A veces le gusta imaginar un gran campo rodeado de flores, le gusta imaginarse a el sentado en el campo mientras observa el hermoso atardecer. Le gusta imaginar a Duxo a su lado, viéndolo con total cariño mientras ambos se toman de las manos. Aquino aun lo ama, no puede dejar de hacerlo, sin embargo solo desea que Duxo recapacite y vuelva a ser tal y como lo era antes.
-Aquino.- escucha su nombre, el castaño voltea y se topa con el azabache que lo observa con una sonrisa. -¿No quieres darte un baño?- siente un ligero agarre sobre sus hombros, Aquino traga saliva y asiente con la cabeza. -Bien, entonces ya sabes que hacer. Ve y prepara el agua de la tina, yo preparare tus cosas.-
-Duxo, ¿No puedo bañarme yo solo por esta vez?- el agarre se vuelve mas fuerte, Aquino traga saliva asustado y cierra los ojos, pensando en una nueva respuesta. -Yo...solo quiero privacidad, ¿Sabes?- unas caricias sobre su cabello y luego un ligero tirón en ellos le hace querer soltar un quejido, reprimiendo cualquier sonido que quiera salir de sus labios para no verse tan débil.
-No digas tonterías, recuerda lo que hablamos. Si quieres darte un baño, comer o salir, siempre estaré yo para acompañarte quieras o no, ¿O acaso quieres volver a tener esta platica?- el ojimiel tiembla ligeramente negando con su cabeza, Duxo sonríe y le da un ligero empujón fuera de la cama. -Entonces ve y haz lo que te dije, no tardare mucho.-
Aquino obedece, se levanta y se dirige al baño para preparar el agua. Suspira cansado mientras se quita su sudadera blanca, dejándola por ahí tirada. Solo quiere tirarse a la cama y volver a llorar tal y como lo a hecho durante las ultimas tres semanas, tres semanas que no han sido mas que una tortura para el. Duxo ya no se le despega en ningún momento, incluso lo observa comer y le ayuda a bañarse, Aquino detesta eso.
Termina de desvestirse y se sumerge en el agua tibia que envuelve su cuerpo en una total calidez que lo relaja. Se hace bolita mientras cierra sus ojos, imaginando un bonito paisaje que lo tranquiliza durante algunos minutos.
-Aquino, ya estoy aqui.- esa voz, esa maldita voz que de nuevo, solo quiere hacerla callar. -Oh, ya veo que decidiste comenzar a bañarte. - Duxo se inca justo lado de la bañera donde Aquino intenta cubrir nuevamente su desnudez. -No tengas pena cariño, somos pareja y no hay nada de malo con que yo te vea desnudo.-
Duxo toma el bote de shampoo y vierte un poco sobre el cabello de Aquino que incómodo solo se encoge cada vez más ante la sensación de espuma en su cabello.
-¿Sabes Aquino? A veces me e preguntado que se sentirá tocarte.- sigue con su trabajo, revolviendo los cabellos del castaño que no puede ni tragar saliva por lo dicho.
-Lo estas haciendo ahora.- el azabache no le responde de vuelta y solo sigue con lo suyo. -Me estas tocando justo ahora, Duxo.-
-Pero no me refiero a eso, me refiero a tocar tu cuerpo. Así.- su mano se desliza hasta llegar a una de las piernas de Aquino quien se estremece y quita la mano de Duxo.
-¿Qué pasa, Aquinito? Solo estoy haciendo algo que todas las parejas hacen en algún punto...- vuelve a colocar su mano pero esta vez en el pecho de Aquino.
-Duxo, basta por favor. Lo único que quiero ahora es un baño y nada más.- Duxo retira su mano y decide lavar el cabello de Aquino nuevamente, el castaño suelta un suspiro de alivio.
Pasan los minutos y Aquino por fin decide dar por finalizado el baño, cierra la llave y al momento de querer salir una mano le impide ponerse de pie. Aquino mira a Duxo quien lo toma delicadamente del cabello para luego dejarlo caer nuevamente en la bañera.
-No te muevas, no hables, solo callate.- le tapa la boca con una de sus manos, Aquino comienza a ponerse nervioso e intenta reincorporarse. -¡Te dije que no te movieras!- le grita y la mano sobre su boca hace más presión para que su cabeza quedé recostada. -No sabes cuanto e deseado esto y hora que te tengo asi, de esta manera...simplemente ya no puedo aguantar más.-
-Duxo, por favor...yo no quiero esto, dejame ir y cambiarme. Tal vez otro dia podríamos hacerlo pero no ahora.- hace la lucha por zafarse del agarre del mas alto. - ¡Dejame ya! - le suelta un golpe que provoca que Duxo se quite de encima. Aquino un poco incrédulo y asustado se pregunta de donde a sacado la fuerza y valor para hacer tal acción.
- De esta no te vas a safar.-
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- ¡No Duxo, sueltame, sueltame! - grita y grita desesperado y asustado. - ¡Dejame ya, no quiero hacer esto y debes entenderlo! - araña el rostro del más alto que ni se inmuta. - ¡Duxo, dejame ir! -
- ¡Callate ya! No quiero escuchar más de tus lloriqueos. - tapa la boca de Aquino con sus manos. El castaño muerde la mano de Duxo que enojado lo abofetea. - ¡Hijo de puta! No tendré consideración contigo por esa actitud de mierda. -
Duxo comienza a desvestir al castaño que sigue con sus movimientos frenéticos en busca de zafarse del agarre del ojilila que un poco cansado decide aturdir a Aquino con un "ligero" golpe en su rostro.
- Duxo... dejame por favor. - dice con su voz un poco ronca por los gritos y el llanto.
Duxo sigue en lo suyo, cuando le termina de quitar los pantalones al castaño, admira el cuerpo lechoso del ojimiel que un poco cansado y todavía aturdido no sabe que hacer para intentar frenar lo que sabe perfectamente que va a pasar.
El ojilila se desviste y se acomoda entre las piernas de Aquino que débilmente patalea un poco más. Duxo toma las piernas de Aquino y comienza a dejar mordidas desde sus muslos hasta su cuello, Aquino siente un poco de asco, sentir la lengua de Duxo recorrerle casi todo el cuerpo es totalmente repugnante para el.
- Ay Aquinito, Aquinito, siempre quise hacer esto. - muerde el labio del más bajo que respira fuertemente ya más agobiado que antes. - ¿Qué pasa Aquinito? ¿Tu no quieres esto acaso? - con sus manos moldea la figura del castaño que niega con su cabeza en respuesta a la pregunta. - Tranquilo, solo quiero tomar de ti esto último, para que por fin seas mio y solo mio. - alinea su entrepierna en la entrada de Aquino, metiendo su miembro de golpe y provocando un chillido adolorido del ojimiel. - Shh, tranquilo, a estas alturas deberias de saber que ya te deje sin nada, tu virginidad será como un trofeo imaginario para mi. Solo se paciente y mantente callado si no quieres que termine desechandote.-
Tal vez solo fueron unos minutos, aunque Aquino sintió que fueron horas y horas de tortura en la que solo pudo llorar y rogarle a Duxo para que se detuviera.
Se siente un inútil al no haber podido defenderse gracias a su debilidad y cansancio. Solo podía ver cómo Duxo abusaba de el hasta por fin quedar satisfecho, dejandolo adolorido y con una gran sensación de suciedad que le invadía por completo.
Vio como Duxo salía de el y subía de nuevo sus pantalones, dejandolo solo de nuevo, no sin antes susurrarle palabras asquerosas al oído. Aquino se acostó mejor en la cama, cubriéndose con las sabanas intentando encontrar calor.
Su cuerpo tiembla y sus ojos siguen soltando numerosas lágrimas. Se aferra a las cobijas con miedo, cierra fuertemente sus ojos intentando dormir para olvidarse del dolor.
Tiene miedo pero también tanto sueño, sus facciones se relajan al igual que su cuerpo al por fin caer rendido en un profundo sueño, que le ayudara aunque sea un poco a olvidarse de esas sensaciones que tanto le quemaban por dentro.
Ahora más que nada quiere morir.
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