Capítulo 24 Reloj

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Agatha

Si el ambiente antes era incómodo por mi sola presencia, ahora era una roca gigante sobre las cabezas de todos los presentes debido a la reacción de Keelan.

No podía hacer oídos sordos y la tonta respecto a lo que ya se podía saber de nuestra relación. Los guerreros habían sido testigos una y otra vez de nuestros encuentros, de la forma en que Keelan y yo actuamos cada vez que estamos cerca. No es necesario ser adivino para ver qué es lo que está pasando entre nosotros dos.

Sea traición o no, a esta altura del partido, ya les debe dar igual a todos.

—¡Suéltame, animal! —le siseo a Keelan mientras forcejeo para liberarme de su mano.

—Así no me decías cuando te entregabas a mí. —Su aliento choca en mi cara, nuestras narices se tocan y tengo que cerrar los ojos para no caer en la tentación.

—Eres un maldito, Keelan.

—Di lo que quieras, mujer, pero no me arriesgaré a que nos sigas.

—¿¡De qué estás hablando!?

Keelan no me da respuesta y comienza a caminar conmigo a la rastra, pero yo nunca me he caracterizado como una persona fácil de tratar y como saco de papas me tiro al suelo para hacerle peso.

Estúpidamente creí que podría hacerle algún tipo de carga y no dejarme llevar, pero Keelan ni siquiera se altera un poco cuando me levanta así fuera una pluma, me sube a su hombro y camina conmigo sobre él.

—¡No te atrevas! —le grito mientras le golpeo con mis puños cerrados en su espalda—. ¡Bájame, maldita sea!

—Keelan. —De manera abrupta Keelan detienen su andar y doy vuelta mi cabeza para ver a Vincer atravesado en su camino. En su mirada se ve la advertencia hacia las acciones de Keelan. Conociendo a Vincer, dudo que esté de acuerdo con su actuar. Tengo un mínimo de esperanza al pensar que Vincer pueda estar de mi lado y que velará por mí. Que se peleara con Keelan por defenderme a mí.

—Muévete, Vincer. No quieres enfrentarte a mí —advierte Keelan sin dejar dudas de que es capaz de matarlo si es que no obedece.

Los segundos pasan, la tensión se eleva entre todos y algunos se quedan atentos a la escena en caso de que corra sangre.

¿Serán capaces de atacarse unos a otros en un enfrentamiento solo por el comportamiento de Keelan?

Vincer no es parte de la corona como lo son los guerreros, asumo que él es lo más cerca a lo que sería un freelance, literalmente. Quiero pensar que actuará por amor a mí... un mínimo de cariño hacia mí y lo que significaron todos estos años juntos, pero mi corazón se vuelve a cerrar cuando se aparta hacia un lado, baja la cabeza y deja que Keelan continúe su camino.

La rabia acelera mi corazón, bulle por mis venas y hace el recorrido hasta mis labios.

—¡No eres mejor que él, Vincer! ¡Traicionero! ¡Solo estás donde hay dinero! —grito descontrolada mientras Keelan ignora mis golpes y el bullicio que voy armando. Él, como si nada pasara, sigue caminando tranquilamente—. ¡Todos estos años pagándote solo para que al final me traiciones! ¡Me usaste por el dinero! ¡Me usaste! ¡No vales nada!

Levanto mi mirada y en el rostro de Vincer también puedo ver un rastro de pena... pero ya no le creo nada.

Es un mentiroso... siempre lo ha sido.

—Nunca me quisiste... —susurro más para mí que para él, pero estoy segura que Vincer es capaz de oír mis lamentos.

Y yo todo este tiempo pensando que todos los pequeños detalles que él tenía hacia mí tenían algún significado especial, y ahora ni siquiera es capaz de enfrentarse a un solo hombre para respetar mi dignidad.

La agonía del Sol (Los ciclos del Sol I) [Terminada]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora