Agatha
El poco sol que quedaba del atardecer calentaba mi piel mientras esperaba en el puerto a las afueras de la ciudad. Las gaviotas me sobrevolaban haciendo su particular sonido. El olor de la playa llenaba mis sentidos y se podían escuchar las olas rompiendo en los barcos que se encontraban atracados para ser cargados con diferentes tipos de mercadería. El viento levanta mi cabello y me da un escalofrío por lo helado que se siente, a pesar de que llevo chaqueta.
Miro mi reloj por quinta vez, llevo más de media hora esperando que aparezca Rogelio, otro de mis ojos y oídos que tengo. Por lo general nunca suele demorarse y mis sentidos me advierten que esté alerta. Rogelio es un ex Laos, se retiró de las tropas cuando se fue detrás de una mujer la cual terminó engañándolo con otro hombre. Nunca superó el trauma y cada vez que puede la menciona para maldecirla.
En cuanto Minho partió a Inglaterra, hablé con Rogelio para que se encargará de las tareas que le habían asignado. Él aceptó enseguida sin ni siquiera preguntar de qué se trataba y aún no puedo comprender por qué tanto el apuro de querer una reunión.
Veo mi moto estacionada a unas cuantas cuadras y me pregunto si ya de frentón me dejaron plantada. Vuelvo a mirar el mar por última vez para empaparme de su tranquilidad y decido finalmente irme, pero a lo lejos comienzo a escuchar como un SUV se aproxima hasta mi posición.
Por fin.
De seguro le monto un espectáculo a este por hacerme esperar tanto. Pero resulta ser que el espectáculo me lo llevo yo cuando de la nada una bala atraviesa la caja de carga donde estoy apoyada, dejando una estela de astillas por todas partes.
Me agacho lo más rápido posible, escondiéndome entre los containers y cajas destinadas a subir al barco. La gente que trabaja a esa hora de la tarde noche comienza a correr y gritar, tratando de esconderse dentro de los barcos para salvaguardarse. De seguro la policía llegará en cualquier momento para ver qué está sucediendo. Siento la pierna derecha entumecida y cuando bajo la vista veo mi jeans lleno de sangre que corre hasta el piso. Miro a mi alrededor y con una de las sogas que están tiradas por todos lados en el puerto me hago un torniquete.
¿Cómo es que llegó la bala a mi muslo?
Sé que una soga tirada no es lo más higiénico que hay, pero tendrá que servir por ahora para parar la hemorragia que la herida está generando.
De mi mochila saco la 9 mm que me dio Vincer hace unas clases atrás para defenderme. Ahora lamento no haberme traído uno de lo subfusiles que me enseño a usar la última clase. Vincer y yo sabíamos que algo así ocurriría eventualmente, la sangre tira y más que mal, si nadie me desafía, terminaré siendo la reina algún día, solo que ninguno de los dos esperábamos que fuese tan luego. No creo estar preparada para defenderme y menos para matar a alguien.
—Sé que estás herida, Agatha. Hasta aquí puedo oler tu sangre. ¿Dime, te di en la pierna o en el vientre? —Escucho como Rogelio se burla de mí a lo lejos. Desde aquí puedo saber que el muy cobarde no se ha alejado del auto. De seguro sabe que ando armada. Nadie sabe, solo Joaquín que no sé cómo lo descubrió, que Vincer me entrena y que ya sé ocupar armas de bajo calibre por ahora. No me iré sin dar la batalla, al menos cuando vean mi cuerpo sabrán que di la pelea antes de que me mataran.
Escalofríos recorren todo mi cuerpo, si antes tenía un poco de frío ahora me siento como tempano de hielo. La pierna se me duerme de a poco y sé que, si no me muevo rápido, el tiempo me terminará matando. La policía no llegará tan rápido y ellos no me sirven de nada.
¿Qué se supone que les diré? Señor, lo que pasa es que me encanta juntarme con vampiros cabrones que me traicionan por la espalda y que ahora, de la nada, me quieren matar, por eso estoy sangrando. Pero no se preocupe, soy mujer, estamos acostumbradas a ver sangre.
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La agonía del Sol (Los ciclos del Sol I) [Terminada]
VampireEl destino de Agatha estuvo forjado desde su nacimiento. Nacida en cuna de oro, alta realeza y heredera de la corona, su vida ya está zanjada cuando los deseos de su corazón se interponen en contra de los deseos de su familia, las exigencias de su p...