CAPÍTULO 11-Rusia

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Mientras que todos están felices yo estoy aquí, en mi país, intentando no atacar a alguien. Noches de jornada largas y descanso muy poco para ser sincero, pero uno se acostumbra, una vez llegó a mi puesto de trabajo solo recibo quejas, regaños, maltratos a veces y solo puedo quedarme callado. Uno pensaría que por representar a la nación yo tendría un trato especial o un puesto alto, pero no, claro que no, solo soy una herramienta, un talón de Aquiles para ellos y por eso me desprecian. Yo, Rusia, no debería pasar por esto, por eso ahora intento deshacerme de Perú.

Nuestra rivalidad tiene una historia larga y pesada, en guerras, en desastres, Perú siempre en contra mía y yo siempre en su contra no siempre directamente, pero si, y llegamos a este punto de la historia donde él es una potencia y yo estoy en crisis. No voy a negar que le tengo envidia y siempre quise quitarle algo importante, y no fue hasta una reunión de la ONU donde pude darme cuenta de que podría quitarle.

USA y yo éramos amigos, no cercanos, pero amigos, él era una persona totalmente diferente a mí, muy liberal, a veces me cansaba de escucharlo hablar tanto, pero si quería ganarle a Perú esta vez tendría que acercarme a él... Y eso hice, al principio con pocas ganas, pero a él yo también le agradaba, Perú moría de celos y yo estaba contento.
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El día comenzó como siempre, la única cosa que cambiaba mi rutina ahora eran los mensajes de USA que al menos no me hacían sentir tan miserable; ya me había atrasado varias veces, así que seguramente ahora volverían a regañarme por mi falta de responsabilidad, pero sinceramente no me importaba, lo único que no podían hacer era despedirme así que llegar unos minutos tarde me daba igual, de todos modos, solo era una especie de secretario en ese lugar donde hacían informes y papeleo para el gobierno.

Una vez llegué, justo como predije el supervisor se acercó a encararme y se enfureció más cuando vio mi rostro de indiferencia total a toda forma de vida parecida a él en el mundo, me empujo una vez, dos veces y me tiró al suelo, todos los demás ahí me miraron unos segundos, algunos se burlaron en silencio y otros me ignoraron, la cosa es que nadie hizo nada y por ahora yo no podía hacer nada, si lo hacía quizás me pondrían mucho más trabajo del que necesito y se llevarían todo el mérito por lo que yo y USA hemos estado haciendo...

-Por favor señor, no quiero problemas, prometo no volver a llegar tarde-agache la mirada y vi de reojo como se alejaba de mí con una sonrisa, entonces me levanté y fui al mismo lugar de siempre, ahí tenía una foto de mi perro, para mi mala suerte ya no estaba conmigo para animarme en estos casos, pero al menos tenía a USA, él me estaba apoyando; no podía poner una foto de nosotros juntos en mi escritorio porque seguramente me darían una paliza y ya de por sí me molestaban lo suficiente, pero a veces pensaba en arriesgarme...

Cuando me enteré de que Perú le había pedido matrimonio rápidamente supuse que era una buena oportunidad para cambiar todo esto, para que por fin me respeten y sacar de ese puesto a ese enano blanco y rojo, por eso le pedí a USA que se quede ahí como informante, pero realmente lo obligaron a quedarse, así que no fue necesario insistir mucho, porque si tuviera que describir a USA con una palabra sería amable, sobre todo porque él sabe la razón de todo esto. Lo bueno es que hay pequeños secretos que ya sabemos de Perú, cosas que podemos usar en su contra gracias a USA, no son la gran cosa, pero mientras más esté ahí más información vamos a sacar, y yo espero que todo resulte según el plan, pronto vamos a descubrir algo que lo lleve a la ruina porque Perú participa activamente en su gobierno a diferencia mía. Aunque si esto resulta, eso cambiará muy pronto.

Mientras estoy meditando en silencio todo lo que ha pasado los últimos tres meses y organizando la montaña de papeles que me traen a veces solo para joder, recibo una llamada de mi novio y me levanto para hablar en un lugar más privado, cosa que no le gusta al supervisor pensando que me estoy tomando un descanso y a él le gusta verme miserable y cansado. En la línea escucho a USA balbucear cosas sin sentido y rápidamente me doy cuenta de que algo está mal.

- ¿Qué pasa? -le preguntó asustado por él y me responde agitado, por lo que me parece que está corriendo, cosa que me hace asustar aún más porque no tengo como ayudarlo.

-Rusia, m-me está... persiguiendo un auto- me dice y yo no sé qué decirle.

- ¡Llama a la policía, no me llames a mí! - le recrimino porque no quiero que le pase nada, y yo no soy de mucha ayuda en una situación así.

- ¡Si, si! Eso... voy a... hacer- se le escucha cansado y no sé a qué velocidad lo debe estar, pero debe ser bastante, y yo me pregunto como es posible que no haya personas alrededor para ayudarlo.

-Si ya no puedes más grita- le aconsejo nervioso y él y parece no dar para más, no se escucha bien lo que está pasando, se escucha un golpe, se escucha como cae él celular, definitivamente no es bueno y yo ¡NO PUEDO HACER NADA! Corro rápido fuera del edificio y llamo a todas las personas que puedo para que me den el número de Perú para que lo ayude, para que al menos inicie una investigación, no sé ni siquiera en que calle estaba, debí decirle que me dijera en que calle estaba, y ahora quizás ya está muerto o en peligro... Por fin obtengo su número y lo primero que alcanzó a decir es.

-USA está en peligro, ¡Ayúdame! -al otro lado de la línea no se escucha nada unos segundos y pienso que quizás me dieron el número equivocado.

- ¡Lo sabía! - dice preocupado-. Dime que paso, es tarde y aún no llega.

Entonces le comencé a contar que USA me había llamado asustado porque un auto lo estaba persiguiendo y no sabía porque y que luego de un rato ya había cortado la llamada, entonces Perú me dijo que en ese mismo instante mandaría a gente para buscarlo. Me sentí un poco aliviado, pero ahora temía por USA.

Perú, la potenciaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora