-¡¡Harry!! ¿¡Estás bien!?- Gritaba Ron desde las alturas, su voz estaba cargada de preocupación, resonando en medio de la niebla.
La señora Hooch, notando la tensión en el aire, detuvo rápidamente el partido y se dirigió hacia los dos jóvenes. Los espectadores en las gradas y los jugadores en el campo estaban llenos de expectación y ansiosos por saber qué había sucedido.
Draco y Harry, al escuchar sus voces y los pasos rápidos de la profesora, se separaron de inmediato, intentando aparentar tranquilidad a pesar de la mezcla de emociones que los embargaba. Un dolor punzante apareció en el hombro izquierdo del rubio cuando se levantó. Llevó su mano al lugar adolorido, frunciendo el ceño, y Harry no pudo evitar notarlo.
Se acercó a él, con una clara preocupación. -¿Estás herido?-
El rubio sacudió la cabeza, intentando quitarle importancia al dolor. -No es nada. Solo un golpe.- Las punzadas se repetían cada pocos segundos, pero se mantenía fuerte. Sabía que aquella caída no los iba a dejar sin un rasguño, y si el podía llevarle la peor parte, lo haría.
Mientras tanto, la señora Hooch llegó a su ubicación y observó a ambos jugadores. -¿Están bien, chicos? ¿Qué ha sucedido aquí?-
Harry miraba seriamente a la profesora mientras Draco recogía su escoba del césped mojado. -Nada, solo un pequeño contratiempo. Podemos continuar con el parti...-
-Malfoy está herido por rescatarme, profesora, y yo también he sufrido daños, pero lo de él es más grave. No podemos continuar.- Interrumpió Harry, su voz salió firme y decidida. No estaba dispuesto a poner en riesgo la salud de Draco por continuar el partido.
Este se quedó impactado por la respuesta de Harry. No esperaba que el león se mostrara tan considerado.
La profesora los miró a ambos y alzó su silbato, haciéndolo sonar. Luego, se dio la vuelta y se dirigió hacia el resto de los jugadores que habían llegado para ver lo que ocurría.
-Se suspende el partido. Los dos buscadores están lesionados. Podéis retiraros.- La voz de la señora Hooch se escuchó con autoridad en todo el estadio, y los primeros abucheos no tardaron en aparecer. Mientras algunos espectadores se mostraban decepcionados, otros murmuraban entre ellos sobre el inusual giro de los acontecimientos.
Hermione descendió rápidamente por las escaleras de las gradas, junto a Cedric, preocupados por lo que había sucedido. En la entrada de los vestuarios, Blaise y Pansy esperaban ansiosos, preocupados por su amigo.
-Malfoy y Potter, seguidme a la enfermería.- La profesora Hooch sentenció con firmeza antes de comenzar a caminar, y ambos asintieron antes de seguirla, acompañados por los murmullos de la multitud.
-*¿Por qué has detenido el partido? Podía continuar...- Draco observó que Harry aún mantenía una expresión seria.
-*¿Crees que soy tonto? No te hagas el fuerte, se que te duele mucho, y no voy a dejar que te lesiones más.- Harry lo miró de reojo mientras se acercaba a él.
El rubio respondió con una sonrisa mientras apretaba un poco más el hombro adolorido.-*Podrías haber ganado el partido, ¿lo sabias?-
-*Me da igual...todo eso me importa poco ahora mismo...Solo quiero que estés bien. Por mi culpa estás así.- Un deje de tristeza se reflejó en la mirada de Harry, y Draco no pudo evitar sentirse conmovido por sus palabras.
-*Eres jodidamente tierno cuando estás preocupado...Me dan ganas de abrazarte.- Confesó. Había llegado al punto en que estaba harto de este tira y afloja que habían estado llevando durante estos días. Quería ser sincero por una vez en su vida, tanto consigo mismo como con Harry.
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¡Sal de mi Cabeza! (Drarry)
FanfictionSi os gusta lo romanticón y dulce, con un poquito de drama, este es vuestro Fanfic: Harry Potter y Draco Malfoy, en medio de una acalorada pelea en clase de Pociones, son castigados por el Profesor Snape a beber un Elixir que conecta sus pensamiento...