Cuatro años después...
-Me gustaría ir a Egipto. Nos dejamos muchas cosas por ver.- Respondió Draco mientras estiraba sus brazos, para luego abrazar nuevamente a Harry.
-¿Otra vez?- Preguntó el León, haciendo un pequeño puchero. Mientras tanto, con uno de sus dedos, trazaba movimientos circulares sobre el pecho tonificado de Draco. -Ya hemos estado allí...me gustaría un sitio diferente.- Un suspiro escapó de sus labios mientras se acomodaba aún más en el colchón, fusionando su cuerpo desnudo con el del rubio.
Ambos se encontraban en su acogedor departamento. Después de completar sus estudios en Hogwarts, decidieron buscar juntos un hogar donde vivir. Draco y Harry habían alcanzado empleos destacados; mientras el León se dedicaba a perseguir furtivos y ocasionalmente lidiaba con papeleo en su agitada vida como auror, Malfoy gestionaba su empresa como Jefe de la compañía Eclipsia Mágica Malfoy (E.M.M) desde la comodidad de su despacho. Esta famosa empresa ofrecía varitas mágicas personalizadas, con núcleos únicos y diseños elegantes, convirtiéndose en una opción popular para aquellos que buscaban varitas de calidad.
A pesar de que el estatus de Draco les permitía vivir cómodamente sin depender del arriesgado trabajo de Harry en las misiones del Ministerio de Magia, este último siempre insistía en sentirse útil. Además, a pesar de lo duro que era su trabajo como auror, encontraba satisfacción en él. Esta actitud preocupaba a Draco, ya que en algunas ocasiones, Harry regresaba a casa demacrado y con heridas que el rubio se esforzaba por curar. Habían discutido sobre el tema en varias ocasiones, sin embargo, en ese momento, se enfrentaban a otro dilema: decidir su destino para unas merecidas vacaciones.
Draco deslizó su mirada hacia abajo, contemplando los ojos entrecerrados del moreno. Bajó su rostro y depositó un suave beso en su cabello, que, a pesar de los años, seguía igual de rebelde que siempre. -A ver...¿Dónde quiere ir mi León?- Preguntó con cariño.
Harry alzó la vista, haciendo contacto directo con los ojos plateados de Draco. Acercó aún más su rostro y besó al rubio, gesto que este aceptó sin dudar, posicionando su mano en la nuca de Harry y profundizando el beso. Una vez se separaron, Harry juntó su nariz con la de él, acariciándola cariñosamente. -Me gustaría un lugar tranquilo, relajado...Un sitio con el mar de fondo. Que podamos refrescarnos en la playa, y dar largos paseos por la arena...Un lugar como Hawái, por ejemplo.- Expresó Harry con un tono sosegado y lleno de anhelo. -¿No te parece atractivo?- La curiosidad se hizo presente en su mirada.
Draco alzo su mano para acariciar con cariño la mejilla de Harry. -Lo único atractivo que veo, cariño, eres tú.- Su sonrisa coqueta salió a escena. Contemplaba como su León buscaba más contacto con esa mano que acariciaba su piel, gesto que le pareció enternecedor. -Pero si, me gusta tu idea.- Respondió al final, soltando una pequeña risa.
Ante la respuesta afirmativa, el moreno giró su cuerpo con entusiasmo, colocándose encima de él y abrazando su cuello con efusividad. -¡Perfecto!- Exclamó con una sonrisa radiante. -No te vas a arrepentir, ya verás.-
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¡Sal de mi Cabeza! (Drarry)
FanfictionSi os gusta lo romanticón y dulce, con un poquito de drama, este es vuestro Fanfic: Harry Potter y Draco Malfoy, en medio de una acalorada pelea en clase de Pociones, son castigados por el Profesor Snape a beber un Elixir que conecta sus pensamiento...