Harry entró en su Sala Común, mirando a su alrededor y notando que estaba completamente vacía. Suspiró pesadamente antes de dirigirse al sofá, donde se dejó caer con un peso en el pecho. Cubrió su rostro con las manos y comenzó a procesar todo lo que había ocurrido. Sabía que Draco no se quedaría de brazos cruzados, y la sola idea de que pudieran expulsarlo de Hogwarts si tomaba represalias contra Pansy lo aterrorizaba. Lo último que quería era que, por su culpa, lo apartaran de él.
Las ganas de cenar desaparecieron por completo. Se sentía derrotado. Se levantó del sofá con pesadez y se dirigió a su habitación. Solo deseaba recostarse en la cama y dejar que el día pasara. Estaba a punto de abrir la puerta de su habitación cuando alguien la abrió desde adentro, haciendo que perdiera el equilibrio momentáneamente y se inclinara hacia adelante. Rápidamente, Ron, que fue el que abrió la puerta, extendió los brazos para evitar que Harry cayera.
-¡Hey, hermano! Por poco te comes el suelo.- Dijo Ron mientras ayudaba a su amigo a enderezarse.
-Sí, por poco...- Harry no tenía ánimo ni ganas de hablar.
-Oye, ¿Qué te pasa? Sabes que puedes confiar en mí. Durante toda la tarde apenas has dicho una palabra, y eso no es nada común. Cuéntame.- Insistió Ron al ver cómo Harry pasaba junto a él y se dirigía directamente a la cama, donde se tumbó y se cubrió con las mantas hasta la cabeza. Ron lo siguió en silencio, se sentó en su propia cama y miró la sábana que cubría a Harry con tristeza.
-Estoy preocupado, Ron- Dijo Harry. Su voz sonaba apagada debido a las mantas.
-Preocupado por qué, exactamente...- Esperó a que su amigo continuara.
-Por Draco. Esta tarde...- Harry finalmente le contó lo que había sucedido con Pansy y cómo Draco había reaccionado al enterarse. Explicó que el rubio estaba dispuesto a tomar medidas al respecto, aunque no le había revelado los detalles exactos, lo que lo tenía en ese estado por lo que podría llegar a hacer.
Al escuchar atentamente a su amigo, Ron se levantó y, sin decir una palabra, caminó hasta la salida de la habitación.
Harry apartó las sábanas, confundido por el comportamiento de Ron. -¿A dónde vas?- Le preguntó antes de que abriese la puerta.
-Voy a hablar con Zabini. Él es el único que puede pararle los pies a Draco en este momento. Nosotros solo podemos esperar a tener noticias. Por eso no quiero perder tiempo. Seguramente esté en el Gran Comedor. Me dirigiré allí ahora mismo.- Dijo Ron con firmeza, mirando a su amigo una vez más antes de abandonar la habitación.
Harry volvió a tumbarse en la cama y contempló el techo durante unos minutos. Estaba mentalmente agotado, sintiéndose al borde de la extenuación. Había logrado cerrar su mente a los pensamientos llenos de temor y angustia para que Draco no pudiera escucharlos, pero había sido tan agotador como correr una maratón. Echó la vista atrás, recordando toda la semana que había tenido. Había empezado tan mal que sentía que estaba en una pesadilla, hasta los últimos días, que había estado en el paraíso. En ese preciso instante, se enderezó en la cama de repente, fijando la mirada en un punto específico de sus sábanas.
-No me ha pedido ser novios en ningún momento...- Susurró con los ojos entrecerrados. Había compartido muchos momentos especiales con Draco, y cualquier lugar habría adquirido un significado especial si él se lo hubiera pedido, pero eso nunca había sucedido. En última instancia, se dio cuenta de que no eran oficialmente nada, y esta preocupación se sumó a la mochila de tormentos que había estado cargando en los últimos días. Agarró su cabello con las manos, sumiéndose en su pesar.
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¡Sal de mi Cabeza! (Drarry)
FanfictionSi os gusta lo romanticón y dulce, con un poquito de drama, este es vuestro Fanfic: Harry Potter y Draco Malfoy, en medio de una acalorada pelea en clase de Pociones, son castigados por el Profesor Snape a beber un Elixir que conecta sus pensamiento...