CAPÍTULO 10-Perú

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Estaba meditando en la cocina mientras comía algo, ya no sabía qué hacer con respecto a USA. Él se veía bastante más relajado como yo esperaba, pero yo no había podido dormir. USA intentaba acercarse a mi más como un amigo que como otra cosa y finalmente creo que confiaba en mí, pero... No sé si dolía más que me tenga miedo o que ahora fuera solo un amigo para él. Sé que tengo suerte de que al menos quiera ser mi amigo, pero no era lo que yo tenía planeado al principio.

Realmente estaba enamorado de él.

Ahora que no tengo nada que ofrecer, creo que ya he perdido, USA se va a ir y quizás algún día yo asista a su boda y lamente mis decisiones.

- ¡Perú! -entró USA en la cocina interrumpiendo mis pensamientos.

- ¿Qué paso? - le respondí algo desanimado y bostezando por cansancio sin siquiera dirigirle la mirada por estar revolviendo un plato de cereales.

USA se sentó en frente mía e intento llamar mi atención sin decirme nada, solo con gesto y buscando encontrarse con mi mirada, pero intente no darle la posibilidad de hacerlo, solo quería pensar en él pero sin verlo.

-Perú, quiero hablar contigo, más bien, entregarte algo- escuché que dijo y entonces alcé la mirada dándome cuenta de que me estaba entregando una carta guardada en un sobre azul que tenía mi nombre en grande escrito en letra cursiva. Eso me dejo algo extrañado y solo recibí el sobre sin saber que pensar o porque me la estaba dando de repente así mientras desayunaba a las doce de la mañana.

-No digas nada- me dijo, aunque tampoco le iba a decir nada, y se fue de ahí no sin antes chocarse contra el marco de la puerta.

Examiné el sobre una vez más y me emocioné al pensar que la letra que estaba ahí era la letra de USA, que él había escrito mi nombre. Me daba mucha curiosidad saber que decía la carta y ya quería abrirla, pero no quería ensuciarla mientras comía así que tendría que dejar el desayuno a un lado para abrirla.

Fui a mi oficina con el sobre en mis manos y la abrí con mucho cuidado para sacar la carta, que era del mismo color del sobre, y comencé a leer.

Querido Perú

No sé como expresar lo que quiero decir, me pongo nervioso cuando habló de estás cosas, no soy como tú en ningún sentido y me sorprende que te hayas fijado en mi siendo que yo no soy especial, que tengo una muy mala reputación, y que todo en general sobre mi suele ser malo a la vista de los que me rodean, y decir que me pareces el país más tierno y lindo que existe, que te admiro y que me gustas, desde antes de todo esto me había fijado en ti pero por miedo yo no me acercaba mucho, pero cuando me dijiste que te gusto yo pensé que debía tomar el coraje de decir lo mismo, no solo por mis sentimientos, creo que tú y yo recordamos aquella promesa que hicimos hace mucho tiempo, no la he olvidado, y quiero estar a tu lado. Cuando me trajiste a tu territorio y me propusiste matrimonio me asuste porque me pareció demasiado apresurado, pensé que tú no eras la misma persona que yo había conocido hace años, pero ahora que sé que ambos sentimos lo mismo podemos conocernos y quizás comenzar a salir.

Ahora estaba confundido, feliz pero también confundido, algo se sentía un poco extraño en todo esto, pero yo confiaba en que eran solo mis miedos de arruinar todo con él, tampoco sabía como tenía que responder a eso, si con un si o con un no, o hacerle una carta a él también. Guardé la carta en el cajón del velador al lado de mi cama y luego salí al pasillo buscando a USA con la mirada, quería hablar con él sobre esto un poco más, pero no lo encontré por mi casa.

Más tarde ese día yo seguía ansioso por hablar con él sobre la carta y todo esto, pero él no aparecía y no sabía si tenía que preocuparme, realmente no sabía nada de él y si tenía algún lugar al que ir yo no tenía idea, por eso solo me quedaba esperar. Llamé a Argentina, quizás el me podría dar algún consejo, pero no respondía el teléfono, cosa muy extraña, pero bueno no imposible.

Perú, la potenciaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora