-Amenazar de muerte-

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-¡No, no, otra vez no, por favor!-sus piernas pataleaban con agresividad intentando aunque sea atinar uno de sus múltiples golpes a la cara del azabache.-¡No han pasado más de tres días desde la primera vez! ¡Me dolió mucho, Duxo, por favor!- lloriquea desesperado.

-¡Solo tienes un puto deber como mi pareja y aún así no logras entenderlo! ¡No seas idiota y sírveme de algo!- un golpe en seco no se hizo esperar, la piel lechosa de Aquino tomó un color rojizo en una de sus mejillas. -Que te vaya quedando claro cual es tu papel.-  lo tomó firmemente de las caderas y de nuevo Aquino intento escapar. -¡No te hagas el difícil!-

-¡Duxo no! ¡No arruines esto más de lo que ya está!- no podía parara de llorar, estaba tan asustado. -Duxo, por favor, te lo ruego...podré no amarte como antes pero te lo pido de verdad...no hagas esto e intentemos arreglarlo...en lo más profundo de mi corazón se que todavía está el Duxo del que me enamore...- ambos se quedaron inmóviles, Aquino soltó un suspiro de alivio al sentir como disminuía la fuerza del agarre. Se recostó sobre la cama y al intentar hablar, nuevamente fue sometido. -¿Duxo?...- su ropa empezó a ser galoneada haciéndolo entrar nuevamente en pánico. -¡¿Duxo?! ¡Mierda no! ¡Te lo pedí Duxo, por favor, intenta razonar!- No recibió respuesta, solo sentía jalones en su ropa. -¡Para ya!-

-¡Solo te la vives quejando y nunca me das lo que quiero!- lo tomó bruscamente de las muñecas inmovilizándolas. -Pero vas a ver que yo siempre cumplo lo que digo.- de su bolsillo sacó la misma arma con la que lo había amenazado aquella vez, apuntándole directo al pecho, justo en el ángulo de su corazón. -Aquino, ¿Quieres morir acaso? Y si la respuesta es no, ¿Entonces por qué eres tan terco a la hora de cumplirle?- los ojos de Aquino se comenzaron a llenar de lágrimas, Duxo al verlo le limpio las lágrimas con brusquedad más enojado que antes. -¡Deja de llorar imbécil! Me das asco, te ves horrible cuando lloriqueas, eres insoportable, ¡Eres un inútil, un error! -

Apretó el gatillo del arma.

...

Pero nada paso, el arma tenía seguro y solo lo había echo para asustarlo, de sus ojos cae lagrima tras lagrima, su boca quedo entreabierta por el susto. Tenía ganas de vomitar, la adrenalina y el dolor de cabeza eran una combinación dolorosa, su pecho subía y bajaba de manera frenética y su corazón palpitaba de manera desenfrenada.

-...- abrió más la boca intentando decir cualquier cosa, pero ni una sola palabra salió de ella, sintió una mano sobre su abdomen y luego todo el peso de una persona sobre su pecho. -Y-yo...- no podía decir nada coherente, estaba en shock.

-No digas nada Aquinito, no te mataría...no por ahora...- lo último lo susurro pero Aquino lo logró escuchar, sintió un escalofrío recorrerle la espalda y sudo frío. Duxo lo abrazo de la cintura con una de sus manos y con la otra acariciaba el cabello castaño del menor que seguía quieto por el miedo. -¿Sabes? Te haré caso por esta vez, pero mañana si o si tienes que cumplirme, ¿Escuchaste? Yo sé que si, mi vida... -un beso en su mejilla y un abrazo fue lo que recibió.

Quieto y aún con pánico en su cuerpo se dejaba hacer cualquier cosa por Duxo, no tenía fuerzas, tenía hambre y quería darse un buen baño, sudaba por el incontrolable pánico que había sentido minutos atrás, quería llorar y gritar desesperado.

Pero ya no lloraría.

No, ya no más.

-Me voy, debes estar hambriento, voy a ir por tu comida y mientras quédate aquí, acostado y quieto, como me gusta.- guardó el arma que sin darse cuenta todavía estaba en sus manos y fue en dirección a la cocina. -¡Recuéstate en la cama Aquinito! ¡Te llevare comida a la cama y comeremos juntos!- grito desde la cocina preparando algo rico de comer.

Aquino hizo caso, con sus ojos sin brillo mirando al vacío, con un miedo indescriptible y con un sentimiento de frustración, frustración al no saber que es lo que realmente siente por Duxo, ¿Amor o odio? Ambas eras acertadas pero no podía elegir una emoción que acompañaría su corazón.

Recostado sobre la cama, su cabello castaño y rebelde cubriendo le la frente, sus ojos sin brillo mirando al vacío y su cuerpo que no hace ningún tipo de movimiento lo hacía parecer un muñeco de trapo.

"Muñeco de trapo"


Eso es lo que era, lo que sentía que era, un simple muñeco que al terminar de ser usado será desechado, no tiene un propósito fijo más el de entretener a su abusador, maltratándolo, golpeándolo,  arrancandole el cabello, cualquier maldad que un niño menor a los ocho años le haría a su juguete.

Ju-gue-te

Nada más que eso, un simple pedazo de plástico que podía ser destruido sin mucho esfuerzo, o tal vez, un simple y estúpido pedazo de pastel que fácilmente podía descartarse.

Era un fracasado...

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Hola

Ya estamos a nada de que termine la historia 🥳

Y solo quería preguntarles una cosita, ¿Les gustaría que hiciera un capítulo aparte dándoles curiosidades de los personajes o la historia en general? Tal vez pueda aclarar todas sus dudas en los comentarios de ese capítulo extra.

Solo faltan dos capítulos y esto se acaba de manera no tan literal.

Haré un epílogo y tres extras, estos últimos los publicaré juntos para no tardarme más en terminar la historia de manera definitiva, ya que los extras solo serán pedazos del pasado y el presente juntos de una misma perspectiva, como por ejemplo, Soaring narrará lo que vive mientras Aquino está con Duxo y de ahí Mictia y así.

Espero me haya dado a entender.

¡Ya es todo y gracias por las 4.4k vistas y los casi 400 votos! De verdad me motivan a seguir con el desarrollo de la historia <3

Gracias por leer.

Bye 🧡

-1000 palabras



Violentometro | Anti-DuxinoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora