquilo lobito, es normal tu posesividad, incluso me es muy tierna -

- Bueno, debo irme para darle de comer, gracias Elizabeth - Como es costumbre se teletransporta conmigo a la habitación, con delicadeza me pone en la cama.

- ¿Sabes? Me encanta esta nueva etapa de tu embarazo, me pone duro que seas tan posesivo y sinvergüenza, pero... ¿No le haces daño de esa forma al vampirito? - Sonriendo por su preocupación me transformo en humano.

- No lo hace... - Ronroneando gateo en la cama hasta llegar a Dylan quien está parado al lado.

Pongo mis manos en su duro abdomen, puedo ver como sus pupilas se dilatan.

Sus colmillos se hacen notar en la comisura de sus labios, saca su lengua y lame sensualmente sus labios.

- Por más que me encante jugar contigo debes darle de comer al bebé - De nuevo sin poder evitarlo gruño, mis manos se meten en sus pantalones alcanzando su miembro que comienza a crecer.

- Por favor Dylan...- El calor de nuevo invade mi cuerpo, mi vientre cosquillea al igual que mi ansiosa entrada llena de su semen y lubricante.

Suspiro profundamente al sentirme un poco sofocado, las gotas de sudor están por todo mi cuerpo.

- Pasaste de querer comer mucho a querer tener sexo, esto comienza a oler increíblemente bien, tan dulce y exótico, me volverás adicto al sexo~ - Me tira a la cama bruscamente, sus dientes y labios comienza a hacer grandes marcas alrededor de mi cuello.

Cierro mis ojos cuando su descubierta pelvis se restriega contra mi trasero.

- Lástima que tengas que comer - Con su sonrisa burlona se aleja.

Inmediatamente mi cuerpo protesta por su falta de tacto, provocándome chillar mientras sollozo.

- Dylan no me hagas esto... - Su rostro pasa de uno alegre a uno muy serio.

- Matarás de hambre al bebé ¿Quieres eso? Porque yo no, tus instintos carnales pueden esperar, su comida no - Todo el calor se ha dispersado, solo dejando tristeza y preocupación.

- Lo siento, no sé qué me pasa -

- Ambos sabemos porque pasa esto, me encantaría tenerte en la cama todo el día, pero debes comer y descansar - El dorso de su mano acaricia mi mejilla.

- Bien - Da un tronado beso en mi frente y con sus fuertes brazos me levanta para llevarme al baño.

Cierro los ojos disfrutando de sus suaves caricias al bañarme.

*

Termino de comer plato tras plato, sintiéndome muy satisfecho y feliz.

- ¿Quieres más postre? - Catalina pregunta desde el otro lado de la mesa.

- Estoy muy lleno, gracias Catalina - Me levanto y camino a la sala para descansar.

- ¡Lobito pereciera que cada vez que comes crece más tu panza! - Pongo mi mano en el respaldo del sillón para ayudarme a sentar.

- Supongo que si - Minerva se sienta a mi lado, puedo ver sus ojos llenos de curiosidad, por alguna razón ya no me siento incómodo a su lado.

Cierro mis ojos y suspiro, pero los vuelvo a abrir rápidamente cuando Minerva pone una mano en mi vientre, ocasionando que la muerda.

- ¡Auch! - ¿Que hice?

El arrepentimiento de haberla mordido sin ninguna razón me recorre.

Si Minerva pudiera llorar seguramente lo estaría haciendo en este momento.

- ¿¡Minerva!? - Catalina entra corriendo, mirando con preocupación a su pareja que me mira en shock.

- Lo... Lo siento no quise - Intento disculparme, pero ella sigue sin entrar en razón.

- ¡¿Ahora que hiciste Minerva?! -

- Her... Hermano me matará, yo solo quería sentir su vientre, le dirá y me matará - Su cuerpo ha comenzado a temblar.

- ¿Como se te ocurre hacer eso? -

- Quería sentir a mi sobrino - Ahora sí, me siento la peor persona del mundo.

Catalina niega y la alza en brazos.

- Perdón yo no quise morderte, ni siquiera me había dado cuenta de que lo había hecho, y claro que no le diré nada a Dylan, aquí no pasó nada -

- Gracias - Catalina habla ya que Minerva esta todavía llena de miedo.

- Bi...Bien - Se da la vuelta y sale de la habitación, dejándome solo con mi cachorro a quien acaricio a través de mi vientre.

- ¿Que me estás haciendo? Yo no soy así - Subo mis pies al sillón, acomodándome mejor para dormir.

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