16 Miedos disipados. Final

4.8K 415 160
                                    


Abrió los ojos lentamente, luchando contra la pereza que lo envolvía después de una noche de sueño profundo. Observó su entorno, sintiendo que esta era la primera vez en mucho tiempo que había dormido tan plácidamente, sin la tormenta de pensamientos que solía asediarlo. Intentó moverse, pero inmediatamente se dio cuenta de que unos brazos fuertes y cálidos lo rodeaban, impidiéndole hacerlo. En ese momento, los recuerdos de la noche se manifestaron en su memoria como un rayo, provocándole un suave sonrojo en sus mejillas. Giró con cuidado su cuerpo, tratando de no perturbar la tranquilidad del momento, y se encontró con el rostro de Draco, que dormía profundamente con una expresión serena en su rostro. Lo contempló en silencio durante varios minutos, como si fuera una escultura famosa.

-*Aun no puedo creer que esté aquí contigo, en tu habitación.- Murmuró en sus pensamientos. Sus cabellos dorados caían con gracia sobre su frente, y Harry no pudo resistir la tentación de acariciarlos con una ternura infinita, apartándolos con delicadeza. -*Ahora que estamos juntos, no puedo evitar sentirme triste al pensar en todo el tiempo que hemos perdido. Años y años de peleas, insultos, provocaciones...Lo siento como si fuera un mal sueño, el cual los dos hemos sido partícipes.

Sus pensamientos fluyeron con sinceridad, cargados de una mezcla de añoranza y remordimiento. El dedo de Harry recorrió el pómulo de Draco, como si tratara de borrar cualquier rastro de las heridas del pasado. -*Te has convertido para mi en un ángel guardián. Un bello, precioso y lindo protector...- Aquel dedo que descansaba en su pómulo, fue a parar a los labios del rubio. -*Y tengo miedo, mucho miedo de que esto se termine. No quiero siquiera pensar en que, tal vez, el día de mañana no podamos seguir escuchando nuestros pensamientos, y que se corte esta conexión especial, y el amor que nos tenemos...

Un suspiro cargado de tristeza salió de sus labios mientras cerraba los ojos. Ese pensamiento hizo que su corazón latiera con fuerza por la incertidumbre y la ansiedad que anidaba dentro suya. Aunque había experimentado momentos felices junto a Draco, ahora se veía abrumado por el miedo a perderlo. 

Poco a poco, Harry logró recuperar su calma y abrió los ojos. Se encontró con la mirada intensa y profunda del Príncipe de las Serpientes, y una sonrisa coqueta que danzaba en sus labios. La sorpresa y la vergüenza se entrelazaron en su expresión mientras intentaba esconderse bajo las sábanas, pero Draco no estaba dispuesto a dejar que Harry se escondiera bajo ellas y evitara enfrentar la conversación.

-¡Oye, oye! ¿Me dices todas esas cosas bonitas y pretendes esconderte? ¡De eso nada, gatito!- Con una sonrisa juguetona y traviesa, apartó las sábanas, revelando el rostro sonrojado del moreno. Con delicadeza, agarró la barbilla de Harry con una mano y comenzó a cubrirlo de besos suaves y cariñosos.

-¿Lo has es-escuchado todo, verdad? ¡Te estabas ha-haciendo el dormido!- Balbuceó, con sus mejillas encendidas por la vergüenza, mientras trataba de mantener la compostura ante la avalancha de besos y caricias de su querida Serpiente.

Los labios de Draco se retiraron suavemente, y sus ojos grises se encontraron con los verdes del moreno en un gesto de complicidad. Con una sonrisa tierna, el rubio acercó su rostro hasta que sus narices se tocaron en un gesto cariñoso. -Absolutamente todo, si. Y ahora me vas a explicar ese absurdo miedo que tienes, pero primero, ¡Buenos días, Gatito lindo!- Sin perder un segundo, sus labios se encontraron con los de Harry en un beso delicado, pero cargado de un amor profundo y pasional.

Al cabo de unos segundos se separaron del beso. Draco mantuvo a Harry cerca de su cuerpo, sus brazos envolviéndolo con calidez y protección. -Escúchame con atención. Si, es cierto que la poción nos ha dado una ayuda con respecto a nuestra relación, pero, ¿de verdad crees que lo que sentimos el uno al otro es por ella?- Acariciaba los cabellos rebeldes de su León mientras sentía como este apretaba con sus manos su espalda. 

¡Sal de mi Cabeza! (Drarry)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora