Era de día, los rayos del sol entraban por entre las cortinas de la habitación, y yo me había despertado de mejor humor que el día anterior, aunque eso era por el colchón tan cómodo en el que había dormido, seguramente era uno de esos lujos que se da la gente con dinero como lo es Perú.
Salí de la habitación y para mi sorpresa el desayuno ya estaba hecho, podía olerlo, y olía delicioso. Caminé hasta la cocina y vi a Perú preparando el desayuno. No dije nada, tampoco tenía mucho que decir. Pero cuando estaba a punto de irme, Perú se volteó y me vio, él sonrió con gusto genuino de verme y me hizo una señal para que sentara con él en la pequeña mesa de la cocina. Y eso hice.
Me senté en frente suya y miré los platos, había panqueques, huevos, salchichas y mucho pan en una canasta en el medio. Yo no solía comer ese tipo de pan, y con curiosidad tomé uno, aún estaba caliente. Era un pan crocante para acompañar todo lo demás.
—¿Puedo comer?— pregunté a mi prometido.
—Sí, come todo lo que quieras— respondió con un ánimo totalmente distinto al mío.
De algún modo parecía que Perú quería conquistarme con base a su comida, que jugando no sería una mala oferta, creo que podría acostumbrarme a vivir con él si va a preparar cosas tan exquisitas cada vez que cocina. Incluso un desayuno tan sencillo como este sabe tan bien si lo hace él, me pregunto cuál será su secreto.
—USA, no quiero arruinar el desayuno, pero me preocupa algo—su voz hizo que fijara toda mi atención en él, aunque no respondí por estar comiendo y en su lugar solo asentí—¿Dónde está el anillo?— preguntó, y yo no respondí por miedo—. USA, ¿Dónde está el anillo?— volvió a preguntar ahora, siendo imposible ignorarlo, y terminé de tragar lo que tenía en la boca para responderle.
—En mi habitación— respondí—. Pero no pienso usarlo.
—¿Por qué?-Perú revolvió la yema de los huevos en su plato. Aún no había probado un bocado-. Ese anillo es especial para mí, te agradecería si te lo pones-murmuró lo suficientemente alto como para que pueda escucharlo.
Me reí-. No pienso caer en lo mismo contigo. La comida, tu amabilidad, todo eso es solo ahora, luego, cuando me niegue a usar el dichoso anillo vas a volver a gritarme ¡Dime de una vez que es lo que quieres!
En ese momento actúe de forma impulsiva, mi cuerpo y mis labios se habían movido más rápido de lo que lo habían hecho mis pensamientos, en consecuencia de eso ahora yo me veía como el malo en está situación. Perú por su parte fijaba sus ojos en mí, unos ojos que me juzgaban, rudos pero no enfurecidos como pensé que estarían. En su expresión había un ápice de dolor.
-Te amo, solo por eso, no hay otra razón. No tengo motivos ocultos. Casi ni yo mismo sé porque, de repente tuve necesidad de tenerte cerca, fue tan... Tan- parecía estar buscando una palabra fuera de nuestro vocabulario para describir sus tan intensas emociones—. Eres importante para mí, te he cuidado desde lejos, es egoísta, pero siento que tengo derecho a tener una oportunidad.
—¿Y me forzaste a esto?— lo recriminé regañándolo por su forma de actuar.
En mi opinión era algo absurdo todo lo que me decía.
Perú asintió y yo me levanté abandonando la cocina; escuché sus pasos por detrás y me volteé por reflejo cuando lo sentí demasiado cerca, quería que se aleje de mí. Entonces lo empujé.
—¿Qué te pasa?— dijo sin más, quedándose a unos metros de distancia.
—Hablas de mí como un objeto, no piensas en cómo me siento con todo esto, dices que me amas y parece ser lo opuesto. No seré feliz contigo. Jamás-hice una pausa y recalqué—. Jamás.
Tuve un pequeño arranqué de coraje, una sobredosis de valor, pero todo desapareció, ya no significaba nada, mi valor se fue al ver el cambio tan radical en la expresión que tenía Perú.
Mi enojo era la consecuencia de mi frustración, una emoción que yo creía controlaba bien por la práctica, pero no... Ahora por culpa de mis emociones que se desbordaban me había metido en más problemas de los que tenía ya de por sí.
-¿Por qué dices eso?-me miraba confundido de cierto modo, pero aún enojado-¡Te estoy dando una vida de ensueño! ¡Todo lo que podrías pedir! Cuando te conocí ¿Qué me dijiste? ¡Este era tu sueño! ¿No es lo que querías?
-En ese entonces no eras la persona que ahora tengo frente a mí...-le dije con desprecio en cada palabra-. Yo nunca te pedí que hicieras esto ¿¡Por qué no lo entiendes!? Nunca vine a rogarte por ayuda. Lo único que hiciste fue empeorar mi vida con tu asquerosa presencia en ella ¡Te odio! No quiero verte, ni siquiera soporto estar cerca de ti.
-Todos estos años, pensé en ti, pensé que volveríamos a ese momento... Ahora me dices que solo fui un idiota por amarte todos estos años ¡Me haces sentir como un idiota! Te hice una promesa, y si tú la olvidaste, no es mi problema... Hice todo a mi alcancé para cumplirla. Darte una vida mejor.
-¿Una vida mejor? Ni siquiera sabía que aún estabas enamorado de mí... Yo hice mi vida lejos de ti y tu solo esperas que vuelva a ese momento ¡Ya nada es igual a como era entonces! ¡Ni siquiera tú!
Perú me tomó por los hombros con fuerza, me estaba lastimando y lo empujé en un intentó porque me soltará, pero no fue hasta que me queje realmente por el dolor que él se apartó y me miro arrepentido, se disculpó y se alejó de mí.
Me sentí un poco más seguro en esa casa luego de eso, no porque Perú y yo fuéramos más cercanos sino más bien porque sabía que los límites de Perú estaban en aquel punto donde me hacia daño, o eso quería creer. Pero yo quería creer muchas cosas, quería hacerme a la idea de que esto no sería tan malo, pero ahora, luego de aquello, era imposible, si este compromiso sería así, con peleas una tras otra. No importaba si Perú se esforzaba por retenerme aquí, incluso si yo ponía de mi parte, no sería feliz con él. Él era dueño de mi pellejo ahora, y qué podía hacer ¿Acaso alguien vendría a rescatarme? No. Yo tendría que hacer algo por mi cuenta. Ahora era mi turno de sentirme culpable...
Cuando ya era hora de dormir y todas las luces estaban apagadas me escabullí de mi habitación para salir al porche de la casa ya que necesitaba algo de libertad para hablar. El teléfono sonó unos segundos hasta que por fin escuché una voz familiar del otro lado.
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Perú, la potencia
FanfictionBienvenido, te presento mi libro. Una realidad diferente, donde muchos hechos históricos han sido cambiados, y ahora Perú es una potencia. Aclaro que si ven algo fuera de lugar con los hechos históricos me lo pueden hacer saber, aunque hay muchas co...