Capítulo 23 Tiempo de furia, tiempo de mentiras

398 34 1
                                    

Keelan

Deambulo por la gran pista de baile que tiene el Black Palace. En plena noche y lleno de gente es imposible visualizar las dimensiones que tiene la discoteca, que siempre pareciera que es pequeña con tantas personas bailando hasta el tope. Ahora, el lugar se extiende por metros y metros dejando ver, a la luz de las ampolletas encendidas, los secretos que esconde en cada rincón, los grandes ventanales del segundo piso que durante la noche y en la oscuridad se vuelven invisibles.

El lugar ya ha sido limpiado hace un momento, el olor a cloro y lavanda entra por mis fosas nasales con intensidad. Es tal la limpieza que emplean los trabajadores de Logan, el dueño del lugar, que no dan ganas de pisar los pisos impolutos. Aunque dicha limpieza no le viene mal al lugar considerando lo que ocurre todas las noches, en cada esquina, sobre las mesas y por debajo de ellas.

Uno se podría sorprender de todas las cosas perdidas que se pueden encontrar en lugares como este.

Sobre todo en los baños.

En el centro de la pista se encuentra Cris con una pila de papeles sobre la mesa que Logan amablemente dispuso para esta reunión. El resto de los guerreros se encuentran dispersos por la sala, incluido los hijos de Kimura que se encuentran apartados de todo el resto, recelosos por la presencia de tantas personas expertas en matar.

No sabría decir si ahora este lugar es el más peligroso o el más seguro del planeta.

Fabio también está presente. Ha llegado esta mañana desde Brasil en el primer vuelo que pudo conseguir cuando supo lo que haríamos. No quiere perderse nada relacionado a la corona o Caleb. Una oportunidad como esta no lo volverá a tener. Aunque tiene su mente en dos partes al mismo tiempo desde que nos enteramos de las ejecuciones que se están dando dentro la mansión. Teme por su hija y no lo puedo culpar, el rey no tiene un patrón para matar. Lo hace por diversión o por aburrimiento. Hombre o mujer. Adulto o niño...

Baltazar está cavando su propia tumba a pasos agigantados con sus manos llenas de sangre inocente.

Tengo que darme prisa...

Vladimir y Elemiah están revisando las armas sobre otra mesa dispuesta. Reparten la munición entre los presentes mientras revisan de manera minuciosa cada engranaje de cada arma.

No sabemos que nos puede esperar esta noche y debemos estar preparados.

Luego, debo de regresar a la mansión otra vez...

¿Dónde esconderé a Agatha mientras todo esto sucede?

Miro todas las caras presentes preguntándome en quién realmente puedo confiar para poner su preciada vida en sus manos.

Después de unos minutos llego a la misma conclusión que he tenido por semanas: no puedo confiarle la vida de ella a nadie.

No es que no confíe en mis hombres, sé que me son leales y que puedo poner mi vida en sus manos sin correr riesgo, pero mi vida... no la de ella.

Un dolor de cabeza comienza a formarse. Toda la tensión de estos años está acabando conmigo y con mis nervios.

—Perdón el retraso. —Escucho como la puerta trasera del local se abre y cierra y desde ahí aparece Vincer con ojeras en sus ojos y cara de no haber dormido nada hace varias noches.

Vincer... Vincer... en algo está metido este hombre y no he podido averiguar en qué y me jode no tener la información. Algo gordo se está guardando hace días y ha sabido cómo esconderlo de mí demasiado bien. Tanto que me pone nervioso tan gran misterio. ¿Qué es tan importante que tiene a Vincer durmiendo mal por las noches cuando siempre todo le importa una mierda? ¿Qué es tan importante que debe ocultarlo con tanto recelo de todo el mundo?

La agonía del Sol (Los ciclos del Sol I) [Terminada]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora