Capítulo 32- Estaré contigo

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-Sí, escapé.

Me estaban entrevistando nuevamente. No podía negarme. Como parte importante del gobierno del país era mi deber resolver sus dudas, sobre todo si estás dudas involucraban preguntas acerca de futuros problemas diplomáticos. La gente estaba algo asustada. Se había pensado que este matrimonio apaciguaría las aguas entre Rusia y yo, era de conocimiento general que entre nosotros había una tensión para nada agradable, al menos antes del secuestro. Por eso, cuando se dio a conocer la noticia de que me había escapado de la boda, la gente empezó a temer y a dudar del gobierno por la posibilidad de que eso hiciera que la tensión entre nosotros (Rusia y yo) aumentara. Por eso tenía que dejar en claro, que aunque las cosas no habían salido según lo planeado, yo y Rusia no íbamos a mover ninguna ficha en contra del otro, mucho menos para atacarnos... Quizás por aquellos restos de cariño que aún quedaban. Lo extrañaba, pero ya había tomado mi decisión, y la mejor opción, algo que ambos pudimos ver, era estar separados.

Ese día, cuando escape con Argentina, tenía claros sus sentimientos por mí. Y luego me dijo que primero tendría que ir a terapia, y que solo luego de tener un verdadero progreso, YO tendría que pedirle estar juntos, que él no tomaría ese paso porque él ya había dado el paso de confesarse, y luego me enumero todo lo que había tenido que vivir por mí. Me reí. Argentina era diferente, en el buen sentido, y se veía mucho más relajado también, pero lo que me causaba gracia era que él me dijera indirectamente que tendría que rogarle. Pero no me molestaba. Él no me había abandonado a pesar de todo y para mí eso era suficiente como para intentarlo.

La entrevistadora empezó con preguntas sensibles y difíciles de abordar, pero la terapia me ha ayudado a al menos no quebrarme cuando hablo de ellos. Muy útil. Cuando me preguntan acerca de USA, no sé qué responder, intento dar una respuesta algo ambigua para que podamos pasar a la siguiente, no sé si tengo que hablar personalmente con USA para que ambos podamos perdonarnos, pero si hay una persona con la que tengo que hablar, y ese es Bolivia. No olvido lo que paso aquella vez, aunque allá intentando hacerlo. Si ahora mismo tengo heridas que han sanado de mala manera, es culpa de él... Y de Rusia. Pero Bolivia en específico es una persona que me duele por ser parte de quienes considero mi familia. Sé que él se siente mal por todo lo que pasó, en algún momento Chile me lo comentó, pero no podría creerlo a no ser que él este parado frente a mí. Aunque si soy sincero, de solo pensar en verlo mi estómago se entumece y me tiemblan las piernas. Pero si le cometo de ello a alguien... Es posible que a Bolivia se le tache como un abusador y a su gente igual. Ahora mismo no tengo tiempo para problemas raciales, con los problemas que ya tengo... Además, Bolivia no es una mala persona. Todos nos hemos hecho daño. Yo le hice daño, y él se cobró esa deuda de tantos años atrás con sus propias manos.

Los periodistas siguen llenándome de preguntas uno tras otro, y ahora viene aclarar lo que va a pasar de ahora en adelante. Un comunicado de parte del congreso.

-Para mí, es triste informar después de tantos años que voy a ser destituido de forma indefinida, es posible que en futuro vuelva a tomar el cargo, pero por ahora no voy a tener más poder ni peso en las decisiones que se toman, ya que se me ha declarado incapaz. 

La gente a mi alrededor se lanza con más energía a hacerme preguntas, gritando casi quedándose sin voz para conseguir que por mera insistencia decida contestar a alguna de sus preguntas, cuando no será así. Y se acaba la entrevista.

A continuación tomo un carro, escapo de los periodistas y me voy con dirección a la casa que rentó Finlandia aquí, ahí me espera Argentina. Por alguna razón ahora ellos dos pasan el día entero juntos, lo cual ha causado que rumores aparezcan por la ciudad, sobre todo por culpa de Finlandia, que no parece contenerse en lo más mínimo y sube cualquier foto con Arge a sus redes, cuando es obvio que existe algo llamado cautela, algo que nosotros deberíamos aprender muy bien a usar en el día a día.

Me preocupa un poco ser desplazado por este nuevo amigo. Finlandia es un buen tipo, pero no me gustaría pasar a ser el segundo en la vida de Argentina, aunque seguramente sería algo que merezco. Y sé que debería dejar de culparme, pero ahora mismo no podría soportar si Argentina se va. Él es mi pilar en todo esto...

Al llegar a aquella casa en la playa, me paro en la puerta y exhaló un segundo. Pienso mejor las cosas, me calmo un poco y relajo mi cuerpo.

Finlandia no está aquí para robarme a mi amigo, él también me apoya, se ofreció a ser mi amigo tal y como lo hizo con Arge, quien también tiene derecho de tener a otras personas a su alrededor, sobre todo si hay algunas cosas que no puede conversar conmigo porque no quiere incomodarme. No debo sentirme mal por lo que pase, y si llegase a pasar, no debería sentirme mal por algo bueno en la vida de mi amigo.

Toco la puerta. Me abre Argentina. Y yo paso. Al parecer Finlandia no se encuentra en casa.

Me siento en uno de los sillones y mi amigo va a la cocina, parece que está cocinando algo, me pregunto que cocina.

-¿Cuándo fue la última vez que probé tu comida?- pregunté y él se volteó para verme.

-Creo que una vez cocine para ti cuando viniste de visita, pero la cocina no es mi fuerte a diferencia de ti. Creo que prefiero que cocines tú.

-Entonces dime ¿A qué se debe esta comida?

-A que estás aquí. Me puse a pensar en un lindo gesto de mí para ti, y pensé en preparar algo-. Me quedé en silencio y suspiré con una sonrisa en mi rostro por las palabras de Arge. No sabría decir si él estaba al tanto de sus palabras, o si quizás solo se dejaba llevar por el momento. No podía negar que me hacía sentir especial de una u otra manera. Eso me confundía, pero al mismo tiempo, me hacía feliz.

-Yo debería cocinar para ti-respondí finalmente luego de ya pasados unos minutos-. Lo he arruinado todo y solo te he causado problema tras problema-.Noté disgusto en su mirada, a él no le estaban gustando las palabras que salían de mi boca.

-No me molestas.

-¿No lo hago? ¿Ni un poco? ¿No sientes ni una pizca de resentimiento por todo lo que te he hecho pasar?

Él guardó silencio. Saco la hamburguesa de la sartén y la puso en un plato.

-No sé qué buscas con esto ¿Qué quieres que te responda? No te odio ¿Quieres que te diga que si lo hago? Si te digo eso vas a romperte y vas a llorar como un bebé. Quizás eso espero.

Me levanté de mi lugar y me acerqué a él en la cocina. Puse mis manos en sus hombros y lo miré fijamente.

-Solo quiero que seas sincero...

-¿Quieres que sea sincero?-desvío la mirada y suspiro cansado, algo temeroso de su respuesta y seguramente de mi reacción-. Me sentí abandonado. Sé que tú no tienes la culpa, o eso quiero creer. No quiero creer que estuviste en ese lugar por voluntad propia. Pero tú también has sufrido, no quiero pensar en todo lo que pasaste ahí, y ahora solo te culpas una y otra vez. Estoy cansado de escuchar que fue tu culpa ¡Fue culpa de Rusia!

-Lo sé...-.Miré al suelo porque no podía verlo a los ojos-.Y ahora estoy aquí, contigo, no necesito pensar en eso. 

-Estamos juntos en esto, Perú.

Ambos cocinamos juntos hasta que poco después llegó Finlandia con bebidas y botanas. Ya con eso sabía que iba a ser una noche divertida.


Perú, la potenciaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora