Si os gusta lo romanticón y dulce, con un poquito de drama, este es vuestro Fanfic:
Harry Potter y Draco Malfoy, en medio de una acalorada pelea en clase de Pociones, son castigados por el Profesor Snape a beber un Elixir que conecta sus pensamiento...
-Draco, estás poniéndome nervioso y ni siquiera es mi boda. ¡Tranquilízate de una vez!- Exclamó Blaise, mientras su mirada enfadada se clavaba en Draco Malfoy, quien no dejaba de dar vueltas por la habitación.
-¡No puedo evitarlo! ¡Ojalá estuviera tan tranquilo como tú!- Respondió Draco, continuando su paseo. Sus manos empezaron a sudar, así que se dirigió rápidamente a la mesa auxiliar donde guardaba su neceser y extrajo un trapo bordado en hilo dorado con el que se limpió el sudor de manera frenética.
Se encontraban en una finca que tanto Draco como Harry habían reservado para la ocasión. El día anterior, habían llegado con la ayuda de un traslador para pasar la noche allí. Mientras el León dormía plácidamente en la cama preparada para ellos, el Príncipe de las Serpientes daba vueltas en el colchón, alimentando su nerviosismo con cada minuto que pasaba. Estaba sumamente ilusionado por el día en que se celebraría su matrimonio, y por ello apenas pegó ojo durante toda la noche, teniendo que ocultar sus ojeras durante la mañana siguiente gracias a Zabini, quien no dudó en echarle una mano.
-Escucha, si Harry te ve así, le vas a contagiar los nervios, y no querrás eso, ¿cierto?- Planteó Blaise con preocupación, logrando que Draco detuviera en seco su frenético andar. Con gesto decidido, se acercó a su agitado amigo, depositando una reconfortante mano en su hombro. -Siéntate y cálmate...- Pronunció en un tono apacible, guiando al rubio hacia una mesa cercana.
Ambos se acomodaron en las sillas. Draco inhaló profundamente, dejando que el aire llenara sus pulmones, y luego lo expulsó lentamente entre sus labios. Apoyó el codo en la mesa, colocando su mano en el rostro, sumido en sus pensamientos. Sus ojos se perdieron en algún punto específico de la habitación, como si tratara de encontrar la calma en medio de la inquietud que lo envolvía. Este silencio reflexivo perduró unos instantes, hasta que Blaise decidió romperlo, captando la atención de Draco.
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
-Vamos, hombre...- Empezó a decir Zabini, colocando sus brazos en la mesa y entrelazando sus manos. -Has estado en situaciones más tensas y que a cualquiera le haría temblar de miedo. ¿Qué es lo que te tiene tan nervioso? ¿Acaso piensas que Harry te rechazará o algo así?- Pregunto en un tono gracioso, soltando una risotada. -Sabes que no va a ocurrir.-
-No, no es eso...- Murmuró Draco. -Es solo que...es un paso muy importante en nuestras vidas. Necesito que salga todo bien, y que no haya contratiempos...- Sus ojos se entrecerraron mientras reflexionaba. Hizo un repaso mental de todo lo que habían preparado, pero de nuevo, Blaise lo sacó de su pequeño ensimismamiento.
-¿Te acuerdas cuando tuvimos una charla en la Sala Común referente a que querías ser el mejor en todos los aspectos, incluido el amor?- Pregunto Blaise, contemplando a su amigo con un deje de nostalgia en sus ojos. -Te está volviendo a ocurrir, sin ser consciente de ello. Lo que tenga que pasar, pasará, y no podrás controlarlo.- Recalcó una vez más, haciendo que el rubio deslizara su mirada hacia la mesa, recordando el momento del que hablaba Zabini. -Pero la diferencia está en que, esta vez, Harry estará a tu lado, ayudándote en lo que pueda. Y, bueno, tus amigos, familiares, yo...No estás solo, Draco.- Concluyó, permitiendo que el peso de sus palabras hiciera mella en su mejor amigo.
